miércoles, 18 de enero de 2012

MI AMOR DESPRECIADO CAPITULO 12

Esta historia le pertenece a Kassi en su blog "Luz de cristal"
Espero os guste y dejéis vuestros comentarios

MI AMOR DESPRECIADO
Summary: 17 años pasaron desde que se vieron por primera vez, y esa sintonía que había entre sus corazones no se había destruido por nada, cuando el amor llegue a sus almas adolescentes ¿hará que ese equilibrio entre sus almas desaparezca al igual que su amistad? ¿O el amor hará mas fuerte esa conexión?...Secuela de Odiando a mi amado

Capitulo 12

POV Robert

Estaba sentado en casa de los Cullen desayunando como si fuera otro de esa familia, aunque casi lo fuera; era un poco extraño desayunar aquí después de haber pasado la noche durmiendo en la cama de Nessie pero como no habíamos hecho nada malo ni raro tampoco es que fuera un delito dormir allí mas si lo hacía por mi amiga.

En esas me estaba comiendo una tostada, con Edward a mi lado y Bella en el otro, mientras esperábamos a que James o Nessie bajaran por la escalera; el sonido de pisadas me avisaron y me gire instantáneamente para ver a Nessie bajando tras James, él lucia una gran sonrisa mientras que ella se esforzaba demasiado en aparentar ser feliz, una sonrisa más que falsa que yo captaba fácilmente al conocerla tan bien.

Ellos se pusieron a charlar al bajar las escaleras y yo hacía como el que no escuchaba mientras que ellos más bien discutían algo; por ello me giré hacia un lado para encontrarme con la mirada de Edward, debía preguntar qué medida había tomado contra aquel que la noche anterior acoso a su hija.

-Edward, ¿Qué paso con el borracho?-pregunte en voz baja para no molesta con mi pregunta a Nessie.

-Fue llevado al hospital para hacerle un diagnostico pero un par de policías esperaban allí para interrogarle por lo sucedido, según me dijeron tiene todas las papeletas para estar un buen rato a la sombra; espero que sean años entre rejas-contesto Edward mirando su desayuno, sus mejillas se habían puesto coloradas de cólera pero se controlaba tan bien como el solo sabia; para eso era Edward Cullen.

Asentí sintiéndome un poco mejor, no podía estar quieto si sabía que aquel hombre seguía en la calle sin tener ningún castigo, algo que no sucedería y menos con la víctima tomada para su acoso; la hija de el segundo medico más prestigioso de la ciudad, después de su padre mismo.

Tras de mí, el carraspeo de James llamo nuestra atención y los tres giramos a la vez para prestar atención a lo que era evidente que quería decir.

-Bueno Señor y Señora Cullen quería comunicarles algo-nos miro seriamente a los tres a pesar de no haberme nombrado a mí y tomo la mano de Nessie entre las suyas, ella miraba al suelo y pestañeaba demasiado.

-Yo voy a comunicarles que pretendo casarme con su hija, por ello señor Cullen le pido la mano de Nessie-mi corazón se paro por una décima de segundo y todo se volvió oscuro por los puntitos que comenzaron a nublarme la vista, después de eso tengo consciencia de que quise levantarme de mi sitio y partirle la cara como hice con el atacante de mi pequeña.

¡Dios, quería casarse con ella!, tenía tanta rabia contenida por ello que solo atine a boquear en busca de ese aire que me faltaba en los pulmones; mientras que me daba cuenta de que aún Bella no reaccionaba al igual que yo.

Edward se digno a contestar con un asentimiento y se levanto de su sitio para darle la mano al futuro novio y ahora prometido de su hija.

-Espero la cuides bien, o mejor de lo que ya lo haces o si no tendré que contratar a Robert como guardaespaldas y no dudes que lo haré-eso sirvió tanto de amenaza para él como alegría para mi, si fuera el maldito guarda espaldas haría que ese estúpido no tuviera esposa.

-Supongo entonces que felicidades-susurro Bella a mi lado tan incrédula como yo, era tan visible en apariencia como su hija y por ello pude observar que le gustaba tan poco la idea de una boda como a mí; esto no saldría bien y menos si era con él.

