Esta historia le pertenece a Kassi en su blog “Luz de cristal”
Espero que os guste y dejéis vuestros comentarios.
AMANDO A UN VAMPIRO CAPITULO 14
SUMMARY: Porque el amor puede llegar a ser difícil y si no que se lo digan a la familia Cullen, amantes de vampiros… (vampiros & humanos)
Clasificación: T
POV Rosalie
Salí de clase más contenta de lo que se suponía que debería estar, hoy le contaría a mis padre todo y mañana iría a casa de Emmett para mi transformación.
Echando la vista atrás podía ver cuánto había pasado últimamente, me costaba creer que en tan solo un mes y poco más me hubiera enamorado hasta el punto en el que me encontraba ahora mismo, a punto de cambiar mi vida drásticamente para poder estar con Emmett. Me costaba tanto creerlo que deje de pensar en ello y me concentre solo en mi futuro y no en mi pasado.
Llegue junto a mi familia y los salude, bese a Emmett y nos metimos en el coche. Yo en el de Emmett para que me llevara a mi casa, y los demás menos Jasper, en el de Alice para ir a su casa. Emmett me había prometido que estaría cerca de mi casa para escuchar cuando hubiera terminado de hablar con mi madre y ayudarme a hacer las maletas, o si no me salía como lo tenía pensado, vendría para animarme y darme ánimos.
Llegue a mi casa, sin apenas haber hablado con Emmett, estaba demasiado nerviosa para ello.
Salí del coche, cerré la puerta y vi como se alejaba solo unos metros para que no se viera desde mi casa, Emmett se bajo y corrió hacia mí a velocidad sobrenatural, le sonreí nerviosamente y entre en mi casa dejándolo bajo la ventana del cuarto de Jasper.
Vi a mi madre esperándome en la mesa del almuerzo con la mesa ya puesta, y mirándome muy seria, me senté a su lado y empecé a comer intentando parecer normal.
Pare y deje el cubierto en el plato.
-Mamá tengo algo importante que decirte
-Ya sé, me dirás que tu también te vas con tu novio ¿no?-me pregunto igual de seria que antes.
-Sí, ¿pero cómo lo sabes?-
-No hay nada que saber, tu hermano y tu primo ya lo han hecho, ¿Qué te retiene a ti aquí si la persona a la que amas no lo está?-mi madre era demasiado lista.
-Si, tienes razón-le dije bajando la cabeza para no encontrarme con su mirada.
-Cariño, haz lo que tengas que hacer-dijo levantándose de la mesa.
Vi como se iba, y yo la imite, me levante y fui a mi cuarto para empezar a hacer mi maleta.
Emmett ya estaba en mi cuarto cogiendo algunas de mis pertenencias más preciadas guardadas en una pequeña caja de madera.
Terminé en seguida y llame a la puerta del cuarto de mi madre para despedirme, ella me respondió que no me preocupara que, ella se encargaría de explicarle a Carlisle lo sucedido.
Baje las escaleras un poco triste por la reacción de Esme, y me encontré con Emmett esperándome en la puerta.
-Ya paso lo más difícil- me dijo intentando distraerme, la realidad no era esa, lo más difícil seria aguantar el dolor que tendría que pasar durante la transformación.
-No te preocupes, ella es fuerte y yo también-le dije con una sonrisa totalmente falsa.
Llegamos a la casa y solté mis maletas en la habitación que ahora compartía con Emmett. Mi hermano se había percatado de mi estado anímico nada más verme, y no pregunto lo que había pasado porque ya lo sabía todo. Edward leía mentes por lo tanto ya estaba enterado, no había que considerar la posibilidad de que alguien en esta casa no supiera lo que me pasaba y en cierta forma era un alivio porque no me preguntaban ni me agobiaban, ni lo hicieron en todo el día.
Al día siguiente llegue a la Universidad un poco más feliz, porque por la tarde ya sería diferente y tendría una vida nueva.
Jasper seguía en la casa porque no se sentía aún demasiado cómodo estando rodeado de humanos. Aunque Alice venia con nosotros aparentando normalidad.
Hora tras hora, me distraía pensado cualquier cosa sobre mi transformación o las posibles sensaciones que sentiría, solo sabía algo seguro y era que iba a sufrir por el cambio de mi cuerpo.
Aún sabiendo eso estaba deseosa de que llegara la tarde.
En el almuerzo hable con Alice sobre cómo había sido todo esto para ella, y por lo visto yo tenía suerte de que mi situación fuera “fácil”, cada uno tenía una historia pero todas coincidían en una cosa, que no eran demasiado buenas.
