martes, 31 de julio de 2012

IMAGENES DE VICTORIA FRANCES

En esta entrada os voy a dejar algunas imágenes de Victoria Frances que he encontrado en la red
Espero que os gusten dejéis vuestros comentarios 




lunes, 30 de julio de 2012

HAMBRIENTOS DE DESEO CAPITULO 13

Este capitulo le pertenece a Maria en su blog “Letras de hielo y fuego”
Espero que os guste y dejéis vuestros comentarios
En este capítulo hay algo de lemmon, así que estáis avisadas!

HAMBRIENTOS DE DESEO
Summary: Cinco segundos antes, Jacob Black habría jurado que no le podía pasar a él.. que la mujer perfecta para él no existía. Y entonces, la encontró en un restaurante abarrotado. El olor de la dulce y humana Nessi Cullen desató en su interior una necesidad explosiva que jamás recibiría la aprobación de los miembros de su clan. ADAPTACION


CAPÍTULO 13:

Con el corazón en un puño, Renesmee miró al hombre que amaba y al individuo que había convertido sus vidas en un infierno. Sara la tomó de la mano y se la apretó con fuerza, mientras Billy permanecía al lado de su esposa, con Carlisle.
Justo entonces, Jacob se transformó. Dejó de ser el hombre que conocía y se convirtió en algo extraño, en un ser de musculatura asombrosa, con el pecho cubierto de pelo, garras en el lugar de sus manos y cabeza de lobo. Lo único que no cambió fueron sus piernas y su cintura.
Renesmee pensó que debería sentirse horrorizada, pero no fue así. Jacob giró la cabeza y la miró con aquellos ojos demoníacos, en cuyo fondo vio un brillo de amor.
En ese momento, supo que había cometido un error al temerlo. Aquel hombre lobo era Jacob, el hombre que amaba, y le seguía pareciendo tan bello como siempre. De haber podido, habría corrido hacia él, lo habría abrazado y le habría pedido perdón por insinuar que era un monstruo.
Los dos hombres lobo empezaron a luchar, soltando zarpazos y gruñidos. Jacob golpeó a James en primer lugar, pero éste contraatacó con un golpe tan fuerte a su cabeza que empezó a echar sangre por la nariz.
Los dos combatientes se separaron un poco, moviéndose como si fueran boxeadores, con una rapidez asombrosa para su tamaño.

—¡Acaba deprisa con él, Jake! —exclamó Seth.
—Sí, dale una buena lección a ese idiota —dijo Carlisle—. Merece todo el dolor que le puedas causar.

Intercambiaron una serie de golpes que a Renesmee le parecieron extrañamente bellos a pesar de la violencia. Se mordían, se arañaban, llenaban el ambiente con el calor que irradiaban sus cuerpos.
Hasta ese instante, no había entendido el poder del mal. Ahora lo entendía perfectamente, y le pareció increíble que Jacob tuviera la valentía y la fuerza de voluntad necesarias para asumir y utilizar toda aquella maldad sin perder su alma en el intento.
La pelea se volvió aún más feroz. Jacob dio un golpe a James que lo hizo tambalearse, pero su enemigo se recuperó y le soltó un zarpazo al pecho.

—Vamos, Jake… —murmuró Renesmee.

James había tomado la iniciativa. Cada vez atacaba con más brutalidad y con más rapidez.
Parecía imposible de derrotar.
Y el miedo la dominó.
Jacob recibió un golpe en la cabeza que estuvo a punto de dejarlo sin sentido. Sabía que estaba perdiendo, pero la promesa de un futuro con Renesmee lo mantenía en pie y dispuesto a resistir.
Entonces, James le pegó una dentellada en el hombro; el festín que se había dado con la pobre Irina le había dado tanta fuerza que ahora resultaba casi imbatible. Antes de que Jacob se pudiera recuperar del mordisco, su adversario le pegó otro golpe en la cabeza y lo derribó.

—Levántate, idiota —se dijo a sí mismo.
Sacudió la cabeza e intentó levantarse. Estaba tan desorientado que oyó voces y no entendió nada; sonaban muy distantes, como en el agua. Pero al reconocer la de Renesmee, reaccionó.
—¡Golpea, Jacob! —gritaba ella—. ¡Maldita sea, no te atrevas a morir! ¡Tienes que pelear! ¡Tienes que luchar! ¡Te amo, Jacob! ¡Te amo!
—Renesmee…

Alzó la cabeza y se giró hacia la mujer que amaba. Cuando sus miradas se encontraron, sintió que sus fuerzas renacían. En ese momento, se sintió prácticamente invencible.

—Prepárate para morir —dijo James a su espalda.
Jacob se lanzó sobre James con tanta furia que éste empezó a retroceder y a defenderse de los golpes como podía, sorprendido por su empuje; pero Jacob era tan fuerte y tan rápido que no sirvió de nada: un segundo después, Jacob le pegó en la cabeza con tanta ferocidad que le hundió el cráneo.
James seguía con vida, aunque no por mucho tiempo. Jacob se acercó y le puso una bota sobre el pecho.
—No puedes detenerme, Black… Encontrarás más cadáveres de pelirrojas. Esto no va a terminar.
—Terminará. Muy pronto.
—Da igual que me mates. Habrá más asesinatos, más licántropos como yo. En este rompecabezas hay muchas piezas que ni siquiera alcanzas a imaginar. Pero ha sido tan divertido… sabía que te volverías loco si raptaba a tu humana —declaró—. No puedes ganar, Black.
—Ya he ganado. Tu tiempo se acaba.
—Mi muerte sólo será el principio. No sabes contra quién luchas. Cuando actúen, morirás. Tú y todos tus amigos moriréis.
—No si ellos mueren antes.
Jacob se inclinó, agarró la cabeza de James y terminó el desafío.
Acababa de soltar la cabeza de su enemigo cuando Renesmee corrió hacia él y se lanzó a sus brazos. Jacob se quedó completamente sorprendido. Lo estaba abrazando a pesar de su forma de lobo, sin importarle en absoluto, aceptando lo que era.
Jacob respiró hondo, recobró su forma humana y la abrazó con fuerza. Después, miró a Seth y dijo:
—Te regalaré una caja entera de botellas de whisky si te llevas a Riley a casa.
Su compañero sonrió.
—Eso está hecho, amigo.
Jacob saludó con la cabeza a sus padres y a sus compañeros y salió de la cueva llevando a Renesmee en brazos.
—Jacob… —dijo ella—. ¿Estás seguro de que puedes cargar conmigo? Después de lo que ha pasado, te dolerá todo el cuerpo…
Él la besó en la frente.
—No siento tu peso, cariño.
Jacob fue sincero. No sentía su peso. Por primera vez en muchos años, su corazón estaba en paz. Habían sobrevivido al mal y se sentía el hombre más feliz del mundo.
—Lo que dije antes, lo decía en serio, Jacob. Te amo. Y me siento tan orgullosa de ti… Pero ¿adónde me llevas?
—A casa. ¿Adónde si no? Te meteré en la cama y no me separaré de ti en siete días.
Ella le acarició el cuello.
—Eso suena bien —dijo—. ¿Sellaremos el pacto de sangre?
Jacob miró su boca.
—¿No tienes miedo de que te duela?
—No tengo miedo de nada. Eres lo más maravilloso que me ha ocurrido nunca. Sé que no me harías daño.
—Renesmee, siento haber sido tan estúpido —murmuró—. Tenía miedo de lo que sentía; pero luego, al darme cuenta de que podía perderte… comprendí que te amaba, que me había enamorado de ti en cuanto te vi en aquel restaurante, y que no podía ni quería hacer nada por evitarlo.
—¿Sabes? Cuando te he dicho que quería sellar el pacto de sangre en la cueva, no lo he dicho únicamente porque fuera útil para vencer a James. Lo deseaba y lo sigo deseando.
—Y yo, lo deseo y lo necesito —dijo él.
—Yo también lo necesito, Jacob.