Bella puso una mano en mi hombro y tuvimos una mirada cómplice que pude traducir como un “lo siento”, y que a la vez me dejo ver que ella sabía perfectamente que yo amaba a su hija pero era bastante evidente en el fondo ¿no?; me levante de mi sitio sin más ruido y deje a Edward charlando con James, yo debía de salir de allí cuanto antes, debía calmarme y asimilar la información.

-Felicidades-murmuré abriendo la puerta de casa de los Cullen, ni siquiera mire a mi pequeña más de una vez, no podía ver su expresión, porque dolía.

Mi cabeza era una locura, podía ver que de nuevo estaba entre la posibilidad de ponerme de rodilla y pedirle a Ness que por favor viniera conmigo a algún lugar lejos de todo o esa posibilidad que siempre ganaba y mantenía por el bien de todos, esa que me hacia dejarla en los brazos de otros y que por eso ella próximamente seria de otro.

Salí corriendo de casa de los Cullen y mientras corría recordé porque todo esto me pasaba a mí; ahora esto se lo tenía que contar a Victoria la única que me podía ayudar o hacerme sentir mejor porque casi siempre me entendía y me consolaba como si fuera una hermana o una buena amiga, ella para mi ahora era casi imprescindible.

No atendía a razones, solo corría, no escuchaba los gritos de los conductores en sus coches por haberme metido en su camino sin mirar y ni siquiera me importaba si me caía de rodillas en mitad del recorrido de algo peor, solo quería llegar cuanto antes al lado de mi amiga y casi desvanecerme a su lado explicándole mi dolorosa situación, en esa que yo solo me había metido.

La puerta de su casa estaba cerrada cuando me gire a llamar a la puerta tras el camino accidentado que había tomado, toque la puerta con urgencia y con la misma rapidez con la que yo llamé, ella me abrió esperando lo que ya sabía que le diría, me lo veía en la cara estaba seguro de ello; por eso paso una mano por mi hombro y me obligo a entrar en su casa para sentarme en el sofá de la sala que se encontraba totalmente sola.

-Explícame que pasó ahora-me pidió, intento mirar mis ojos pero ya estaba inundado en lágrimas y no se dejaban ver.

-Ella se casará con otro, ya no la podré tener jamás, nunca será mía de verdad-dije con la voz desgarrada, me cubrí la cara con las manos y me eche hacía delante sintiendo como mi amiga se compadecía de mi.

-Robert, no llores; no te preocupes porque encontraras a alguien más, alguien que pueda ser mejor para ti que ella…si no estáis juntos es porque dios no lo quiso así-intento animarme Victoria, pero yo negué rotundamente quitando las manos de mi cara para mirarla a los ojos y contradecirla.

-No estamos juntos solo porque yo, estúpido que soy no quise…pero la verdad es que si quiero y no puedo vivir sin ella, entiéndelo…no se qué hacer-me seque las lágrimas, no podía seguir llorando en una casa ajena y además no quería ni mucho menos que ella se sintiera mal por mí, en realidad todo esto no se lo tendría que contar pues haría que ella se sintiese preocupada pero es que debía por mi bien desahogarme sentir una voz familiar mintiéndome, diciéndome que todo estaría bien cuando la verdad era que no sería nunca así.

-Rob, no te hagas sufrir, no te mereces esto; solo despreocúpate unos minutos para ver las cosas con más claridad ¿sí?-cogió mi mano entre las suyas y la acaricio sonriendo levemente, yo asentí solo que la única forma de la que podía hacer eso no era otra más que emborracharme y casi caer al suelo.

-Gracias Victoria; creo que será mejor que me vaya, te juro que me despreocuparé unos minutos aunque sea-ella asintió aunque no se le veía muy convencida de lo que yo le decía, de igual manera me dejo ponerme en pie y salir de su casa sin rechistar, tan solo me dio un beso en la mejilla de despedida y así de pronto como era me puse en camino hacia algún bar que estuviera abierto.

