Esta historia le pertenece a María del blog "Letras de hielo y fuego"
Espero que os guste y dejéis vuestros comentarios.RECORDAR PARA OLVIDAR
Summary: No siempre hay un final feliz
··CAPÍTULO 4··
Había salido el sol, y yo recordaba desde mi cama como había paseado por su cuerpo el día anterior.
Su piel suave, blanca, dulce..
Y es que en ese momento me había parecido lo más hermoso del universo, ni las estrellas podían compararse con ella.
Ya no quería que pasara más tiempo, quería pasar cada instante con ella.
Sonreír al ver su sonrisa, llorar al ver sus lágrimas..
Simplemente estar con ella, y vivir a su lado..
Era joven para irme de casa, pero tenía mucho dinero ahorrado, y una casa de ladrillo en medio del bosque y cerca del claro no era una mal inversión, si podía tenerla a ella a mi lado.
La casa parecía haber sido sacada de un cuento de hadas de niños. Enredaderas trepaban por las paredes y mariposas bailoteaban entre las flores de colores del jardín.
Cuando le enseñe esa casa, sus ojos se llenaron de lágrimas y una sonrisa enorme se formó en sus labios.
Esa misma tarde, le mostramos a cada rincón de nuestro hogar que era lo que sentíamos el uno por el otro.
Como me hubiera gustado demostrárselo cada día de mi vida..
Una tarde de otoño mientras las hojas caían de los arboles y el olor de tierra mojada me inundaba los pulmones, llamé a la puerta de la persona que hacía que mi corazón latiera con fuerza y de forma descontrolada.
A los pocos segundos ella abrió la puerta, llevaba puesto un delantal y la cara la tenía manchada de harina; era tan adorable..
Me invitó a entrar y me recibió con un beso casto que te hacía desear más.
Nos dirigimos a la cocina; estaba preparando una tarta para sus padres.
Metí la mano en el bolsillo de mi pantalón y acaricie la cajita de terciopelo negro que aguardaba en él.
Un anillo que había pertenecido a mi abuela, un anillo de piedras verdes, jades, un anillo que la convertiría en mi esposa si así lo quería.
De espaldas a ella la llamé, se giró, y yo sin dejarla de mirar a los ojos, clavé una rodilla en el suelo, saqué la cajita y diciéndole las palabras más dulces jamás escritas le declaré mi amor, y le pregunté de la manera más sincera y pura, si quería pasar a mi lado el resto de sus días.
Que cortos fueron esos días..
Con sus manos se tapó la boca, y sus ojos demostraban sorpresa, pero en un momento dado, sus manos de dirigieron a mi desordenado cabello, una sonrisa iluminó su rostro, se arrodilló frente a mi, y susurrando muy suavemente cerca de mi oído me dijo: “Si quiero”.
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Había salido el sol, y yo recordaba desde mi cama como había paseado por su cuerpo el día anterior.
Su piel suave, blanca, dulce..
Y es que en ese momento me había parecido lo más hermoso del universo, ni las estrellas podían compararse con ella.
Ya no quería que pasara más tiempo, quería pasar cada instante con ella.
Sonreír al ver su sonrisa, llorar al ver sus lágrimas..
Simplemente estar con ella, y vivir a su lado..
Era joven para irme de casa, pero tenía mucho dinero ahorrado, y una casa de ladrillo en medio del bosque y cerca del claro no era una mal inversión, si podía tenerla a ella a mi lado.
La casa parecía haber sido sacada de un cuento de hadas de niños. Enredaderas trepaban por las paredes y mariposas bailoteaban entre las flores de colores del jardín.
Cuando le enseñe esa casa, sus ojos se llenaron de lágrimas y una sonrisa enorme se formó en sus labios.
Esa misma tarde, le mostramos a cada rincón de nuestro hogar que era lo que sentíamos el uno por el otro.
Como me hubiera gustado demostrárselo cada día de mi vida..
Una tarde de otoño mientras las hojas caían de los arboles y el olor de tierra mojada me inundaba los pulmones, llamé a la puerta de la persona que hacía que mi corazón latiera con fuerza y de forma descontrolada.
A los pocos segundos ella abrió la puerta, llevaba puesto un delantal y la cara la tenía manchada de harina; era tan adorable..
Me invitó a entrar y me recibió con un beso casto que te hacía desear más.
Nos dirigimos a la cocina; estaba preparando una tarta para sus padres.
Metí la mano en el bolsillo de mi pantalón y acaricie la cajita de terciopelo negro que aguardaba en él.
Un anillo que había pertenecido a mi abuela, un anillo de piedras verdes, jades, un anillo que la convertiría en mi esposa si así lo quería.
De espaldas a ella la llamé, se giró, y yo sin dejarla de mirar a los ojos, clavé una rodilla en el suelo, saqué la cajita y diciéndole las palabras más dulces jamás escritas le declaré mi amor, y le pregunté de la manera más sincera y pura, si quería pasar a mi lado el resto de sus días.
Que cortos fueron esos días..
Con sus manos se tapó la boca, y sus ojos demostraban sorpresa, pero en un momento dado, sus manos de dirigieron a mi desordenado cabello, una sonrisa iluminó su rostro, se arrodilló frente a mi, y susurrando muy suavemente cerca de mi oído me dijo: “Si quiero”.
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oHHHHHHH Que bonico !!!! *.* xDxD
ResponderEliminarOh son caps tan cortos pero tan intensamente doloridos!!!
ResponderEliminarElectrica
Cortos caps pero intensos y llenos de dolor
ResponderEliminarElectrica
ohhh que romantico y dulce ohhh :)
ResponderEliminaruuyy que apasionante
ResponderEliminarme encanto en realidad muy
lindo capitulo
aaww que bien por tus 200 y mas seguidores :O ke xido oye sabes pense lo que tenias en la mano era un guante y era pintura jajaja XD que xidas fotos eh =) bien no dejes de escribir eres re chevere n_n
Entre otro tema hoy subi otro post es de mi series favoritas
aqui el link velo y comenta plis =)
http://ighaby.blogspot.com/2011/05/quien-le-gusta-la-gaseasa-de-naranja.html
nos estaremos bloguiando okis kiss