miércoles, 28 de marzo de 2012

MI AMOR DESPRECIADO CAPITULO 22

Esta historia le pertenece a Kassi del blog “Luz de cristal”
Espero que os guste y dejéis vuestros comentarios

MI AMOR DESPRECIADO
Summary: Definitivamente me pasaba algo malo, ¿de verdad quería a mi mejor amigo, a mi casi hermano?, la única respuesta que había era clara. SI, LO QUERÍA....Secuela de Odiando a mi amado. 
Clasificación: M

CAPITULO 22

POV Bella

El Coche iba a una velocidad casi desorbitada según mi parecer y no podía hacer otra cosa más que pensar en mi hija; yo siempre lo había sabido, ella no quería casarse con James pero por algún motivo había tomado esa decisión y de pronto, todo se da la vuelta, y desaparece sin más, era todo tan misterioso en la cabecita de esa chica; pero yo no era precisamente la adecuada para echarle nada en cara cuando la viera, pues la verdad es que yo había hecho algo tan parecido.

Pero y aunque no pudiera echarle nada en cara iba a exigirle una explicación, claro que eso también incluía el saciarme mi curiosidad; sonreí suave mirando el paisaje tan conocido que iba extendiéndose frente a mi mirada, era tan hermoso; estaba tal y como lo recordaba unos años atrás, intente volver a la realidad al escuchar el murmullo de mis amigos y mi marido hablando de los cuales me había olvidado en mis más profundos pensamientos.

-Esos dos chiquillos están locos-dijo Jake en el asiento trasero.

-Si, por eso son tal para cual-añadió su esposa.

Reí suave ante su comentario y contesté.

-Ellos se parecen a sus padres-me mordí el labio mientras Edward alzaba una ceja, y soltó una gran carcajada.

-Nosotros jugamos con fuego y ellos deciden escaparse, bueno podría decirse que si se parecen a nosotros-ya casi estábamos por llegar, y en la distancia pudimos ver un coche apartado frente a la casa de la playa.

-Allí, ese es el coche de Rob-gritó su madre casi con un saltó-están allí.

El coche disminuyó la velocidad según nos acercábamos a la casa, pero mi corazón comenzaba a ir más rápido por segundo, no por la vista del coche y de la idea de encontrar a mi hija allí, si no por otro pequeño detalle que se estaba produciendo en la playa a unos metros de la casa; ¿habían hecho un altar improvisado o era solo mi impresión?

-Pero ¿qué santa mierda es eso?-casi gritó Jake.

-Sin palabrotas-le regañó Nessie, dándole un codazo.

-Pero..pero..-Edward se quedó sin palabras, parando el coche frente a la casa, todos bajamos 
apresuradamente del auto, casi sin darnos tiempo a respirar ya corríamos hacia la playa donde efectivamente se alzaba un improvisado altar que no tenía nada que envidiar, aunque escueto y simple estaba bien decorado, con flores, y el cura presidía la escena.
A lo lejos los cuatro pudimos distinguir las frases del cura claramente, mientras nos precipitamos a parar aquello.

-Si alguien desea oponerse a este matrimonio que hable ahora o calle para siempre- y estaba segura de que ellos no esperaban que se opusiera nadie mientras corríamos por la arena pero estaban muy equivocados, pues Edward y Jake al unísono se opusieron con un alarido que cortó el silencio.

-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!-llegamos casi exhausto al lado de nuestros hijos- No puede casar a estos chicos- Robert y Nessie, se dieron la vuelta mirándonos a los cuatro como tal cosa, la cara de mi hija se enrojeció pero en la de Robert no cambio su semblante serio y decidido.

-¿Y porque no iba a poder?-calló un segundo ante el estupor de los allí presentes, y por una vez decidí opinar realmente en aquel asunto si es que nadie lo iba a hacer.

-Es cierto, no podemos, aunque la edad..pero yo doy mi aprobación, las mentiras no llevan a ningún lado, ella te ama, tu a ella, yo no veo el motivo para parar lo inevitable-contesté a su pregunta retórica, no tan retórica.

Lo vi sonreír con un brillo resplandeciente  en sus ojos, asentí lentamente mientras todas las miradas se posaban en mí, mi marido me tomo de la mano y se acerco a mi oído.

-¿Estás segura de eso? Yo no me opondré porque la felicidad de mi hija está en juego pero..-calló al mirar a Nessie quien no parada de morderse el labio con cierto nerviosismo mientras tocaba la mano de su prometido, jugando con sus dedos, frente al cura que esperaba con impaciencia la respuesta de los padres del novio.

-Estoy segurísima..-le sonreí con energía y desvié mi vista hacia mis amigos- ¿Y vosotros, lo aceptáis?

Jake me contestó, se acercó al altar y se puso al lado de su hijo, seguido de su esposa, mi marido y yo hicimos lo propio con nuestra hija.

-Puede proseguir con la unión padre- anunció Jake, el cura que había sido bastante paciente, decidió seguir con la boda.

