Espero os guste y dejéis vuestros comentarios.Ligero LEMON
ODIANDO A MI AMADO
Summary: La obligaron a casarse y tener un hijo con alguien a quien odiaba. ¿Podrá llegar a amarlo como desea su padre?
POV Bella
Edward y yo llevábamos días algo molestos por la situación que nos rodeaba, todo era un tremendo lio en nuestras vidas, después de aquel día en el que tuvimos un pequeño juego de parejas, no se comportaba igual, si antes me hablaba poco ahora parecía ignorarme, aunque no del todo pues un par de veces le había pillado mirándome de reojo.
Me sentía incomoda ante esas mirada suyas pero no lo podía culpar porque de vez en cuando yo hacía lo mismo, no me podía resistir a la tentación de mirarle y saber que estaba haciendo Mi marido.
Mi marido, me resultaba tan raro pensar en él así como el mismo día en el que me entere que el seria mi esposo; es que realmente era todo un reto llegar a acostumbrarse a eso y a su proximidad, siempre viviendo juntos y además durmiendo en la misma cama.
Aún seguía desayunando en la mesa del comedor junto a Edward cuando llamaron a la puerta, Ángela fue a abrir y una voz demasiado familiar llego a mis oídos, atormentándome.
-¡Hija!-dijo mi padre desde la puerta, yo me levante de la mesa y fui a saludarle, Edward me imito y le saludo con un apretón de manos.
Otro hombre apareció tras mi padre y lo identifique como el padre de Edward, Carlisle. Me resultaba raro verles aquí sin ningún motivo aparente, así que empecé a sospechar de sus caras amables.
-¿Qué haces aquí, papa?-le pregunte mientras cruzaba mis brazos sobre el pecho.
-Nada, solo de visita-me contesto sonriendo, alce las cejas y le mire incrédula.
-Mejor me contáis lo que queráis en el salón, vamos-les dije a los tres hombres que había frente a mí.
Todos me siguieron a lo largo del pasillo y la entrada para llegar al salón que se encontraba enfrente, cuando entramos cerré las puertas de este y me senté en un sillón, Edward se sentó a mi lado y mi padre junto a Carlisle en otro.
-Bueno como esta situación es algo incomoda espero que habléis pronto-dijo Edward sonriendo nerviosamente.
-Claro, solo es que no sabemos la forma más delicada de decíroslo-contesto Carlisle amablemente, por un momento me acorde de aquel trato que hice con Edward en nuestra primera cita, ya parecía tan lejano como una ilusión, sí planeamos bien todo nuestro futuro pero no había salido como queríamos por estupideces de ambos y porque ahora que recordaba habíamos quedado en dormir en camas distintas pero…no lo hacíamos.
-Ehm…-mi padre intento hablar un par de veces pero no hacía más que abrir la boca y volver a cerrarla.
-Papa, venga…-le apure.
-Vale, pero no te molestes-casi parecía un ruego, así que asentí y espere a que no fuera muy malo lo que me tuviera que decir.
-Queremos un nieto-dijeron Carlisle y Charlie a la vez.
Supuse que mi cara seria una estampa, solo pude abrir mi boca sin poder creérmelo y los ojos hasta sentir que se saldrían de las orbitas.
-Pero…pero…-Edward estaba igual que yo, sin poder reaccionar mientras sus ojos pasaban de su padre al mío.
-¿Cómo…?-no dije nada mas, es que simplemente no podía, ahora sabia porque se habían tomado la molestia de poner una habitación de bebe en la casa.
-Yo no puedo…-comenzó a decir Edward pero se calló, era evidente que el si podía pues era mi esposo y no tenía excusa ni alternativa.
-Ya que lo hemos dicho no hay nada más que decir, ni protestas ni excusas, queremos un nieto-dijo mi padre, entonces reaccione.
-No eso si que no, no pienso tener un hijo-dije enfadada, mi cabeza empezó a dolerme y mi cara a arder.
-Sí, si lo harás…no tienes alternativa-contesto mi padre poniéndose en pie, se quería marchar y dejarme aquí con la palabra en la boca pues eso si que no.
-¡NO!, no quiero y no me puedes obligar-mi respuesta le sorprendió y mi volumen le horrorizo pero su semblante cambio a uno más duro y severo y dijo con voz neutral.