Cual fuera, donde una copa me esperaba para ser bebida después de otra y otra hasta no poder más y casi olvidarme de mi propio nombre. Por unos momentos pensé en mama la pobre solo sabría de mi por los Cullen pues había pasado la noche fuera de casa y me daba pena no haberla avisado quizás la podría haber asustado bastante pero ella me entendería perfectamente así que no me preocupe demasiado por eso.

De nuevo estaba en camino pero ahora si no sabía hacia donde, iba sin rumbo fijo buscando algún sitio donde tomarme una copa, creo que llevaba encima algo de dinero que me serviría para comprarme unos tragos; el primer bar que vi con un aspecto mugriento y viejo pero que me serviría para ahogar mis penas en unas copas fue uno que vi en la esquina de la calle “San Just”, en ese mismo me adentré y deje que mi mente volara por la atmósfera apestada de aquel lugar.

Me senté en uno de los taburetes y pedí una copa inmediatamente, el hombre mayor me entregó el vaso y le pague con una monedas, a mi lado un tipo de mi edad hacia lo que yo, beber mientras pensaba en lo suyo… ¿estábamos en la misma situación?

-La vida es un asco a veces-murmure sobre mi vaso de alcohol el chico de mi lado, moreno y de una altura considerable me miro con sus ojos de color marrones y asintió.

-Lo es-concordó bebiendo de su copa.

Yo me termine de un trago la mía y le pedí otra al hombre mayor, me la sirvió y de nuevo me cobró.

-¿Por qué piensas tu que lo es?-pregunto de repente el chico.

-Amor-respondí solamente, el asintió, sabía que no había más que decir allí.

-Sí, el amor es a veces un asco-dijo antes de tomándose su copa entera.

-Aja…-bebí más, ya casi acababa mis segunda copa cuando de nuevo hablo el desconocido.

-¿Cómo te llamas amigo?-me gire para mirarle y así contestarle.

-Robert ¿y tú?-le pregunte a su vez.

-Laurent, encantado de conocerte en tiempos como este en el que el mundo se te viene encima solo por una mujer-dijo girándose hacia mí, yo no supe que decir, todo era tan loco que ya no podía pensar con sensatez que quería decir cualquier frase.

Terminé de beberme la copa y pedí una tercera que comencé al instante.

-Eso solo que…no puedo vivir sin ella-dije mirando en las profundidades de mi vaso con la espuma se consumía.

-Yo también he sentido eso y sé que no es fácil así que no te voy a aconsejar porque solo tú mismo sabes lo que tienes que hacer-dijo sin más, me sonó profundo y sincero, él había sufrido y por ello conocía mi tormento.

El alcohol ya comenzaba a hacer efecto, notaba el ambiente más caliente y una sonrisa tonta se alargo por mis labios, eso era lo mejor no seguir pensando razonablemente solo beber, beber y mas beber.

Trague con unos sorbos mas mi tercer vaso y pedí un cuarto, la habitación se había movido un poco y comenzaba a tener un nudo en el estomago, mi respiración se volvió difícil y mi cabeza voló sobre mi cuerpo haciendo que yo dejara de pensar en Nessie.

-Tío…me tendré que comprar un traje para la boda-escuche que yo mismo decía aquello y reí, sonaba como muy…menos yo.

-¿Para qué boda?-pregunto el otro.

-Paaara…la de mi amor con el otro tipo…essseee-me moví hacia delante y tome mi copa bebiendo más-ese que me la quitó-reí y solté la copa de un golpe seco sobre la barra.

-Ah…creo que deberías dejar de beber, ¿quieres que te lleve a casa?-me hablo Laurent.

-Nooooo!, bueno…sip!-asentí, bebí lo que me quedaba de la copa y me mordí el labio-es todo tan…hay…vámonos-dije acercándome a él.

-¿A dónde?-pregunto él.

-Nah…mejor llama a Victoria paaaraaa que se venga-dije riendo, prefería una compañía como ella.

-Claro…será mejor que te recoja ella, espérame-fue a la barra y le pidió al hombre su teléfono, después se acercó a mí y me pregunto su número.

-Su número es…-se quedo esperando y yo comencé a recordar, haber si en algún rincón de mi mente fuera de toda la bruma del alcohol conseguía encontrar su número telefónico.

-Ps…apunta-grite-es…..-
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