viernes, 30 de septiembre de 2011

RELATO DE IVONNE PARA MI CONCURSO

Este es el relato con el que participa Ivonne en mi concurso
Espero os guste y dejéis vuestros comentarios.

El Protector

Desde niña me habían enseñado todo lo referente al mundo paranormal aunque al principio pensé que solo eran historias, mitos, cuentos para dormirme pero al final me di cuenta que no era así, que todo era verdad y lo descubrí de la peor manera. Mis abuelos me hablaban de los vampiros y lobos, unas criaturas que debía temer, alejarme y jamás mirar para atrás mientras que adoraban a los ángeles, ya que me decían que ellos eran los que nos cuidaban y por ellos era que nosotros estábamos aquí y seguíamos viviendo, jamás entendí esta parte hasta que una noche estas criaturas invadieron nuestro hogar no se muy bien como empezó todo, un minuto estábamos todos reunidos en la mesa y de repente escuché un estallido, todas las ventanas se rompieron, habían millones de vidrios esparcidos por todos lados mis padres sacaban algo de debajo de la mesa y mis abuelos se escabullían para buscar algo mas al fin pude ver lo que mis padres cargaban y no lo podía creer, ¡eran armas! ¿Porque mis padres tendrían armas? eran tan extrañas. Mis abuelos sacaron una especie de silbato pero les fue arrebatado antes de poder hacer algo, cayó cerca de donde yo estaba y lo tome entre mis manos lo mire fijamente y pude leer la inscripción “Credit in Nobis” todos me la habían enseñado así que sabia que significaba ”Cree en Nosotros” y estaba segura a quienes pertenecían sin pensarlo dos veces lo puse entre mis labios y soplé fuerte, no escuché nada y pensé que no había funcionado pero estaba tan equivocada, unos segundos después solo pude ver alas por todas partes, hermosas y coloridas me les quedé mirando fijamente hasta que una de esas alas se giró y pude ver a quien le pertenecía, susurró unas palabras mientras que se acercaba a mi que no logré entender, cuando llegó a mi lado solamente dijo: “quod est pessimum, somno iam” antes de caer profundamente dormida.

Esas palabras eran lo único que recordaba de esa noche, sin saber quien las había dicho, aunque les preguntaba a mis padres y les decía esas palabras ellos hacían como si no supieran nada, para mi todo eran misterios. De un día para el otro estábamos bien en nuestra casa, en nuestro hogar y el siguiente nos mudábamos hacia otro lugar sin explicarme nada, no es que me importara mucho mudarme a otro país pero quería saber el por qué de esta decisión. Empecé a investigar sobre esa frase pero definitivamente no sabia mucho de ese idioma así que me costó bastante descubrir qué era y me propuse que tendría que aprenderlo para no pasar por esto de nuevo, cuando por fin di con el significado sabía que algo muy grave había pasado esa noche y tendría que averiguarlo por mis propios medios porque estaba segura que mis padres no me dirían nada, mis abuelos tal vez si pero no los dejaban ni un segundo solos conmigo, escribí la frase en un papel “ahora duerme que lo peor ha pasado” ¿que había pasado para que me dijeran esa frase y porque me durmieron? Tenia que encontrar la manera de hablar con mis abuelos, mientras tanto me inscribiría en ese curso. Pasaron unos meses hasta que la presión de mis padres en cuanto a mis abuelos y a mi disminuyó así que busqué la oportunidad para preguntarles lo que hace tiempo tenia en mente.

-Abuelo, no crees que…

-Si, querida lo sabemos.

-Entonces, porque no…

-Tienes que entender a tus padres están un poco asustados.

-¿Asustados? ¿De que? ¿Por qué?-se miraron uno al otro antes de contestarme.

-Jamás debió haber funcionado el silbato.

-¿Que silbato? ¿A que te refieres?

-¿Que recuerdas de esa noche?

-Solo una frase que alguien me dijo pero no recuerdo quien.

-¿Y nada mas?

-No, nada más. ¿Que silbato?-de nuevo se miraron y se fijaron que mis padres estaban lejos.

-Te recuerdas de las historias que te contábamos de los ángeles, ¿que nos protegían y que si teníamos problemas ellos nos ayudarían?-los miré incrédulamente.

-Si no quieren decírmelo no tiene que….

-¡Te recuerdas!

-Si, claro que me recuerdo. Ustedes me lo repetían una y otra vez.