-Si no lo haces te desheredaré, además tengo todo el derecho a pedírtelo pues cuando firmaste los papeles aceptabas todos sus puntos incluido el de concebir un hijo con tu futuro marido-mi cara se puso blanca como la leche y le mire como si fuera la primera vez en mi vida. No podía estar hablando en serio ¿no?, mire a Edward quien mantenía una disputa con su padre pero en un tono más bajo, Carlisle le dijo lo mismo a Edward pero con voz más clara y sin rencor tras una cortina de humo.
-Hijo, debes tener un hijo para el legado de las dos familias, y lo siento pero si te niegas tendré que desheredarte y darle toda la fortuna a tu hermana.
Edward también comenzó a palidecer pero negó y después asintió sin saber qué hacer ni decir; al fin contesto hablando en voz alta para que yo le entendiera mejor.
-Tendré un hijo de Bella, como tú quieres, padre-ya no podía más, no podía luchar contra los tres era imposible, no tenía otra salida más que concebir un hijo suyo. Tenía ganas de gritar que ese no era mi destino, no era lo que yo deseaba, quería pelear y llorar pero no podía no tenía fuerzas para nada, ya no.
Me salí distraídamente del salón sin prestarle atención a mi padre, a Carlisle o a Edward, solo quería tumbarme en cualquier lugar y seguir con mi estado de shock hasta que tuviera que coger el maldito teléfono y decirle la verdad a Jake.
Cuando llegue al cuarto que compartía con Edward me tumbe en la cama mirando al vacio del techo distraídamente, intentando imaginarme las palabras que le diría a Jake para que entendiera mi situación pero no era del todo fácil y no quería que él se enfadara conmigo y me dejara sola.
Entonces la puerta de la habitación se abrió, no gire mi cara me daba igual quien fuera yo seguiría mirando al techo durante un rato más; una cabeza se interpuso en mi vista y vi la cara de Edward tapándome la vista.
-Bella, ¿estás bien?-pregunto al ver mi cara sin ninguna expresión.
Me pregunte mentalmente cual era la respuesta pero no tenía por qué dudar.
-No-una lagrima cayo por mi mejilla devolviéndome a la realidad de mi estúpida existencia.
Edward ante mi sorpresa paso una mano sobre mi mejilla y aparto la lágrima que se me había escapado, luego me beso la frente, me aparto el pelo de la cara y salió de la habitación sin decir nada más.
¿A quién debía amar a mi marido o a Jake?, ante tal pensamiento llore aun más fuerte, no podía estar pensándolo en serio era como desobedecer mis principios.
Me senté en la cama y cogí el teléfono de la mesita de noche para llamar por fin a Jake, pose mis dedos en los números uno a uno mientras me temblaban exageradamente; al tercer timbrazo del teléfono Jake lo cogió.
-¿SI?-pregunto con su fantástica voz.
-Jake…-dije con voz temblorosa, me escuchaba horrible.
-Bella, amor ¿Cómo…-se paro al oír mi quejido en la línea-…estas?-terminó susurrando.
-Jake…-lloré-…todo anda fatal, mi vida-le dije con voz quebrada.
-Me estas asustando Bella, dime que tienes-demando alzando la voz.
-Nada, es solo…mi padre vino…y yo no podía decirle que no y entonces…-lloraba como una niña pequeña y no podía parar ni siquiera podía explicarle lo que me pasaba decentemente.
-Bella, cálmate, respira hondo y cuéntame, por favor-era una súplica, su voz se notaba angustiada y yo no quería asustarle.
-Mi padre me está obligando…-tome aire tranquilizándome- quiere que conciba un hijo de él…de Edward-le dije como pude, al otro lado un largo suspiro se escucho.
-¿Y…que le dijiste?-me pregunto.
-Tuve que aceptar, estaba en los papeles que me hizo firmar y yo no lo sabía…me amenazó con desheredarme-ahora si mi voz se estaba elevando una octava, porque quería liberarme del pesar que tenia gritando aunque Jake no fuera la persona indicada.
-Dios mío-fue su contestación, sabía que ahora mismo estaría haciendo un gran esfuerzo por controlarse y no venir aquí para matar a mi marido.
-Ok, Bella…-se paró un segundo-lo comprendo-termino de decir con voz cansada.
Mi respiración seguía irregular tras el llanto y lo único que se me ocurrió decir fue:
-Pensare en ti mientras esté con Edward, pensaré en aquella noche en el bosque-sonreí ante el recuerdo y espere a que Jake me contestara.