Salí de clases, sin ni siquiera preocuparme por los últimos exámenes o los deberes, como sería
normal.
Llegamos a la casa de los Swan o la que se podía llamar ya, mi nueva casa. Jasper estaba en el salón esperándonos, sentado sobre el sofá y sonriendo.
-Ya lo tengo todo preparado-anuncio.
-Pues vamos a la habitación-dijo Alice.
Entramos en mi habitación la cual compartía con Emmett y observe los cambios producidos en esta. La cama estaba abierta sin mantas y tenía algunas almohadas colocadas específicamente donde debía estar el estomago, en la esquina de la habitación había una pequeña nevera, yo suponía que era para hielo o algo así, aunque sabiendo que estaba con vampiros lo mas probable seria que hubiera sangre.
-Ponte en la cama y relájate-me animo Emmett.
-Sí, lo que tu digas-le dije mientras iba hacia ella.
Relajarse ahora era misión imposible, por mucho que lo intentase no podía. Cada uno se puso a un lado de la cama conmigo en el centro y esperaron a que Emm se decidiera.
Bajo su cabeza hacia mí, me beso en los labios y a continuación bajo hacia mi cuello, yo no sabía porque en el cuello y no en otro sitio, pero tampoco era quien para cuestionar nada, ya que yo no conocía cual era la vena por la cual la ponzoña iría más rápido al corazón.
Sus labios besaron la piel de mi cuello y unos colmillos se clavaron en el. Donde me estaba mordiendo empezaba a escocer, el se aparto de mi a la espera de una reacción.
-Te quiero Rose, ahora resiste-dijo Emmett al mismo tiempo que un agudo dolor se repartía por mi garganta y mi estomago.
Aguantaba el dolor como podía cerrando los ojos e imaginando no estar tan mal, a cada minuto el dolor se intensificaba, y ya no podía evitar más pensar solo en el dolor y la quemazón que me consumía.
Este se extendió por mis extremidades y no pude resistir mas, tuve que desahogarme de alguna manera y la mejor en aquel momento fue gritar.
Grite tan fuerte como pude, liberándome de una carga pesada, ya que quería pasar la transformación sin gritar o derramar una lágrima pero me fue imposible.
Enseguida escuche un gemido por alguna parte de la habitación y no era mío, abrí un ojo y mire de donde provenía aquel sonido; en una silla sentado se encontraba Emmett mirando y llorando sin lágrimas, no entendía porque aquella reacción de un solo grito mío. Me prometí no volver a gritar más durante lo que restaba de transformación y resistir por el bien de mi Emmett.
POV Esme
Algo raro pasaba y lo presentía, no era normal aquella situación y menos aquel comportamiento proveniente de unos hijos ejemplares. Nunca me harían eso si tuvieran otra elección.
Ellos podían estar con sus novias y novio y seguir viviendo aquí, pero por alguna razón no lo habían hecho.
Carlisle opinaba lo mismo que yo, aquí había algo extraño. Aquí estábamos pensando en qué hacer con esto.
-¿Qué tal una visita?-pregunto impaciente.
-Buena idea, no les vendrá mal una visita de su madre-
En cierta forma era extraño porque me sentía como si fuera a robarles intimidad a mis hijos, en realidad a eso íbamos a descubrir que les pasaba, o que le había impulsado a dejar de vivir junto a mí.
Salimos de casa y fuimos hacia donde ahora vivían mis hijos y mi sobrino, fue fácil conocer la dirección ya que en el hospital las tenían todas.
La casa se encontraba un poco aislada en un bosque pero aun así era muy hermosa parecía nueva y estaba pintada de colores claros.
Llame a la puerta mirando como Carlisle se ponía más nervioso por momentos, en unos segundos me abrió Edward quien me saludo con una cara de perplejidad.
Le abrace aún sintiendo que el se ponía tenso.
-Hola, tía Esme-
-Hola, Edward ¿y mis hijos?-pregunte mirando por encima de su espalda.
-Pasa, voy a llamar a Jasper-dijo subiendo las escalera, un poco después se escucharon unos
cuchicheos y Jasper bajo.
-Hola, mama ¿Qué te trae por aquí?-pregunto dándome un beso, sin su naturalidad habitual.
-Visita ¿y Rosalie?-
-Arriba, espera la voy a llamar-añadió subiendo de nuevo las escaleras.
Extraño comportamiento el que tenían, al no bajar en un par de minutos me estaba impacientando. Por alguna razón descabellada se me ocurrió subir a buscarlos.
