RECORDAR PARA OLVIDAR CAPITULO 5

Esta historia le pertenece a María del blog "Letras de hielo y fuego"
Espero que os guste aunque la historia relatada es triste.

RECORDAR PARA OLVIDAR

Summary: No siempre hay un final feliz

··CAPÍTULO 5··

La iglesia estaba repleta de gente, y aunque ese lugar sagrado de Forks cabían poco más de cincuenta personas, ese día había más del doble.

El pueblo estaba revolucionado, el hijo del famoso doctor y la hija del respectado jefe de policía se casaban, y eso se convertía en noticia. En el pueblo de Forks, por mucho tiempo.

Mis padres, sus padres, mis hermanos, los amigos de la Push, las primas Denali.. todos estaba ahí.

La iglesia de flores rojas, esperaba con ganas una ceremonia, y lo que yo esperaba era el amor de mi vida.

Mi hermana me había obligado a ponerme una corbata roja, y aunque a mi esas cosas no me gustaban, tenía que admitir que con el traje negro echo a medida quedaba muy bien.

Ya me estaba poniendo nervioso, pasaban diez minutos de la hora; miles de preguntas estúpidas encabezadas por el famoso “y si..” pasaron por mi mente.

Cuando estuve a punto de salir a buscarla, las notas de “Claro de Luna” empezaron a resonar en ese lugar, las puertas se abrieron, y entró un ángel caído del cielo.

Su cabello rizado perfectamente, adornado con una corona de flores y los ojos brillantes y apetecibles como el chocolate, era el mejor complemento que podía haber en el mundo.

Su vestido quedaba perfectamente entallado a sus curvas, convirtiéndola en la tentación en persona. Y tengo que admitir que yo tenía ganas de pecar con ella.

“Tú eres la luz de mi sol, el aire de mi viento, la sangre de mis venas.. eres el todo de mi todo” le dije mientras le colocaba el anillo en su mano izquierda.

“Quiero pasar el resto de mi vida contigo” susurró cuando el sacerdote nos declaraba marido y mujer.

Sellamos nuestro amor con un beso frente todos nuestros familiares y amigos, y también lo sellamos frente a Dios.

Eramos tan felices..

Nuestra luna de miel, fue en una isla al sur de Grecia.

La arena blanca de la playa combinaba a la perfección con su piel, la suave y cálida brisa mecía sus bucles, haciéndolos mover al mismo ritmo que las olas que traía el mar.

El sol se escondía tras la línea del horizonte; ahí donde el mar y el cielo se fundían y se convertían en uno solo.

Nuestros pies jugaban con la arena, al igual que en nuestra primera cita, pero.. esa vez era mejor, ella era mía, y yo era suyo.

Eramos la unión perfecta.

Nunca habrá nadie como ella.

Sus labios sobre los míos; los últimos rayos del día que el sol nos regalaba nos bañaban haciendo que nuestras pieles reflejaran un suave brillo.

Que hermosa era..

Ella era perfecta para mi. No podía vivir sin ella, ni nunca lo podré hacer.

Lo que estoy viviendo, no se puede llamar vida, porque no lo es..

Sin ella, la vida no es vida, solo es un trayecto que tengo que hacer a oscuras, y que nunca ves la luz al final.