-Me alegra oír eso, acuérdate de cómo disfrutaste mientras que tus gemido hacían eco entre los arboles-contestó, y tal y como lo conocía sabia que estaría sonriendo, pensando en nuestra noche.
-Te amo, Jacob Black-le susurre cerrando los ojos.
-Te amo más que a mi vida, Isabella Swan-abrí los ojos y le dije adiós antes de colgar.
Esa conversación aunque breve me había resultado intensa, dejándome rendida; cerré los ojos, me recosté en la cama y me puse a pensar como sería mi vida a partir de ahora y si de verdad mi relación con Jake tendría algún futuro.
POV Edward
-No puedes estar hablando en serio-gritaba Tanya al otro lado de la línea.
-Totalmente en serio-le conteste cansado de su griterío.
-Pero…pero, ¿Cómo vas a dejar embarazada a esa?-pregunto de nuevo.
-Bueno Tanya yo creía que sabias como se quedaban embarazadas las chicas pero si quieres te explico, veras yo tengo que estar excitado y…-me paro gritando de nuevo.
-Eres estúpido Cullen-dijo rencorosamente.
-No, solo estaba intentando darle algo de comedia a mi vida; sabes Tanya esto no es solo tú y tu a mí también me va a costar hacer esto ¿sabes?-le dije molesto.
La verdad es que tanto no me iba a costar, ¿Cómo me iba a costar, si era Bella?, había estado a punto de hacerle un hijo en nuestra noches de boda y la última vez que había tenido sexo había pensado en ella así que no, lo cierto era que no me iba a costar para nada aquello, casi me sentía agradecido por lo sucedido.
-Lo siento Edward, es tan solo…bueno tu sabes que te amo y me duele que esté pasando todo esto-dijo Tanya dulcemente, así era como la amaba, siendo mi Tanya dulce y sexy a la vez.
-Yo también te amo…-¿de verdad lo hacía? Después de todo lo que había echo para estar con ella no estaba seguro de si la amaba realmente, no lo podía estar después de todo porque Bella existía y para mi mala suerte o quizás mi buena suerte estaba en mi vida, siendo MIA.
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Edward y yo llevábamos días algo molestos por la situación que nos rodeaba, todo era un tremendo lio en nuestras vidas, después de aquel día en el que tuvimos un pequeño juego de parejas, no se comportaba igual, si antes me hablaba poco ahora parecía ignorarme, aunque no del todo pues un par de veces le había pillado mirándome de reojo.
Me sentía incomoda ante esas mirada suyas pero no lo podía culpar porque de vez en cuando yo hacía lo mismo, no me podía resistir a la tentación de mirarle y saber que estaba haciendo Mi marido.
Mi marido, me resultaba tan raro pensar en él así como el mismo día en el que me entere que el seria mi esposo; es que realmente era todo un reto llegar a acostumbrarse a eso y a su proximidad, siempre viviendo juntos y además durmiendo en la misma cama.
Aún seguía desayunando en la mesa del comedor junto a Edward cuando llamaron a la puerta, Ángela fue a abrir y una voz demasiado familiar llego a mis oídos, atormentándome.
-¡Hija!-dijo mi padre desde la puerta, yo me levante de la mesa y fui a saludarle, Edward me imito y le saludo con un apretón de manos.
Otro hombre apareció tras mi padre y lo identifique como el padre de Edward, Carlisle. Me resultaba raro verles aquí sin ningún motivo aparente, así que empecé a sospechar de sus caras amables.
-¿Qué haces aquí, papa?-le pregunte mientras cruzaba mis brazos sobre el pecho.
-Nada, solo de visita-me contesto sonriendo, alce las cejas y le mire incrédula.
-Mejor me contáis lo que queráis en el salón, vamos-les dije a los tres hombres que había frente a mí.
Todos me siguieron a lo largo del pasillo y la entrada para llegar al salón que se encontraba enfrente, cuando entramos cerré las puertas de este y me senté en un sillón, Edward se sentó a mi lado y mi padre junto a Carlisle en otro.
-Bueno como esta situación es algo incomoda espero que habléis pronto-dijo Edward sonriendo nerviosamente.