-Te hablamos del silbato que solo los elegidos o lo que estuvieran en deuda podrían usarlo para el llamado-me quedé pensando en eso, en sus historias mis abuelos me contaban que ellos habían protegido a los ángeles y que ahora los ángeles estaban en deuda con nosotros, solo ellos, los protegidos podrían llamarlos con el silbato.

-No entiendo.

-Tú soplaste el silbato y funcionó.

-¿Como funcionó?

-Los ángeles vinieron a ayudarnos cuando fuimos atacados-no podía creer que ellos siguieran con ese cuento después de haber pasado varios años y no ser una niña. –No nos mires como si estuviéramos locos, todas esas historias son ciertas.

-Claro, pero no entiendo lo del silbato.

-Tus padres o nosotros éramos los únicos que podríamos haber soplado ese silbato para que funcionara.

-Y que quiere decir que yo lo haya soplado y haya funcionado.

-El destino…

-¿Que destino?

-El tuyo con un ángel-eso si ya estaba fuera de lugar.

-Hay por favor, ¿en serio? Eso es ridículo-se me quedaron mirando.

-Por eso es que tus padres están tan asustados, porque tu destino esta entrelazado con algún ángel.

-No creo que eso sea posible.

-¿Qué no es posible?-pregunto mi madre mirándonos a los tres.

-Nada-contestamos los tres a la vez. Se nos quedó mirando sabiendo que le estábamos mintiendo.

-¿Qué le dijeron?- preguntó a mis abuelos.

-Hablábamos de su clase de latín que no creíamos que sea posible que ya supiera muchas palabras para tener una conversación en latín-al parecer nos creyó.

-Yo no se porque ella esta de necia que quiere aprender ese idioma.

-Mama, ya hemos hablado de esto.

-Si, tienes razón y nunca termina bien. La comida ya esta lista, vengan a comer-mis abuelos y yo nos miramos antes de seguirla.

Esa noche me seguía dando vuelta lo que mis abuelos me habían dicho sabia que no podía ser cierto pero había algo dentro de mi como si se llenara de dicha al conocer la verdad, -ser la compañera de un ángel es lo que siempre había soñado- me quede extrañada con ese pensamiento y me levante de la cama para mirar por la ventana, hacia el cielo… no podía ser cierto que algo como los ángeles existiera y menos que yo tuviera algo que ver con ellos, seguí mirando fijamente hasta que vi una mancha en el cielo que se estaba moviendo, no podía ser cierto fije mi mirada ahí y la vi de nuevo ¿que podría ser eso? De repente la mancha se estaba acercando a la casa, seria un pájaro que estaba volando por ahí porque que otra cosa podría ser… hasta que vi algo que batía las nubes como si fueran… alas… pero era imposible. No podía moverme pero había algo que me impulsaba a abrir la ventana y salir al balcón, deslice mis piernas, impulsándome hacia afuera y dirigí mí vista de nuevo hacia arriba pero no había nada, el cielo estaba tranquilo y ni una mancha ni nada se veía por ahí.

-Imaginaciones mías debió ser.

-Illud-me gire hacia donde vino esa voz y ahí estaba un hombre con alas… debía estar dormida, desde cuando los hombres tenían alas.

-¿Perdón?

-¿Suspicatus es?

-A ti, bueno algo que estaba en el cielo-se me quedo mirando de manera extraña y pregunto sorprendido.

-¿Me entiendes?-entonces me di cuenta que estaba hablando latín.

-Wao, si sirvieron mis clases. Te entiendo perfectamente y mis padres que no querían creerme-lo mire de nuevo y gracias al resplandor de la luna pude verlo bien, me parecía familiar su cara como si ya lo hubiera visto antes, tenia el cabello oscuro y los ojos de un color miel, la camisa que llevaba puesta se le amoldaba perfectamente al cuerpo, marcando sus brazos que al verlo así podría decir que iba a un gimnasio lo que me llamaba la atención era las alas ¿como podría tener puesta una camisa con las alas? ¿Y porque tenia alas? Di unos pasos hacia el pero el retrocedió. –Lo siento solo que me llama la atención tus alas-las extendió como si buscara el problema de ellas.

-Están bien.

-Oh si, no digo lo contrario pero ¿por qué tienes alas?

-¿Por qué tú no tienes?

-¿Debería?

-Todos a los que conozco tienen alas.

-Primera vez que yo veo a alguien con unas.

-Eso no es verdad-me le quedé mirando.

-¿Por qué lo dices?