Renesmee le besó la mandíbula. Después, ladeó la cabeza, se apartó el cabello con manos temblorosas y le ofreció el cuello para que la mordiera.
Jacob admiró su garganta y la vena que latía en su frágil piel. Le pareció lo más bello del mundo, lo más tentador.
Su parte humana quería esperar a que llegaran a la cabaña, pero su parte de lobo no podía esperar más tiempo.

—Renesmee… —murmuró contra su sien—. No puedo esperar más.
—Ni yo quiero que esperes, Jake.
—¿Sabes cómo he vencido esta noche, Ness?
—No has vencido. Le has dado una verdadera paliza —dijo ella, sonriendo.
—He vencido porque pensaba en ti, en todo lo que quiero de ti, en la vida que tendremos. Pensaba en lo mucho que te amo, y me arrepentía de no haberte explicado antes lo del pacto… y cuando he oído tu voz, me ha dado tantas fuerzas que he sabido que no podía perder.
—Jacob…
Jacob la besó en la boca.
—Te amo, Ness. Mi parte humana y mi parte de lobo están loca y totalmente enamoradas de ti. Eres una mujer preciosa y perfecta, por dentro y fuera. Sé que mereces algo más que una pesadilla en un bosque, pero no puedo esperar…
Jacob se inclinó sobre su cuello y le acarició la piel con los colmillos.
—¿Crees que no he esperado ya bastante? —alegó ella.
—Necesitaba saber si serías capaz de soportarlo —se explicó—. Tenía que estar seguro antes de ofrecértelo.
Renesmee suspiró.
—Jacob… Eres el hombre más atractivo que he conocido nunca. Como humano y como lobo.

Jacob gimió, la dejó en el suelo y la abrazó. Ella se estremeció al sentir que bajaba la cabeza y le lamía la garganta. Un segundo después, incapaz de contenerse, le hundió los colmillos en la carne.
Renesmee soltó un gemido de excitación. Él llevó una mano a su cintura y la otra, a uno de sus senos, que acarició suavemente. El sabor de su sangre era tan maravilloso que bebió de ella tanto como pudo; después, se apartó de su cuello y tocó las dos marcas con dulzura.

—Te amo. Te amaré siempre, Renesmee.
Ella soltó un gemido de satisfacción y dijo:
—Es tan perfecto…
—Lo es.

Jacob la besó en el cuello y supo que debían llegar a la cabaña antes de que fuera tarde, porque la deseaba tanto que era capaz de hacerle el amor allí mismo, en pleno bosque.
Cuando llegaron a la cabaña, la llevó directamente al cuarto de baño y se metieron en la ducha. Quería borrar todas las huellas de la pesadilla que acababan de vivir.
Sólo después, se tumbó con ella en la cama y la cubrió con el calor de su cuerpo.
Renesmee gimió de placer cuando Jacob le besó un pecho y se introdujo el pezón en la boca, succionándolo de tal manera que la hizo estremecer. Él rió, se cambió al otro pecho, repitió la operación y le introdujo las manos entre los muslos. Ella cerró los ojos con fuerza y vio destellos brillantes.

—Sabes tan bien que no pareces real —murmuró Jacob—. No me canso nunca de ti.
—Sigue, por favor, sigue…
—Quiero sentirte, probarte… vamos, Ness. Dame tu placer, dámelo.
Renesmee no habría podido contener el clímax aunque hubiera sido su intención. Unos momentos después, sintió una oleada de pequeños y preciosos orgasmos, tan intensos que se arqueó contra él y gritó su nombre.
—¡Jacob!
Se quedó completamente agotada, rendida.
—Vaya… ha sido increíble. Perdona que te lo diga, pero dudo que puedas superarlo —bromeó.
Jacob sonrió con malicia y la besó nuevamente.
—Eso ya lo veremos. Pero dime una cosa, Ness… ¿cómo es posible que me sienta así contigo? ¿Cómo consigues hacerlo?
—Lo consigo porque tú tienes el mismo efecto en mí. Y pensar que hasta hace poco creía que no encontraría al hombre de mis sueños… Me convencí de que sólo existía en mis fantasías; tal vez, porque era más seguro de esa forma. Y no me di cuenta de que sólo te estaba esperando a ti… Los sueños no son sino una forma de pasar el tiempo hasta que encontramos a la persona adecuada. Y quiero que sepas que tú eres mejor que cualquiera de mis sueños.
Jacob sonrió, emocionado.
—¿Te he dicho ya que te amo, Ness?
La miró con cara de lobo, se apoyó en un brazo, la miró a los ojos y la penetró con fuerza.
—Esta vez va a ser más salvaje —le advirtió.
Jacob cumplió su palabra. Fue aumentando el placer de Renesmee hasta que ella empezó a gritar y se rindió nuevamente. Pero la noche sólo había empezado. Hicieron el amor una y otra vez, investigando cada ángulo, rodando sobre la cama, manteniendo una batalla interminable que sólo terminó cuando quedaron completamente exhaustos.
Entonces, ella se apretó contra él y murmuró:
—Abrázame.
Jacob la abrazó y besó las marcas que le había hecho en el cuello.
—Siempre —dijo.