-Claro, solo es que no sabemos la forma más delicada de decíroslo-contesto Carlisle amablemente, por un momento me acorde de aquel trato que hice con Edward en nuestra primera cita, ya parecía tan lejano como una ilusión, sí planeamos bien todo nuestro futuro pero no había salido como queríamos por estupideces de ambos y porque ahora que recordaba habíamos quedado en dormir en camas distintas pero…no lo hacíamos.
-Ehm…-mi padre intento hablar un par de veces pero no hacía más que abrir la boca y volver a cerrarla.
-Papa, venga…-le apure.
-Vale, pero no te molestes-casi parecía un ruego, así que asentí y espere a que no fuera muy malo lo que me tuviera que decir.
-Queremos un nieto-dijeron Carlisle y Charlie a la vez.
Supuse que mi cara seria una estampa, solo pude abrir mi boca sin poder creérmelo y los ojos hasta sentir que se saldrían de las orbitas.
-Pero…pero…-Edward estaba igual que yo, sin poder reaccionar mientras sus ojos pasaban de su padre al mío.
-¿Cómo…?-no dije nada mas, es que simplemente no podía, ahora sabia porque se habían tomado la molestia de poner una habitación de bebe en la casa.
-Yo no puedo…-comenzó a decir Edward pero se calló, era evidente que el si podía pues era mi esposo y no tenía excusa ni alternativa.
-Ya que lo hemos dicho no hay nada más que decir, ni protestas ni excusas, queremos un nieto-dijo mi padre, entonces reaccione.
-No eso si que no, no pienso tener un hijo-dije enfadada, mi cabeza empezó a dolerme y mi cara a arder.
-Sí, si lo harás…no tienes alternativa-contesto mi padre poniéndose en pie, se quería marchar y dejarme aquí con la palabra en la boca pues eso si que no.
-¡NO!, no quiero y no me puedes obligar-mi respuesta le sorprendió y mi volumen le horrorizo pero su semblante cambio a uno más duro y severo y dijo con voz neutral.
-Si no lo haces te desheredaré, además tengo todo el derecho a pedírtelo pues cuando firmaste los papeles aceptabas todos sus puntos incluido el de concebir un hijo con tu futuro marido-mi cara se puso blanca como la leche y le mire como si fuera la primera vez en mi vida. No podía estar hablando en serio ¿no?, mire a Edward quien mantenía una disputa con su padre pero en un tono más bajo, Carlisle le dijo lo mismo a Edward pero con voz más clara y sin rencor tras una cortina de humo.
-Hijo, debes tener un hijo para el legado de las dos familias, y lo siento pero si te niegas tendré que desheredarte y darle toda la fortuna a tu hermana.
Edward también comenzó a palidecer pero negó y después asintió sin saber qué hacer ni decir; al fin contesto hablando en voz alta para que yo le entendiera mejor.
-Tendré un hijo de Bella, como tú quieres, padre-ya no podía más, no podía luchar contra los tres era imposible, no tenía otra salida más que concebir un hijo suyo. Tenía ganas de gritar que ese no era mi destino, no era lo que yo deseaba, quería pelear y llorar pero no podía no tenía fuerzas para nada, ya no.
Me salí distraídamente del salón sin prestarle atención a mi padre, a Carlisle o a Edward, solo quería tumbarme en cualquier lugar y seguir con mi estado de shock hasta que tuviera que coger el maldito teléfono y decirle la verdad a Jake.
Cuando llegue al cuarto que compartía con Edward me tumbe en la cama mirando al vacio del techo distraídamente, intentando imaginarme las palabras que le diría a Jake para que entendiera mi situación pero no era del todo fácil y no quería que él se enfadara conmigo y me dejara sola.
Entonces la puerta de la habitación se abrió, no gire mi cara me daba igual quien fuera yo seguiría mirando al techo durante un rato más; una cabeza se interpuso en mi vista y vi la cara de Edward tapándome la vista.
-Bella, ¿estás bien?-pregunto al ver mi cara sin ninguna expresión.
Me pregunte mentalmente cual era la respuesta pero no tenía por qué dudar.
-No-una lagrima cayo por mi mejilla devolviéndome a la realidad de mi estúpida existencia.
Edward ante mi sorpresa paso una mano sobre mi mejilla y aparto la lágrima que se me había escapado, luego me beso la frente, me aparto el pelo de la cara y salió de la habitación sin decir nada más.
¿A quién debía amar a mi marido o a Jake?, ante tal pensamiento llore aun más fuerte, no podía estar pensándolo en serio era como desobedecer mis principios.
