Espero os guste y dejéis vuestros comentarios.
Contiene un ligero LEMON
MI AMOR DESPRECIADO
Summary: 17 años pasaron desde que se vieron por primera vez, y esa sintonía que había entre sus corazones no se había destruido por nada, cuando el amor llegue a sus almas adolescentes ¿hará que ese equilibrio entre sus almas desaparezca al igual que su amistad? ¿O el amor hará mas fuerte esa conexión?...Secuela de Odiando a mi amado
CAPITLO 8
POV Nessie
¿Sentía dolor? Sí, la mirada que Robert me había echado parecía estar podrida, no sé si era odio o dolor pero cualquiera de las dos me hacia sufrir a mí, mi cabeza era un incesante ir y venir de preguntas sin respuesta que dejaba millones de sentimientos a la deriva; me sentía como en una pesadilla en la cual yo soy la chica convertida en la muñeca de trapo que intenta escapar de la casa de los horrores sin ningún resultado, ahora mismo era muy manejable y cualquier cambio radical me haría llorar de un momento a otro.
Aún sostenía las manos de James con las mías, el chico se estaba tomando muchas molestias solo para tener “el honor” (como decía él) de poder llevarme a una sala de reproducciones de películas mudas, esas que según mi madre en su época no existían. Efectivamente consiguió el permiso de mis padres pues les había caído bien mi nuevo amigo James, incluso a los padres de Robert les parecían que era un encanto, aunque obviamente no pensarían lo mismo si supieran que él era el sustituto de su propio hijo.
Me levante de mi asiento, ya era hora de que se fuera a su casa a comer y prepararse para nuestra salida, eso sería lo mejor, yo solo quería estar sola durante unas cuantas horas; debía pensar y recapacitar más de lo que lo hacía por sí solo, se podría decir que me había vuelto una monja de clausura pues no quería salir de casa, no me hacía ilusión ir a ningún lado y mucho menos ver a James, pero así estaban las cosas. Un enredo sentimental en mi vida.
Cuando despedí a James en la puerta con un seco Adiós, deje de lado a mi familia y fui directa a mi cuarto, no necesitaba a nadie que me echara un charla sobre la responsabilidad y como hay que comportarse frente a un hombre; sabía que me tenían como una niña buena que solo y durante toda su vida había pasado la mayoría del tiempo con el único chico que de verdad le importaba, uno que con el que no necesitaba guardar las formas.
Supongo que después de cerrar la puerta y tirarme en la cama me quede dormida, solo quería cerrar los ojos durante unos minutos y descansar dejando la mente en blanco pero abrí los ojos en otro mundo, uno lleno de color; era un sueño, nada podía ser tan hermoso y escalofriante a la vez.
Eran calaveras, calaveras de colores amontonadas unas encima de otras, mis pies se movían solos y cuando mire hacia abajo me di cuenta que iba vestida con un camisón de color azul, aún así en mitad de una civilización fantasma, perdida en la ciudad de no sé dónde y con una gran montaña de calaveras de colores frente a mí, no tuve miedo. Lo único que sabía hacer era andar así que me acerque, a aquellas cosas, fije mi vista en el suelo mejor para así distinguir entre los huesos esparcidos alrededor de las calaveras algo rojo y pegajoso, intente gritar llamando a alguien pero ningún sonido salió de mi garganta; solo podía acercarme mas y mas a aquellas cosas, entonces lo vi, un hombre tirado en el suelo tan bello y hermoso como siempre.
Robert levanto la cabeza e hizo que un puñado de las calaveras cayeran a un lado, entre sus brazos semi abierto tenia lo que parecía un corazón humano, eso era lo que había provocado el gran charco de color rojo en el suelo, estaba empapado de sangre y en su camisa toda manchada se distinguía un agujero que daba paso a su pecho, esté estaba abierto y solo había vacio en su interior; lo que aquel ser llevaba en las manos era su propio corazón; me alarme al entender aquello y mire a los ojos de Robert buscando sus luz verde, allí no había nada, más que un vacio negro repleto de oscuridad por el que comenzaron a salir lágrimas de sangre; aun seguía sin poder gritar como acababa de comprobar pero mi amigo sí que podía.
-Tómalo-murmuro en un leve murmullo, alargó sus manos queriéndome entregar su corazón, no lo quería tomar, no podía, pero mi cuerpo se movía solo a pesar de que quisiera echar a correr.