El chillido de un halcón lo despertó. O tal vez fue algún tipo de alarma interna al notar que su compañera ya no estaba en la cama con él. Fuera como fuera, Jacob se levantó inmediatamente, se puso los pantalones y caminó hacia la puerta.
La encontró en la cocina, tomándose un helado de chocolate.

—Ah, estás aquí… ¿quieres un poco?
Jacob se acercó y abrió la boca. Renesmee le dio un poco. Sabía muy dulce.
—¿Has tenido otra pesadilla?
—No, es que tenía hambre. Supongo que tanto ejercicio físico me ha abierto el apetito —confesó—. Además, dudo que vuelva a tener pesadillas, Jake. Eso es agua pasada. Gracias a ti.
Jacob metió un dedo en el helado y se lo puso en un hombro.
—En ese caso, cariño mío —dijo—, creo que debemos celebrarlo.
—Eres un demonio —dijo ella, mientras Jacob la lamía—. ¡No puedo creer que lo hayas hecho!
Jacob levantó la cabeza de su entrepierna, con las manos cerradas sobre sus muslos, y la volvió a lamer.
—¿Tienes alguna queja al respecto?
Ella entrecerró los ojos y sonrió.
—No, en absoluto… Cuando te conocí, debería haber supuesto que eras el diablo en persona.
—No lo sabes tú bien.
Jacob le lamió una oreja y se apretó contra ella. La fuerza de su erección era evidente.
—Y además, eres insaciable…
—Desde luego.
—Y un pervertido.
—Ciertamente.
—Y delicioso…
—Tú sí que eres deliciosa.
Jacob le puso un poco de helado en un pezón y se lo lamió. Renesmee
arqueó la espalda, estremecida.
—Alcanza el bol —ordenó él, momentos después.

Jacob puso las manos en su trasero, la encaramó a la encimera de la cocina y la penetró.
Pasaron la noche dándose placer y descubriendo que el helado era mucho más dulce cuando se disfrutaba entre dos. A la mañana siguiente, cuando despertaron, el sol ya estaba alto en el horizonte.
Renesmee miró el reloj e intentó ver la hora, pero no pudo.

—¿Qué hora es? —preguntó él.
—Como si yo lo supiera… —respondió entre risas—. Me temo que, sin las gafas, no veo nada.
—¿No has tenido pesadillas?
—Ni una. Creo que he encontrado una cura perfecta para mis males —respondió con malicia.
Jacob la abrazó.
—Me gusta cómo suena eso. Pero dime una cosa, ¿qué te parece si pasamos el día juntos, haciendo planes?
—¿Haciendo planes?
—Sí, planes de boda.
—¿De boda?
Renesmee se sobresaltó tanto que se sentó en la cama.
—Te amo, Ness. Desde el punto de vista de los licántropos, ya estamos casados. Pero quiero ofrecerte una boda humana, cariño. Quiero verte con un vestido blanco, el pelo sobre los hombros y un ramo de flores. No me lo perdería por nada del mundo —afirmó—. ¿Y bien? ¿Qué dices?
—¿Qué quieres que diga? ¡Sí! ¡Sí, sí, sí! —exclamó, riendo de júbilo.
—Menos mal… —dijo él, aliviado—. ¿Nos casamos este fin de semana?
—¿Este fin de semana? Eso es imposible… No podemos planear una boda en cuatro días. Necesitamos cuatro semanas como poco.
—No voy a esperar semanas para hacerte mi esposa.
—Jacob, no podemos organizar la boda en menos tiempo.
—Eso ya lo veremos.
Jacob la abrazó con fuerza y la besó.
Cuatro días después, se habían casado.
----------------------------------------

domingo, 29 de julio de 2012

IMAGENES DE LA HERMANDAD DE LA DAGA NEGRA

En esta entrada os voy a dejar algunas imágenes de la Daga Negra que he encontrado en la red, bajo el nombre de Anyae.
Espero que os gusten y dejéis vuestros comentarios. 








sábado, 28 de julio de 2012

CONCURSO


Este es el primer concurso que realiza el blog Eterna Oscuridad. No es muy difícil y los premios estan muy bien.
1er Premio: Ejemplar de Eterna Oscuridad. La Sombra de una Esperanza
2º Premio: Ilustración de Elisa. Autora: Fany Carmona

Puedes conseguir alguno de ellos es muy fácil. Sólo tenéis que llevar a cabo unos cuantos pasos:
1. Ser seguidores del blog. 
2. Promocionar el concurso/novela en vuestros blogs/facebook/twitter. (Pueden ser los tres, dos o uno, eso no importa). Para esto vale con un pequeño artículo en el que conste un enlace al blog; vosotros elegís el contenido y la extensión.
3. Escribir un correo a sagaeternaoscuridad@gmail.com en el que conste: nombre, e-mail, perfil de blogger con el que seguís el blog, enlaces a la promoción del concurso o novela en blogs/facebook/twitter.

Una vez que llegue el correo enviara una respuesta.
Si os animáis a participar PINCHAR AQUÍ

viernes, 27 de julio de 2012

LA TENTACIÓN VIVE ARRIBA CAPITULO 16


Esta historia es mía.
Espero os guste y dejéis vuestros comentarioS aunque el capitulo se me ha quedado un poco corto.

LA TENTACION VIVE ARRIBA
Summary: Ella será una famosa modelo con un gran secreto que acabara compartiendo con su vecino de abajo un apuesto empresario aficionado al montañismo y a la caza, sin haberlo planeado. Pero............. ¿Acabaran siendo algo más que vecinos?

CAPITULO 16: REUNION FAMILIAR

-Yo abro Rose

-Vale Esme

-Buenas tardes.- dijo Esme al abrir la puerta

-Buenas tardes, me llamo Ángela y soy comercial farmacéutica. Me podría decir si voy bien por aquí hacia la farmacia.- escuche decir a la humana que había tocado la puerta.

-Si va bien, tiene que seguir todo recto y en la primera calle que vea a la derecha gire y encontrara la farmacia.- le indico Esme amablemente.

-Muchas gracias y perdone por molestarla.

-De nada y no se preocupe que no me ha molestado. Le contesto Esme mientras la humana se dirigía hacia su coche.