Llegue al piso superior, y mire hacia todas las direcciones intentando averiguar cual sería la puerta que tocaría y abriría. Vi una entreabierta de la cual provenía una leve luz, fui hacia ella y la abrí, para
encontrarme con algo que no creía posible.
Salí de clase más contenta de lo que se suponía que debería estar, hoy le contaría a mis padre todo y mañana iría a casa de Emmett para mi transformación.
Echando la vista atrás podía ver cuánto había pasado últimamente, me costaba creer que en tan solo un mes y poco más me hubiera enamorado hasta el punto en el que me encontraba ahora mismo, a punto de cambiar mi vida drásticamente para poder estar con Emmett. Me costaba tanto creerlo que deje de pensar en ello y me concentre solo en mi futuro y no en mi pasado.
Llegue junto a mi familia y los salude, bese a Emmett y nos metimos en el coche. Yo en el de Emmett para que me llevara a mi casa, y los demás menos Jasper, en el de Alice para ir a su casa. Emmett me había prometido que estaría cerca de mi casa para escuchar cuando hubiera terminado de hablar con mi madre y ayudarme a hacer las maletas, o si no me salía como lo tenía pensado, vendría para animarme y darme ánimos.
Llegue a mi casa, sin apenas haber hablado con Emmett, estaba demasiado nerviosa para ello.
Salí del coche, cerré la puerta y vi como se alejaba solo unos metros para que no se viera desde mi casa, Emmett se bajo y corrió hacia mí a velocidad sobrenatural, le sonreí nerviosamente y entre en mi casa dejándolo bajo la ventana del cuarto de Jasper.
Vi a mi madre esperándome en la mesa del almuerzo con la mesa ya puesta, y mirándome muy seria, me senté a su lado y empecé a comer intentando parecer normal.
Pare y deje el cubierto en el plato.
-Mamá tengo algo importante que decirte
-Ya sé, me dirás que tu también te vas con tu novio ¿no?-me pregunto igual de seria que antes.
-Sí, ¿pero cómo lo sabes?-
-No hay nada que saber, tu hermano y tu primo ya lo han hecho, ¿Qué te retiene a ti aquí si la persona a la que amas no lo está?-mi madre era demasiado lista.
-Si, tienes razón-le dije bajando la cabeza para no encontrarme con su mirada.
-Cariño, haz lo que tengas que hacer-dijo levantándose de la mesa.
Vi como se iba, y yo la imite, me levante y fui a mi cuarto para empezar a hacer mi maleta.
Emmett ya estaba en mi cuarto cogiendo algunas de mis pertenencias más preciadas guardadas en una pequeña caja de madera.
Terminé en seguida y llame a la puerta del cuarto de mi madre para despedirme, ella me respondió que no me preocupara que, ella se encargaría de explicarle a Carlisle lo sucedido.
Baje las escaleras un poco triste por la reacción de Esme, y me encontré con Emmett esperándome en la puerta.
-Ya paso lo más difícil- me dijo intentando distraerme, la realidad no era esa, lo más difícil seria aguantar el dolor que tendría que pasar durante la transformación.
-No te preocupes, ella es fuerte y yo también-le dije con una sonrisa totalmente falsa.
Llegamos a la casa y solté mis maletas en la habitación que ahora compartía con Emmett. Mi hermano se había percatado de mi estado anímico nada más verme, y no pregunto lo que había pasado porque ya lo sabía todo. Edward leía mentes por lo tanto ya estaba enterado, no había que considerar la posibilidad de que alguien en esta casa no supiera lo que me pasaba y en cierta forma era un alivio porque no me preguntaban ni me agobiaban, ni lo hicieron en todo el día.
Al día siguiente llegue a la Universidad un poco más feliz, porque por la tarde ya sería diferente y tendría una vida nueva.
Jasper seguía en la casa porque no se sentía aún demasiado cómodo estando rodeado de humanos. Aunque Alice venia con nosotros aparentando normalidad.
Hora tras hora, me distraía pensado cualquier cosa sobre mi transformación o las posibles sensaciones que sentiría, solo sabía algo seguro y era que iba a sufrir por el cambio de mi cuerpo.
Aún sabiendo eso estaba deseosa de que llegara la tarde.
En el almuerzo hable con Alice sobre cómo había sido todo esto para ella, y por lo visto yo tenía suerte de que mi situación fuera “fácil”, cada uno tenía una historia pero todas coincidían en una cosa, que no eran demasiado buenas.
Salí de clases, sin ni siquiera preocuparme por los últimos exámenes o los deberes, como sería
normal.
Llegamos a la casa de los Swan o la que se podía llamar ya, mi nueva casa. Jasper estaba en el salón esperándonos, sentado sobre el sofá y sonriendo.