Tome su corazón entre mis manos, estaba caliente y correoso pero aún latía y emitía sonido, lo sujete con una mano, y la otra se fue directa a mi pecho; el camisón que llevaba fue desgarrado con una sola mano y mi pecho se rompió por la mitad con el toque de uno de mis dedos, estaba atemorizada y asustada, estaba a punto de darle mi corazón a alguien sin saber quién era o el porqué. Igualmente mi mano atravesó todo mi pecho y desgarro las costillas hasta tomar lo que deseaba; el corazón, el cual fue sustituido con mi otra mano por el de Robert.
Avancé en total silencio un paso hasta él y le entregué el mío, su ojos se iluminaron y volvieron a la vida, sus lágrimas de sangre se convirtieron en nada y apareció una sonrisa en su rostro al igual que el color de sus mejillas, sus manos acariciaban mi corazón acercándolo al hueco de su pecho, el vacío que tenía en él desapareció cuando mi corazón encajo en su pecho con un “cli”; no supe en ese momento que paso pero todo se iluminó y un agujero apareció bajo las calaveras que fueron cayendo del suelo, todo estaba desapareciendo incluso Robert estaba por desaparecer pues estaba quieto esperando a que el agujero lo absorbiera en cada minuto que aumentaba, él sonreía y se tocaba el pecho con calor, yo estaba asustada no lo quería perder, sentía que volvía a ser él; que podíamos ser uno pues nuestros corazones encajaban en el pecho del otro pero, allí seguía y no se quería mover a pesar de que yo emitía gritos mudos en su dirección desesperada por que viniese hacia mí, las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos y corrí en su dirección antes de que nos tragara la nada, esto no podía ser, no lo podía perder de nuevo. Cuando llegue a él, me abrazo rodeándome con sus encantadores brazos y su bien formado pecho, beso mis labios con fervor para después empujarme hacia atrás y dejo que la nada se lo llevara; mi grito de desesperación al fin tuvo sonido, un grito desgarrador seguido de un sollozo; él se había ido, había muerto pero seguía teniendo mi corazón y mi más profundo amor.
-Nessie, Nessie, despierta hija-decía mi madre moviéndome una y otra vez.
Finalmente volví a la realidad, había estado gritando por el sueño y llorando sin motivo, pues era solo un sueño en el que…le daba todo lo que tenía a Robert y él me lo daba a mí. Toque mis mejillas que estaban húmedas, lágrimas caían por ellas aún, había sido una pesadilla que me había trastornado.
-¿Qué te paso?-pregunto mi madre asustada, mi padre acababa de aparecer por la puerta.
-Nada, solo fue una pesadilla-conteste, mis palabras salieron entrecortadas pues aun seguía llorando sin saber por qué.
-¿Estás bien?-volvió a preguntar, su mirada rápida me miraba como un halcón, mi madre parecía frenética pero era mi madre y la entendía a demás me gustaba que me limpiara las lágrimas como ahora y me abrazara suspirando.
-Sí, mama…-la abrace con fuerza y a nosotras se nos unió mi padre que también nos abrazos por un costado.
-Os amo, las dos mujeres de mi vida-susurro.
Me sentía reconfortada por mis padres allí entre los brazos de los dos como un recién nacido, estaba protegida o por lo menos por ahora.
-Hija, ya es hora de que te arregles para salir con James, vendría a por ti dentro de poco-dijo entonces mi madre devolviéndome a mi destruida vida, asentí en silencio deshaciéndome del abrazo de mis padres para ir al vestidor y buscar cualquier cosa, hoy no iba a demorarme mucho en decidir la ropa que llevaría o no.
Mis padres salieron del cuarto sin decir nada más y me dejaron sola, la puerta volvía a estar cerrada y el sueño volvió a mí con un ramalazo de conciencia, la imagen de un Robert inmóvil con ojos negros y tomando mi corazón para volver a la vida no se me olvidaría jamás.
Me olvide de eso por unos minutos, era lo que necesitaba para arreglarme y no entretenerme más de lo debido, el vestido que me estaba poniendo ahora después de lanzar bajo la cama con el que me había quedado dormida fue uno de un color amarillo pastel con volantes blancos, con sus zapatos blancos y nada más, debía arreglarme el pelo con el cepillo así que intente hacerme algo pero era demasiado trabajo para mi cansado cuerpo, lo deje liso y simplemente me maquille un poco antes de salir de mi cuarto casi como un muerto.
Abajo las voces de mis padres no paraban de hablar, lentamente baje las escaleras sin energías y llegue abajo casi arrastrando los pies, mi madre en cuanto me vio negó con la cabeza en mi dirección; James estaba a su lado, el se levanto rápidamente y se acercó a mí.
-Si te sientes mal no vamos a ninguna parte-dijo James, yo me recompuse rápidamente, no sabía que él estaba ya en casa pues no le había escuchado llegar en ningún momento.