-Esme si ya se ha ido la humana ¿Por qué no entras?.- le pregunte mirándola

-Buenas tardes ¿vive aquí la señorita Rosalie?

-Buenas tardes. Si, aquí vive.- decía Esme al mensajero mientras yo me dirigía hacia la puerta entusiasma.

-Bien. Pues entonces fírmeme aquí para que le entregué el paquete.

-Ahora mismo.- Le decía Esme al mensajero mientras yo cogia el paquete.

-Todo correcto. Que tengan una buena tarde.- nos dijo el mensajero cuando vio que estaba todo

-Igualmente.- le contestamos Esme y yo viéndolo marcharse y entrando a la casa.

-¿Esme lo abrimos? O… ¿Esperamos a Carlisle y Edward?

-Yo creo que es mejor que los esperemos. Además hasta que ellos no vengan no tenemos ningún documento identificativo tuyo. Hoy se los daban a Carlisle.

-Es verdad, aun no tengo mis papeles siendo vuestra hija.

-Ya le queda poco para venir. Me dijo Esme mientras nos sentábamos en la entrada a esperarlos.

jueves, 26 de julio de 2012

IMAGENES DE VICTORIA FRANCES

En esta entrada os voy a dejar algunas imágenes que he encontrado en la red bajo el nombre de Victoria Frances .
Espero que os gusten y dejéis vuestros comentarios.





miércoles, 25 de julio de 2012

AMANDO A UN VAMPIRO CAPITULO 12


Esta historia le pertenece a Kassi en su blog “Luz de cristal”
Espero que os guste y dejéis vuestros comentarios.

AMANDO A  UN VAMPIRO
 SUMMARY: Porque el amor puede llegar a ser difícil y si no que se lo digan a la familia Cullen, amantes de vampiros… (vampiros & humanos) 
Clasificación: T

CAPITULO 12

POV Rosalie

Hoy era el día, el día especial de Jasper, así que no podía estropearlo con la reconciliación de Emmett, haría las paces y saldría de su habitación sin montar ningún espectáculo. Lo tenía pensado, aunque no confiaba en absoluto en mí, porque yo amaba demasiado a Emmett como para dejarlo solo y triste. Esperaba que no estuviera tan horrible como lo imaginaba.

Llegue a la casa de los Swan después de clases, iba pensando en Emmett. Baje de mi coche recién estrenado para dirigirme a la puerta. Esta se abrió sin necesidad de tocarla y Edward apareció tras ella, parecía feliz y sorprendido a la vez. Fui hasta él para saludarle con 2 besos.

-Hola, Rose-me dijo tras separarse de mí.

-Hola, Ed-

-Por fin lo sabes todo, me alegro de que estés aquí, y sé que en el fondo tu también-termino de decir.

-¡Rosalie!-exclamo Alice acercándose a mí y abrazándome, en cuanto exclamo mi nombre todos aparecieron a mi lado excepto Emmett. De verdad lo echaba de menos. Echaba de menos su simpatía, sus bromas, su cariño, todo su ser.

-¿Quieres subir a saludar a Emmett?-pregunto Alice.

-Está recién alimentado ¿no?-pregunto Jasper, antes de que yo pudiera contestar nada.

-Claro que lo está, le obligue. ¿Crees que pondría a Rosalie en peligro?-pregunto un poco molesta.

-No, no-contesto mi hermano, sonrió a Alice, y acto seguido ella también lo hizo.

-Sí, voy a hablar con Emmett ya, antes de que empiece la conversión de Jasper-les dije.

Subí las escaleras lentamente, temiendo que Emmett saliera de su habitación y me echase de aquí por haberlo tratado tan mal pero fue totalmente al contrario.

Abrí la puerta de su habitación y me dolió el alma verlo así, tirado en la cama, mirando a la pared y respirando como si fuera a hiperventilar.

-¿Emmett estas bien?-pregunte acercándome un poco a su cama.

-No creía que de verdad estuvieras aquí-dijo con voz triste.

-Lo siento Emmett, venia para disculparme por gritarte, lo siento de veras-él se giro en la cama y se sentó, tenia esperanza en los ojos.

-Eso no quiere decir que vayamos a volver-añadí tristemente bajando la cabeza.

Se oyó un enorme suspiro y después sentí unas manos en mi cara, Emmett me estaba apretando contra la pared y me hacía sentir su cuerpo contra el mío. Mi corazón bombeaba desenfrenadamente, mi cuerpo lo reclamaba y mi interior vibraba.

-Esta vez no te dejare escapar, sé que eres demasiado buena para mí, pero no soy tan tonto como para dejar que una chica como tú que además me quiere, salga de mi habitación así como así-mi mente gritaba peligro, pero mi cuerpo decía otra cosa. Emmett se acercó y puso su frente contra la mía me miro a los ojos durante unos segundos y después me beso con insistencia.

Ya no podía evitar lo inevitable, lo bese como si no lo hubiera hecho en años y nuestras lenguas luchaban fervientemente por nuestro reclamo de amor.

-Creo que deberíamos ver a tu hermano, ya lo están preparando-dijo separándose de mí.

Ese beso fue un remolino de sentimientos pero me sabio a poco porque yo quería más de él.

Me llevo a una habitación y vi a Jasper tumbado en una cama sonriendo, a su lado estaba Alice y a el otro se encontraban Edward y Bella.

Alice se agachó y posiciono su boca en el cuello de Jasper, parecía que le besaba pero la realidad era que le estaba mordiendo con suma delicadeza.

POV Jasper

Sentí sus labios en mi cuello y enseguida unos colmillos se hincaban en mi piel. Alice se separo y me miro preocupada, yo le sonreí y pensé en lo que me esperaba de ahora en adelante.

Un pequeño dolor empezó a fluir por mis venas, en principio solo era un dolor suave en todo mi cuerpo, pero después ese dolor se posiciono en los pulmones, podía comparar este dolor con el de la enfermedad que una vez tuve, o eso creí hasta que se extendió por mi estomago y me hizo tener nauseas, las contuve y pegue mis labios por si acaso. Una mano se poso en la mía y me estremecí por el contacto, la mano se aparto, así que mire a Alice.

-No quites la mano-le dije como pude, el dolor era grande pero eso me daba igual por sentir el contacto de mi amor.

La puso de nuevo sobre la mía y cerré los ojos intentando ignorar el dolor y concentrarme en su hermoso contacto. Por un segundo me olvide del dolor y creí estar junto a ella en la cama, aunque en seguida volvió el dolor aun más fuerte en todo mi pecho. Respiraba como podía, con mucha dificultad mientras veía como mi vida se iba apagando poco a poco con la intensa quemazón.