Me senté en la cama y cogí el teléfono de la mesita de noche para llamar por fin a Jake, pose mis dedos en los números uno a uno mientras me temblaban exageradamente; al tercer timbrazo del teléfono Jake lo cogió.
-¿SI?-pregunto con su fantástica voz.
-Jake…-dije con voz temblorosa, me escuchaba horrible.
-Bella, amor ¿Cómo…-se paro al oír mi quejido en la línea-…estas?-terminó susurrando.
-Jake…-lloré-…todo anda fatal, mi vida-le dije con voz quebrada.
-Me estas asustando Bella, dime que tienes-demando alzando la voz.
-Nada, es solo…mi padre vino…y yo no podía decirle que no y entonces…-lloraba como una niña pequeña y no podía parar ni siquiera podía explicarle lo que me pasaba decentemente.
-Bella, cálmate, respira hondo y cuéntame, por favor-era una súplica, su voz se notaba angustiada y yo no quería asustarle.
-Mi padre me está obligando…-tome aire tranquilizándome- quiere que conciba un hijo de él…de Edward-le dije como pude, al otro lado un largo suspiro se escucho.
-¿Y…que le dijiste?-me pregunto.
-Tuve que aceptar, estaba en los papeles que me hizo firmar y yo no lo sabía…me amenazó con desheredarme-ahora si mi voz se estaba elevando una octava, porque quería liberarme del pesar que tenia gritando aunque Jake no fuera la persona indicada.
-Dios mío-fue su contestación, sabía que ahora mismo estaría haciendo un gran esfuerzo por controlarse y no venir aquí para matar a mi marido.
-Ok, Bella…-se paró un segundo-lo comprendo-termino de decir con voz cansada.
Mi respiración seguía irregular tras el llanto y lo único que se me ocurrió decir fue:
-Pensare en ti mientras esté con Edward, pensaré en aquella noche en el bosque-sonreí ante el recuerdo y espere a que Jake me contestara.
-Me alegra oír eso, acuérdate de cómo disfrutaste mientras que tus gemido hacían eco entre los arboles-contestó, y tal y como lo conocía sabia que estaría sonriendo, pensando en nuestra noche.
-Te amo, Jacob Black-le susurre cerrando los ojos.
-Te amo más que a mi vida, Isabella Swan-abrí los ojos y le dije adiós antes de colgar.
Esa conversación aunque breve me había resultado intensa, dejándome rendida; cerré los ojos, me recosté en la cama y me puse a pensar como sería mi vida a partir de ahora y si de verdad mi relación con Jake tendría algún futuro.
POV Edward
-No puedes estar hablando en serio-gritaba Tanya al otro lado de la línea.
-Totalmente en serio-le conteste cansado de su griterío.
-Pero…pero, ¿Cómo vas a dejar embarazada a esa?-pregunto de nuevo.
-Bueno Tanya yo creía que sabias como se quedaban embarazadas las chicas pero si quieres te explico, veras yo tengo que estar excitado y…-me paro gritando de nuevo.
-Eres estúpido Cullen-dijo rencorosamente.
-No, solo estaba intentando darle algo de comedia a mi vida; sabes Tanya esto no es solo tú y tu a mí también me va a costar hacer esto ¿sabes?-le dije molesto.
La verdad es que tanto no me iba a costar, ¿Cómo me iba a costar, si era Bella?, había estado a punto de hacerle un hijo en nuestra noches de boda y la última vez que había tenido sexo había pensado en ella así que no, lo cierto era que no me iba a costar para nada aquello, casi me sentía agradecido por lo sucedido.
-Lo siento Edward, es tan solo…bueno tu sabes que te amo y me duele que esté pasando todo esto-dijo Tanya dulcemente, así era como la amaba, siendo mi Tanya dulce y sexy a la vez.
-Yo también te amo…-¿de verdad lo hacía? Después de todo lo que había echo para estar con ella no estaba seguro de si la amaba realmente, no lo podía estar después de todo porque Bella existía y para mi mala suerte o quizás mi buena suerte estaba en mi vida, siendo MIA.
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buen capi :) ya estoy esperando a que publiques el siguiente ,besos
ResponderEliminardios esta esta buenisimo cada vez mas...Besitos...
ResponderEliminarwauhhhhh me encanta esta historia dios que pasara== haran el hijo?? ahahahahahah quiero masss enserio necesito leer pronto!!
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