-Ya lo tengo todo preparado-anuncio.
-Pues vamos a la habitación-dijo Alice.
Entramos en mi habitación la cual compartía con Emmett y observe los cambios producidos en esta. La cama estaba abierta sin mantas y tenía algunas almohadas colocadas específicamente donde debía estar el estomago, en la esquina de la habitación había una pequeña nevera, yo suponía que era para hielo o algo así, aunque sabiendo que estaba con vampiros lo mas probable seria que hubiera sangre.
-Ponte en la cama y relájate-me animo Emmett.
-Sí, lo que tu digas-le dije mientras iba hacia ella.
Relajarse ahora era misión imposible, por mucho que lo intentase no podía. Cada uno se puso a un lado de la cama conmigo en el centro y esperaron a que Emm se decidiera.
Bajo su cabeza hacia mí, me beso en los labios y a continuación bajo hacia mi cuello, yo no sabía porque en el cuello y no en otro sitio, pero tampoco era quien para cuestionar nada, ya que yo no conocía cual era la vena por la cual la ponzoña iría más rápido al corazón.
Sus labios besaron la piel de mi cuello y unos colmillos se clavaron en el. Donde me estaba mordiendo empezaba a escocer, el se aparto de mi a la espera de una reacción.
-Te quiero Rose, ahora resiste-dijo Emmett al mismo tiempo que un agudo dolor se repartía por mi garganta y mi estomago.
Aguantaba el dolor como podía cerrando los ojos e imaginando no estar tan mal, a cada minuto el dolor se intensificaba, y ya no podía evitar más pensar solo en el dolor y la quemazón que me consumía.
Este se extendió por mis extremidades y no pude resistir mas, tuve que desahogarme de alguna manera y la mejor en aquel momento fue gritar.
Grite tan fuerte como pude, liberándome de una carga pesada, ya que quería pasar la transformación sin gritar o derramar una lágrima pero me fue imposible.
Enseguida escuche un gemido por alguna parte de la habitación y no era mío, abrí un ojo y mire de donde provenía aquel sonido; en una silla sentado se encontraba Emmett mirando y llorando sin lágrimas, no entendía porque aquella reacción de un solo grito mío. Me prometí no volver a gritar más durante lo que restaba de transformación y resistir por el bien de mi Emmett.
POV Esme
Algo raro pasaba y lo presentía, no era normal aquella situación y menos aquel comportamiento proveniente de unos hijos ejemplares. Nunca me harían eso si tuvieran otra elección.
Ellos podían estar con sus novias y novio y seguir viviendo aquí, pero por alguna razón no lo habían hecho.
Carlisle opinaba lo mismo que yo, aquí había algo extraño. Aquí estábamos pensando en qué hacer con esto.
-¿Qué tal una visita?-pregunto impaciente.
-Buena idea, no les vendrá mal una visita de su madre-
En cierta forma era extraño porque me sentía como si fuera a robarles intimidad a mis hijos, en realidad a eso íbamos a descubrir que les pasaba, o que le había impulsado a dejar de vivir junto a mí.
Salimos de casa y fuimos hacia donde ahora vivían mis hijos y mi sobrino, fue fácil conocer la dirección ya que en el hospital las tenían todas.
La casa se encontraba un poco aislada en un bosque pero aun así era muy hermosa parecía nueva y estaba pintada de colores claros.
Llame a la puerta mirando como Carlisle se ponía más nervioso por momentos, en unos segundos me abrió Edward quien me saludo con una cara de perplejidad.
Le abrace aún sintiendo que el se ponía tenso.
-Hola, tía Esme-
-Hola, Edward ¿y mis hijos?-pregunte mirando por encima de su espalda.
-Pasa, voy a llamar a Jasper-dijo subiendo las escalera, un poco después se escucharon unos
cuchicheos y Jasper bajo.
-Hola, mama ¿Qué te trae por aquí?-pregunto dándome un beso, sin su naturalidad habitual.
-Visita ¿y Rosalie?-
-Arriba, espera la voy a llamar-añadió subiendo de nuevo las escaleras.
Extraño comportamiento el que tenían, al no bajar en un par de minutos me estaba impacientando. Por alguna razón descabellada se me ocurrió subir a buscarlos.
Llegue al piso superior, y mire hacia todas las direcciones intentando averiguar cual sería la puerta que tocaría y abriría. Vi una entreabierta de la cual provenía una leve luz, fui hacia ella y la abrí, para
encontrarme con algo que no creía posible.
dios y ahora que pasará solo espero que Esme no salga lastimada...
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