-Mi vida, estaré aquí siempre, si necesitas algo solo grita. Aunque sea besos, sangre, caricias…solo dilo-dijo Alice con voz entrecortada.

Yo no conteste, solo contuve mis labios y mis ojos bien cerrados. Los ojos me empezaban a doler por la fuerza que hacía con ellos.

A estas alturas de la transformación, ya no prestaba atención a lo que ocurría a mi alrededor ni el posible tiempo que llevaba sufriendo, solo había una cosa que lo hacía y era los susurros y las caricias de Alice que a pesar del dolor me tranquilizaban de sobremanera.

Llego un momento que mi cuerpo no fue lo bastante fuerte como para seguir resistiendo el dolor, y perdí la consciencia, cuando la recobre vi la cara de mi hermosa duendecillo sobre mí mirándome con sus fabuloso y enormes ojos, en ellos se observaba preocupación al mismo tiempo que amor.

-Aguanta, ya falta poco. Llevas 1 día y medio con la transformación-

¿Llevaba 1 día y medio trasformándome? Creí que llevaría más.

Entonces vi como el dolor iba yéndose poco a poco y solo quedaba un rastro de él en mi piel y una fuerte quemazón en mi garganta.

-Me duele…la garganta-le dije a Alice.

-Eso es normal, ¿ya no te duele nada más?, pareces mejor- dijo poniéndome una mano en mi mejilla. Ella llamo a Bella que apareció con un vaso de sangre en sus manos.

Sin entender mis gustos, y lo que mi cuerpo me pedía, me puse como pude sentado en la cama y espere impaciente la sangre. Bebí hasta la última gota de ese líquido con impaciencia, aún quería más pero no sabía cómo pedirlo se me hacía muy raro.

-Aquí tienes más-dijo Alice dándome esta vez una jarra.

Lamí mis labios y bebí casi atragantándome el líquido, aunque mi mente decía que era demasiado raro beber sangre, mi cuerpo lo reclamaba como si de aire para un humano se tratara.

Termine y mire a Alice expectante, hasta ahora no me había dado cuenta pero con estos sentidos vampíricos la veía más hermosa y natural de lo que nunca lo hubiera creído.

-Te amo-le susurre sonriendo.

martes, 24 de julio de 2012

IMAGENES DE ANNE STOKES

En esta entrada os voy a colgar imágenes que he encontrado en la red bajo el nombre de Anne Stokes 
Espero que os gusten y dejéis vuestros comentarios.




lunes, 23 de julio de 2012

HAMBRIENTOS DE DESEO CAPITULO 12

Este capitulo le pertenece a Maria en su blog “Letras de hielo y fuego”
Espero que os guste y dejéis vuestros comentarios

HAMBRIENTOS DE DESEO 
 Adaptación 
Summary: Cinco segundos antes, Jacob Black habría jurado que no le podía pasar a él.. que la mujer perfecta para él no existía. Y entonces, la encontró en un restaurante abarrotado. El olor de la dulce y humana Nessi Cullen desató en su interior una necesidad explosiva que jamás recibiría la aprobación de los miembros de su clan.

CAPÍTULO 12:

Tic, tac; tic, tac.

Renesmee observó las manecillas del reloj moderno que colgaba de la pared. El tiempo pasaba tan despacio que no lo podía soportar. La espera la estaba destrozando. Jacob llevaba varias horas fuera de casa y su miedo y su preocupación aumentaban exponencialmente.
Se había sentado en el sofá de cuero del sótano, con Riley en el extremo opuesto. Pensaba en lo todo lo que había pasado durante los días anteriores e intentaba encontrar respuestas, sin éxito.
Justo entonces, se oyó el teléfono. Seth apareció en cuestión de segundos.

—Es para ti, Riley.
—¿Para mí? —preguntó el joven, extrañado.
Seth se encogió de hombros y le dio el teléfono inalámbrico.
—Es una chica. No sé cómo te ha encontrado, pero parece bastante desesperada. Creo que deberías hablar con ella.
Riley se alejó un poco y contestó la llamada. Renesmee decidió aprovechar la ocasión para ir a buscar una aspirina, así que se levantó del sofá y caminó hacia la puerta. En ese momento, oyó un golpe seco a su espalda y se giró. Seth estaba tendido en el suelo, con una herida en la cabeza. Riley se encontraba junto a él, y el teléfono estaba manchado de sangre.
—¡Oh, Dios mío! ¿Qué ha pasado? —preguntó.
Se acercó a Seth y se arrodilló junto a él.
—Se recuperará —afirmó Riley—. No le he pegado demasiado fuerte… sólo lo justo para que pierda el sentido.
—¿Cómo sabes que se recuperará? ¡Lo has golpeado en la cabeza, Riley!
Riley se acercó a la cama, recogió la camiseta que Jacob le había prestado y se la puso. A continuación, se limpió las manos en las perneras de los pantalones y se giró hacia ella. Estaba muy pálido.
—Tienes que venir conmigo, Renesmee.
—¿Qué diablos te pasa, Riley? ¿Con quién has hablado?
Ella quiso alcanzar el móvil de Seth, que llevaba en la cintura, pero el joven se le adelantó y lo arrojó contra una pared, destrozándolo.
—¡No puedes llamar a Jacob! —exclamó—. ¡No puedes llamar a nadie!
Renesmee tomó aire e intentó mantener la calma.
—¿Por qué haces esto? ¿Quién te ha llamado? ¿James?
—Era Irina. James la ha secuestrado a ella y a la madre de Jacob.
—Oh, Dios mío… Pero ¿qué has hecho, Riley? Si eso es cierto, Seth nos podría haber ayudado…
—¡No! Tú no lo entiendes. Me ha dicho que las matarán a las dos si no vamos ahora mismo. Solos.
—Yo no pienso ir a ninguna parte.
Renesmee reaccionó rápidamente e intentó alcanzar el teléfono inalámbrico, que Riley había dejado sobre la cama. Sin embargo, el adolescente la atrapó con suma facilidad.
—Por favor, Renesmee —le rogó—. No quiero hacerte daño. Te estoy diciendo la verdad.
—¿Estás seguro de que era Irina? Podría ser una trampa.
—Estoy seguro. Y me ha pedido que te diga que también tiene el medallón con las fotos… ¿A qué se refería?
—Oh, esto no puede ser verdad… —declaró ella, desesperada—. Se refiere al medallón de Sara Black, que lleva dentro las fotografías de sus dos hijos. Tenemos que esperar a Jacob y a sus compañeros. No podemos ir solos.
—No, no, tenemos que marcharnos. No puedo dejar a Irina con ese hombre.
—Riley…

Renesmee sabía que no podría convencer al joven. Sólo esperaba que Jacob volviera a tiempo de ayudar a Seth; suponía que la herida de la frente no sería peligrosa para un hombre lobo, pero odiaba la idea de dejarlo allí, solo, tendido en el suelo.