-Pues bien, si ha quedado aclarado el asunto de que no hay nadie que se oponga a esta unión, yo os declaro marido y mujer, puede besar a la novia-solté una leve risa ante la invención del cura, y observe como Robert besaba lentamente los labios de mi hija, fue un momento realmente emotivo, sentí mi corazón partirse ante la idea de dejar a mi niñita marchar pero tal alegría al verla feliz, con el hombre que ella amaba, solté sin querer una lagrimita, no pude evitarlo era tan maravillosa la escena, con el sol iluminando sus caras, el olor a sal y el sonido relajante de las olas rompiendo como sonido de fondo. Sin contenerme grité.

-Que vivan los novios-reí como chiquilla al soltar aquella babosada, pero todos me siguieron el juego ante mi sorpresa.

-QUE VIVAN!-gritaron, en cuanto Rob soltó a Nessie yo me abalancé contra ella como un torbellino, entre unas ganas de abrazarla, decirle cuanto le quería y regañarla por su escapada.

-No sabes el susto que me has dado, niñita malcriada-le dije al oído mientras le daba un gran abrazo asfixiante.

-Lo siento mama, tenía que hacerlo, algo dentro de mi me decía que era lo correcto-contestó mi hija abrazándome.

-No sé si era lo correcto o no pero igualmente debemos irnos cuanto antes a casa y decirle la verdad a James-sentenció mi marido.

-Para verdad la que tenemos que contaros-añadió Robert incorporándose a la conversación.

-¿Qué verdad? ¿De qué hablas?-le preguntó su madre.

-Prefiero contárosla cuando estemos frente a él, y pueda prácticamente escupirle en esa cara de estirado-murmuró con odio Robert, mi hija se acercó a él tomándole de la mano y besando su mejilla para murmurar con ternura “calma, calma”.

-No entiendo nada, pero ya se verá lo que queréis decir-dije intentando quitarle importancia al asunto; recoloqué unos de mis mechones detrás de mi oreja y miré a mi alrededor, el cura estaba yéndose por donde había venido, y el altar iba a seguir allí si nosotros no lo quitábamos así que con un suspiro anuncié.

-Debemos quitar esto nosotros, luego iremos a comer algo y celebrarlo y por fin irnos a casa-miré a mi hija con disimulo- después de aclarar todo, si lo deseáis aún os iréis de luna de miel pero…haré como que no sé nada-sonreí suave y empujé a mi marido con una risita inocente hasta el altar propiamente dicho- vamos, vamos a recoger-

Después de al menos media hora haciendo que los chicos recogieran lo de la playa, y Nessie y yo le quitáramos el vestido a mi hija, le preparé la maleta y además la peine, tuvimos las tres una pequeña conversación de mujeres.

-¿Estás segura de lo que has hecho cierto?-no podía evitar preguntarme una y otra vez si ella sentiría enteramente ese algo que le uniría a Rob de por vida, pero creía verlo en sus ojos al mirarlo.

-Segurísima mama, no te preocupes- contesto tomándome de la mano, acaricio con sus labios mi mejilla y me soltó un tierno abrazo-Estaré perfectamente con él.

Asentí y salimos de la habitación, bajamos con los chicos ya tenían todo preparado, se habían encargado de guardar en los coches todo y llevar a su sitio lo necesario.

-Volvemos a casa- anunció Jake cerrando el maletero del coche.

Rob y nessie se metieron en el coche de Rob, y los demás vinimos tal y como llegamos, la tarde casi comenzaba y sin embargo nosotros ya nos despedíamos de la playa y sus aguas azules cristalinas, echaría de menos esa vista hasta el año que viene.

-Edward, prométeme que volveremos pronto- le susurré al oído mirando hacia afuera, mientras le tomaba de la mano.

-Sí, mi vida, te lo prometo-dijo besando mi frente, no pude más que seguir mirando callada lo que se iba una vez mas de mi vida, pero volvería como siempre lo hacía.

Después de un rato conduciendo que bien podrían haber sido horas, puesto que se me hizo largísimo, llegamos a la ciudad, no sabía bien porque nos dirigíamos a mi casa, supongo que era porque seguíamos el coche de los recién casados pero el caso es que llegaríamos antes allí, aún no estaba muy segura de que haría con mi hija y su recién estrenado marido, y con eso me refería a.. ¿Donde vivirían?

Paramos ambos coches frente a la puerta de mi casa, y bajamos inmediatamente hablando animadamente de los asuntos de la boda, la casa, como podrían ser sus hijos, igual era demasiado pronto para discutir sobre todo eso, pero de verdad era un tema interesante.

-Nessie, ¿dónde estabas? Me tenías preocupado-La voz de James puso casi punto final a la conversación que nos traíamos, parecía llevar consigo el ambiente de discordia a su alrededor.

-Pues estaba…-Robert terminó de coger las maletas del maletero del coche, y se puso a su lado, dejándolas en el suelo.

-A ti quería yo verte-sonrió de lado, con esas típicas sonrisas entre malvadas y prepotentes que aún con todo eso seguían siendo hermosas y en cierto modo angelicales-Tu y yo vamos a hablar de verdad.

-¿Y tú qué quieres?-su pregunta fue tajante, y cortante, pero su mirada dudo entre el espacio vacío que quedaba entre Robert y Nessie que fue rápidamente eliminado cuando él la cogió de la mano atrayéndola a ella, casi imponiéndose, como si la fuera a defender con su propio cuerpo en una lucha que ni siquiera iba a comenzar.
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