-No estoy bien, solo fue un pequeño mareo; vámonos por favor-fue todo lo que le dije.
El asintió y me tomo de la mano, salimos a fuera y aun de la mano fuimos andando hacia la sala de proyección, me sentía un poco violenta porque debería de estar agradecida de estar cogida de la mano por este chico, debería de estar disfrutando de su compañía y de su cercanía pero no era así. Anduvimos un buen rato por las calles, yo seguía el camino que había impuesto James pues no confiaba demasiado en mi memoria para llegar a la sala de reproducciones gracias a mí; supuse que veríamos una de esas películas que estaban ahora de modas, de esas que te hacían reír demasiado.
Supuse mal, pues al llegar al lugar donde tomamos un sitio y nos sentamos la filmación comenzó y como titulo estaba “Cleopatra”, una película muda pero buena película al fin y al cabo. No le presté apenas atención porque estaba demasiado lejos de allí, de vez en cuando sentía el roce de los dedos de James sobre los míos pero nada más, algo que me devolvía un poco a la realidad de mi fantástico mundo. Creo que cuando nos levantamos con el fin de la película yo le estaba dando gracias a todos los santos que me conocía por permitirme levantarme y comenzar a irme a mi casa ya, no tenía ganas de seguir ni un momento más con él.
Salimos de nuevo a la calle que ya estaba a oscuras, me resultaba raro andar a oscuras en el exterior y más del lado de este chico, pero él me sabría cuidar bien o eso es lo que yo suponía; mi paso se acelero levemente cuando un dolor de cabeza punzante amenazo con derribarme al suelo, esto no era posible mi cabeza quería explotar en llamas, los ojos me quemaban de una forma tan brutal que creí que comenzaría a llorar otra vez.
-¿Puedes ir más rápido?, me encuentro mal-le dije a mi acompañante, las farolas iluminaban mi camino mientras miraba al suelo con dolor, James había echo lo que yo le pedía y ahora íbamos más rápido, así que en un cuarto de hora estuvimos en mi calle, unos pasos más y ya estaríamos en mi puerta; ahora sí la oscuridad era tan absoluta que me dio miedo.
-Puedes dejarme aquí, se que tienes que irte a tu casa-le dije, solo eran dos pasos más y estaría en la verja de la mía así que no me importaba nada, me sentía mal por no haber prestado atención ni a él ni a la película en toda la “cita” y sabiendo que él vivía al otro lado y había llegado hasta aquí solo por acompañarme me hacía sentir peor.
-Sí, claro buenas noches-sonrió y sus dientes me iluminaron, se acercó a mí y beso mi mejilla, era un encanto de chico realmente.
Entonces se dio la vuelta y lo vi marchar por donde habíamos venido a gran velocidad, el también debía de tener ganas de volver a casa; ya casi se había perdido en las sombras cuando me di la vuelta para entrar en casa.
Se me formo un nudo en la garganta y no pude respirar durante dos segundo, un grandullón que daba miedo estaba frente a mí con una sonrisa molesta e irritante, tenía una cicatriz en la cara cruzándole un ojo y daba tanto miedo que me eche hacia atrás con solo verle la ropa.
-Ven bonita…-susurro hacia mí, el sudor se me puso frío pues él venia a por mí sin ninguna duda.
-No…-dije sin decir, no se me escuchaba para nada la voz. De pronto grité.
El tipo comenzó a reírse y se lanzó contra mí, debía de tener unos treinta años y me duplicaba en tamaño y peso así que cuando me acorralo contra una pared de uno de los muros que la entrada de la casa contigua a la mía, sentí que no tenía escapatoria y que este miserable me robaría la inocencia; tenía miedo, mucho miedo cuando bajo la cabeza y aspiro mi olor fuertemente, era todo un depravado.
-Jovencitas me gustan más-dijo en mi oído, con lo que produjo un escalofrío en mi interior.
Su mano bajo hasta mi vestido ocasionando que un grito más agudo que el anterior saliese de mi boca, estaba atemorizada. Aún así el hombre arranco mi vestido desgarrándolo y dejando a la vista mi corsé el cual acaricio por encima de mis pechos mientras yo me intentaba librar de su brazo alrededor de mi cintura. Más, el vestido se desgarro hasta esta y me sentí irremediablemente tan expuesta ante ese hombre.
-Demasiado linda-le escuche decir atemorizada… ¿y ahora qué? Me pregunte sintiendo sus pegajosas manos en mis pechos.
Uf! Como siempre el final llega demasiado pronto!
ResponderEliminarGracias por el nuevo cap :D