—Está bien, Riley, de acuerdo. Te acompañaré.
Riley la agarró de la muñeca.
—Pues vamos. Démonos prisa.

Salieron de la cabaña. El cielo se había cubierto, bloqueando los rayos del sol de la tarde.
Renesmee sintió un frío repentino y se frotó los brazos. Había salido tan deprisa que ni siquiera se había podido poner una chaqueta, y el jersey que llevaba era demasiado fino.
Sabía que Riley no le haría daño, pero también sabía que James no la dejaría escapar bajo ningún concepto. Las utilizaría a Sara y a ella para atraer a Jacob a una trampa, y luego la obligaría a contemplar la muerte del hombre del que se había enamorado.
Jacob era más fuerte que James y, en circunstancias normales, habría acabado con él con cierta facilidad; pero James no jugaba limpio. Y en cuanto a Riley, era evidente que tampoco lo dejaría marchar.

—¿Les has mentido, Riley? —preguntó mientras se internaban en el bosque.
—¿Cómo?
—¿Has mentido a Jacob y a sus compañeros con lo de tu pesadilla? Dime la verdad, por favor.
—¿Crees que mentiría a Jacob? —preguntó, mirándola fijamente.
—¿Serías capaz?
—No. Por Dios, Renesmee… no tengo ningún deseo de que James se salga con la suya, pero no me ha dejado elección.
—Riley, sé que estás asustado, pero necesito que me lo cuentes todo. No puedo ayudarte si no me lo cuentas.
—¿Ayudarme? Dios, Renesmee, eres la única persona que conozco que ofrecería ayuda al tipo que acaba de secuestrarla.
—Porque sé que no me harás daño, Riley. Y si quieres que salgamos de ésta, tendremos que trabajar juntos.
—No pierdas el tiempo conmigo. Ambos sabemos con seguridad que Jacob me matará cuando me encuentre.
—Riley, deberías haber confiado en ellos. Te habrían ayudado.

El chico la miró con expresión de angustia, casi a punto de llorar.
—Eso ya no importa. Tengo que hacer algo… no puedo permitir que hagan daño a Irina. James la ha encontrado por mi culpa, y sacarla de allí es responsabilidad mía.
Renesmee no intentó huir de nuevo. Las cosas se habían puesto muy feas, pero no estaba dispuesta a abandonar al joven. Además, las vidas de Irina y de Sara estaban en juego.
—En eso te equivocas. También es cosa mía, Riley. No estás solo.

Antes de que Jacob pudiera llegar a la cara sur de Fiat Rock, Charlie lo llamó por teléfono para informarlo de que habían encontrado restos humanos en una cueva de la cara norte. Jacob subió al todoterreno y se reunió con sus compañeros; después, dedicaron varias horas a seguir el olor que habían dejado los asesinos, pero el viento soplaba con fuerza y dificultaba la tarea.
Como tenían que avanzar en silencio, quitó el sonido al teléfono y lo puso en modo de vibrar. De hecho, se pegó un buen susto cuando el aparato empezó a moverse en su bolsillo.

—¿Dígame?
—¿Sabes cómo consigo reunir a mis seguidores, Black? Les robo hasta su último resto de humanidad, tiento a la bestia que llevan dentro y me los gano con un asesinato. En cuanto prueban la carne humana, se quedan tan enganchados como un adicto a la heroína. Es una sensación maravillosa. No tienen ni la menor opción frente a mí… y tú tampoco la tendrás.
—¿Quieres apostar algo?
—Por supuesto; te acepto la apuesta que quieras. Pero me temo que tienes muy pocas posibilidades.
Jacob notó que algo iba mal.
—¿Sabes qué es lo que más me gusta de ella? Esa cabellera roja —continuó James—. ¿Tiene el pelo de ese color en todas partes? No, no me lo digas. Prefiero descubrirlo personalmente. Seguro que sabe a fresas…
—No sé qué estás tramando, pero no me voy a tragar el farol.
—Lo harás. Ya lo creo que lo harás —murmuró el hombre lobo—. Hasta pronto, Black.

La comunicación se cortó y Jacob se detuvo en mitad del bosque, paralizado. Sentía una angustia que no lo dejaba respirar, pero reaccionó enseguida, llamó a los otros y les ordenó que se reunieran con él junto al todoterreno. Pocos minutos después, conducían hacia la cabaña a toda velocidad.
Poco antes de llegar al callejón, llamó al teléfono de la casa y al móvil de Seth, pero nadie respondía. En cuanto se detuvieron, salió del vehículo y corrió hacia la entrada.

—¡Renesmee! ¡Seth! —exclamó.
No había signos de lucha en ninguna parte, pero ni Renesmee ni Seth estaban allí. Bajó al sótano a toda prisa y encontró a su amigo en el suelo, con una herida en la frente y un charco de sangre bajo la cabeza.
—¡Dios mío! ¡Seth, despierta! ¿Dónde está Renesmee?
Seth gimió y abrió los ojos.
—¿Jake? Oh, no… tengo que encontrarla…
—¿Qué ha pasado?
—Llamaron a Riley… por teléfono. Era una chica. No sé quién…
—Habla, Seth…
—Me golpeó por la espalda. No recuerdo más.
—Tiene que haber sido James; es la única explicación —dijo Jacob—. ¿Tienes idea de adonde han podido ir?
—Ojala la tuviera, Jake, pero Riley sólo estuvo unos segundos al teléfono y luego me atacó.
Carlisle apareció en la puerta.
—Espero que tuvieras el buen juicio de sellar el pacto de sangre con ella, Black —declaró el irlandés—. Ya no llueve, pero su olor se habrá disipado. El vínculo que se establece con el pacto de sangre podría ser la única forma de encontrarla.
—¿De qué diablos estás hablando, Carlisle? —bramó Jacob—, Tenía entendido que sólo funcionaba con emociones o sentimientos.
Carlisle asintió.
—Sí, pero hay licántropos que afirman que también sirve para localizar físicamente a alguien. Por lo visto, deja una especie de señal que se puede captar como si fuera una emisión de radio… así que tranquilízate y concéntrate en ella. Seguro que sabes dónde está.
Jacob se sintió avergonzado y culpable por no haberlo hecho.
—Vamos, Jake, usa el vínculo —insistió Carlisle.
—Yo… no puedo.
—¿Qué quieres decir con que no puedes? —preguntó Charlie, de pie junto a su compañero—. No me digas que todavía no has establecido el vínculo… ¿Cómo es posible? ¿James la estaba persiguiendo y no te uniste a ella?
—Claro que no lo ha hecho. Estaba demasiado asustado… ¿verdad, Jacob?

La voz que sonó no era la de Charlie ni la de Carlisle, sino la de Billy Black, que acababa de aparecer en la escalera. Tenía sangre en la cabeza y su jersey estaba desgarrado.
Jacob lo miró con incredulidad.

—¿Qué te ha ocurrido? ¿Dónde está mamá?
—Sospecho que en el mismo lugar donde tienen a Renesmee —contestó—. ¿Me acompañas? Tenemos que salvarlas.
—¿Sabes dónde están?
—Por suerte, yo no tengo miedo de seguir los dictados de mi corazón —afirmó su padre—. ¡Por supuesto que sé dónde están!
Jacob se pasó una mano por el pelo, intentando mantener la calma.
—¿Vas a decirme lo que ha pasado? ¿O a seguir gritando?
—Tu madre quería darle unas cosas a Renesmee, de modo que decidimos volver a la cabaña. Alguien disparó a las ruedas de mi coche y nos salimos del camino… Yo quedé atrapado e inconsciente, y cuando desperté, se habían llevado a Sara. Pero basta de preguntas. ¡Tenemos que ir a buscarlas!
—¿Y dónde están?
—Te lo diré en cuanto alguien me traiga un mapa.
—Traeré el que tienes en el todoterreno —dijo Charlie.
Jacob ayudó a Seth a levantarse. Charlie volvió enseguida con el mapa, que extendió sobre la cama del sótano. Billy empezó a buscar la localización, y no tardó demasiado.
—Aquí, aquí es… aquí es donde las tienen.
—Caramba —dijo Seth—, ya me habían dicho que los pactos de sangre se pueden usar para localizar a una persona, pero nunca lo habría creído…
—Pues funciona —afirmó Billy.
Jacob miró a Seth y preguntó:
—¿Te sientes con fuerzas para acompañarnos?
—Intenta detenerme si puedes.
—Entonces, vámonos.
—Podemos ir en coche hasta las cercanías, pero el último tramo lo tendremos que hacer a pie —comentó Billy.
—Me da igual cómo lleguemos —dijo Jacob, que ya se dirigía a la salida—. Siempre y cuando lleguemos a tiempo.

La brisa soplaba suavemente entre los árboles, como un susurro en una habitación. Jake estaba tan tenso que las manos y la frente se le habían cubierto de sudor mientras avanzaban por el bosque. Su padre abría camino porque se había ganado el derecho de dirigir la partida; a fin de cuentas, era su instinto el que les había indicado la localización.
Además, ya no tenían ninguna duda. Unos doscientos metros atrás, habían encontrado uno de los brazaletes de Renesmee, tirado en el suelo. Ahora sabía que Renesmee seguía con vida; pero no por cuánto tiempo.
Pensó que si le ocurría algo malo, no se lo perdonaría nunca. Se dijo que había sido un estúpido; se había dejado llevar por sus temores y se había resistido a sus sentimientos sin darse cuenta de que todo era inútil porque ya estaba perdidamente enamorado de Renesmee.
Deseó hundir los colmillos en la frágil base de su cuello, beber su sangre y completar lo que ya estaba escrito con letras indelebles en su corazón.
El grupo se detuvo en el preciso lugar en que el bosque daba paso a un claro de hierba alta, justo antes de la imponente pared de granito. En el interior de una cueva brillaba un fuego, como un dragón a punto de exhalar.
Jacob alzó la cabeza, olfateó el aire y distinguió el aroma de Renesmee, que le pareció el más perfecto y dulce del mundo. Desgraciadamente, también notó su miedo, cercano al terror.
Billy se dio cuenta de que estaba decidido a atacar de frente y lo detuvo.

—Aún no, Jacob. Tenemos que hacerlo siguiendo las normas de nuestra gente.
—De tu gente, querrás decir. No de la mía.
—Jacob, tranquilízate. Si alimentas el odio, se quedará en ti y te devorará por dentro. Suéltalo y asume de una vez la suerte que tienes.
—¿Y qué hay de Renesmee? ¿Esto también te parece una suerte? Papá, le prometí que cuidaría de ella y mira lo que ha pasado. Está en manos de ese canalla por culpa mía.
Carlisle se acercó a ellos. Sus ojos grises brillaban como dos brasas.
—Los únicos licántropos que he podido oler son James y el chico —declaró—. Están solos, con las mujeres.
—Pero no lo estarán por mucho tiempo.
Jacob se abalanzó hacia la cueva en el preciso instante en que el sol se ponía en el horizonte, lanzando un destello de tonos rojos, dorados y naranjas. Ya había llegado a la entrada cuando oyó la voz de su adversario.
—No te molestes en llamar. Te estábamos esperando, Black. Entra y únete a nuestra pequeña celebración.

Jacob entró, seguido de su padre y del resto de sus compañeros, y se sintió enormemente aliviado al ver a Renesmee y a su madre a la derecha. Riley estaba tendido en el suelo, inmóvil, a pocos metros de las mujeres.
James descansaba sobre una roca enorme, con los codos apoyados en las rodillas. Su cara, sus brazos y su torso estaban cubiertos de sangre, y sus ojos parecían dos pozos profundos y sin vida.
Sin apartar la vista del hombre lobo, Jacob avanzó hacia las mujeres. Billy lo siguió.

—Míralas bien, Jacob —dijo James con una sonrisa de satisfacción—. Míralas bien, porque ahora son mías.
—¿Tuyas? Te has vuelto definitivamente loco —bramó.
El hombre lobo soltó una carcajada.
—No te preocupes; te permitiré luchar por su vida… y luego, cuando estés agonizando, me daré un festín con ellas mientras tú contemplas la escena.
—Has sobrepasado todos los límites de la perversión, James —intervino Billy, con voz gutural, rabiosa.
Billy estaba dispuesto a invocar las leyes de la Liga de los Ancianos, lo cual significaba que iba a desafiar a James. Jacob lo sabía perfectamente, así que se le adelantó.
—James, te reto a muerte.
El hombre lobo volvió a reír.
—Vaya, esto va a ser divertido —dijo.
Jacob gruñó y apretó a Renesmee y a su madre contra la pared de la cueva, para mantenerlas tan lejos como fuera posible de James.
—¿Qué le ha pasado a Riley? —les preguntó.
—Que tu mujer le ha dado un buen golpe —explicó Sara—. El chico estaba dispuesto a retar a ese monstruo cuando Renesmee le ha pegado en la cabeza con una roca. Le ha salvado la vida.
—No por mucho tiempo —murmuró Jacob—. Cuando se recobre, lo mataré.
—No puedes hacer eso. No ha sido culpa suya, Jacob —intervino Renesmee—. Sólo quería salvar a Irina; pero cuando llegamos, James ya había…
—¿Ha matado a la chica? —preguntó Jacob, furioso.
Renesmee asintió.
—Tuve que detener a Riley. Si se hubiera enfrentado a ese monstruo, habría muerto —explicó.
—¿Y lo has dejado inconsciente?,
—Me pareció la mejor solución.
—Eres increíble… —dijo, asombrado.
Seth se inclinó sobre Riley y miró su herida.
—Sospecho que tardará un buen rato en despertar… pero quién sabe, puede que el golpe de Nessi le haya devuelto la sensatez —comentó—. No puedo creer que pretendiera acabar con James sin ayuda.
—No tenía elección. ¿Te acuerdas de la llamada telefónica? Era Irina. Le dijo que James las había secuestrado a ella y a Sara y que las mataría si no me traía de inmediato. Cuando llegamos, ya había…
—No lo pienses, Ness —dijo Jacob—. Olvídalo.
Carlisle se acercó en ese momento a Jacob y le susurró:
—Va a ser casi imposible que lo derrotes en combate, Black.
—¿Por qué dices eso? —preguntó Renesmee.
—La carne humana da una fuerza asombrosa a los licántropos. Se acaba de dar un festín y su sangre está llena de adrenalina.
—¿Y no hay nada que os dé más fuerza que eso? —preguntó Renesmee.
—Ahora que lo dices, sí… —dijo Seth—. Un pacto de sangre.
—¿Un pacto de sangre? Entonces, ¿a qué estamos esperando? Jacob, por favor, tienes que hacerlo —rogó Renesmee—. No queda otra salida.
Jacob sacudió la cabeza.
—No puedo hacerte eso; no después de lo que ha pasado esta noche. No puedo utilizarte de ese modo.
—¡Maldita sea, Jacob! ¡Hazlo de una vez! No quiero perderte… por favor…
—No puedo…

A Jacob le pareció una situación condenadamente irónica. Al principio, no se había atrevido a ofrecerle el pacto porque estaba seguro de que lo rechazaría; y ahora, cuando ella le rogaba que lo hiciera, no podía aceptar; porque si aceptaba y James lo vencía en combate, ella también moriría.

—Sé que no me amas, Jacob, pero no queda otra opción. No permitas que te mate —insistió, llorando—. Te prometo que me marcharé después y te dejaré en paz… te lo prometo. Pero no dejes que te mate. No podría vivir.
—Renesmee, mírame.
Ella alzó la cabeza y lo miró.
—Te amo, Renesmee.
—¿Qué has dicho?
—Que te amo. Te amo tanto que ni siquiera sé cómo explicar lo que siento. Estás en mi corazón, en mi mente, hasta en el aire que respiro… Te amo.
—Entonces, ¿lo harás?-- El volvió a negar con la cabeza.
—No puedo hacerlo, cariño. Así, no. Has pasado por tantos peligros que…
—¿A quién le importa eso, Jake? Estoy viva, Jacob. Pero si te matan…
—Si me matan después de que sellemos el pacto, tú también morirás —le explicó—. Y no lo puedo permitir.
Jacob le dio la espalda a la mujer que amaba y avanzó unos pocos metros. Al acercarse al centro de la cueva, vio los restos de la pobre Irina, junto a la roca en la que James se había sentado.
Carlisle se aproximó, con un cigarrillo en la boca, y sacó un encendedor del bolsillo.
—Billy —dijo—, creo que te corresponde trazar el círculo.
Billy llegó a su altura, tomó un puñado de tierra y lo dejó caer en cuatro puntos distintos, correspondientes a los cuatro puntos cardinales. Después, trazó un círculo amplio en el suelo de la cueva, pronunció las palabras del desafío y concluyó:
—Que así sea entonces. Combatid hasta que sólo quede un lobo con vida.
Jacob se acercó al borde del círculo, se quitó la camiseta y la dejó caer al suelo. James se acercó por el lado contrario.
—¿Luchamos como hombres lobo completos o sólo a media transformación? —preguntó.
—A media —respondió Jake.
James rió y guiñó un ojo a las mujeres.
—Sabía que diría eso.
Billy tocó en el hombro a su hijo y lo miró con ojos llenos de preocupación y orgullo.
—¿Algún consejo? —preguntó Jacob.
—Sí. Puede que Renesmee tenga miedo de nuestro mundo, pero cualquier humano lo tendría. Es una mujer fuerte, valiente y muy protectora contigo. Si la amas, confía en ella. Merece tu fe.
—Lo sé. Es mi compañera.
—En tal caso, es hora de que completes el pacto de sangre, hijo. No juegues con la suerte. La vida es demasiado corta.
Jacob sacudió la cabeza.
—Te prometo que le ofreceré el pacto si salgo con vida de esta cueva. Pero ahora no puedo ni debo hacerlo.
Billy entrecerró los ojos.
—Puede que sea tu única oportunidad de vencer, Jacob.
—Sí, puede ser. Pero por otra parte, la perspectiva de unirme a ella me dará fuerzas sobrehumanas.
Carlisle soltó una risa irónica a su lado. Jacob se giró, caminó hacia Renesmee y la besó en la boca.
—No te pondré en peligro, Ness.
Acto seguido, hizo un gesto a Seth, que se acercó y apartó a Renesmee del lugar donde iban a combatir.
—Te amo, Renesmee. Pase lo que pase, no lo olvides —dicho eso, Jacob tomó aire, inclinó la cabeza y entró en el círculo.