-Nosotros nos habíamos visto antes-entonces recordé que el me había dicho las palabras que durante mucho tiempo me martillaron la cabeza.

-Ahora te recuerdo, tú me dijiste que durmiera en pocas palabras.

-Te induje al sueño.

-Y también para que olvidara todo lo demás.

-Yo jamás hice eso.

-Por que será que no te creo.

-Nosotros no podemos mentir-lo dijo con furia, me eche hacia atrás.

-Lo siento, solo…-se acercó a mi y su mirada cambió completamente.

-Perdóname, no debí contestarte así-nos quedamos en silencio hasta que el dio un paso atrás y extendió de nuevo sus alas. –Debería irme-me giré rápidamente para detenerlo y accidentalmente toqué suavemente sus alas, se sentían tan suaves y delicadas que quité la mano rápidamente ante de hacerle daño, él soltó un suspiro cuando las toqué.

-Lo siento, no quería lastimarte.

-No lo hiciste, me gusto como se sintió-lo mire dudando de eso pero sus ojos demostraban que era cierto.

-Entonces… ¿puedo?-le hice una seña abarcando sus alas. Suspiro profundamente y asintió, me acerqué un poco mas y deslicé mis dedos suavemente por ellas, eran perfectas y se sentían tan bien que solo me imaginaba durmiendo acurrucada a ellas. – ¿De verdad tienes que irte?-le pregunté en un susurro. Cuando me contestó su voz ahora era un poco ronca.

-Pronto…

-¿Podrías entrar?-le pregunte señalando hacia mi habitación, la miró y me miró a mi.

-No seria apropiado.

-Ohh, ok solo es que me estoy muriendo de frio-hasta ahora fue que me percaté de que estaba descalza y mi pijama no era muy apropiada para estar al aire libre en una noche como esta, se me quedó mirando y asintió, no quería dejar de tocar sus alas pero tenía que soltarlas para poder entrar apenas lo hice busqué una manta para ponérmela encima, era increíble que no me hubiera dado tiempo de esto antes estaba temblando de frio y los dientes me castañeaban.

-Debiste decirme antes que hacia muchos frio para ti.

-No me había dado cuenta-me senté en la cama tapándome completamente, lo vi acercarse y sentarse a mi lado, me hizo señas para que retirara la manta. –No creo que sea buena idea.

-Confía en mi-no lo tuvo que decir dos veces, al quitármela de encima me tomo entre sus brazos y me sentó en su regazo, extendiendo sus alas me arropo con ellas se sentía increíble poco a poco el frio se me fue quitando logrando mantenerme cálida entre sus alas.

-Eres mas eficaz que unas mantas y hasta un calefactor-estaba acariciando mi cabello y respirando mi fragancia cuando se rio entre ellos, levante mi cabeza de sus hombros y lo mire. –¿Como te llamas?

-Seth.

-Me gusta-sonrió.

-A mi también me gusta Anne.

-Como sabes mi nombre.

-Siempre lo he sabido, siempre he estado a tu lado pero nunca me habías visto.

-No entiendo…

-Ahora no tengo mucho tiempo para explicarte ya que debo irme-quise detenerlo. –Te prometo que regresaré, ya no puedo estar lejos de ti-me dijo con una sonrisa.

-Y yo no quiero que lo estés-depositó un beso en mi frente.

-Cuídate-me deposito suavemente en mi cama, tapándome con una manta, me beso nuevamente en la frente y vi que tenia algo en la mano. –Esto es para que me recuerdes el tiempo que estemos separado-me dio una pluma de sus alas y no pude evitar acercármela para oler su fragancia ni depositar un beso en ella.

-No la necesitaré para recordarte pero me alegra que me la hayas dado-lo último que escuche de él fue “Somno Iam” y con eso quedé totalmente dormida.
Cuando dijo que ya no podía estar separado de mi asumí que era verdad y que la noche siguiente el estaría de nuevo a mi lado pero me quedé junto a la ventana viendo hacia el cielo y esta vez no vi nada, después recordé que dijo que la pluma era para que lo recordara el tiempo que estuviéramos separado así que al parecer si iba a desaparecer por un tiempo, pero por cuanto tiempo seria. Habían pasado dos semanas y cada dia que pasaba me decía que tal vez todo fue producto de mi imaginación pero seguía teniendo la pluma ya no sabia que pensar, la tercer semana estaba apunto de culminar y ya esperarlo junto a la ventana se me hacia mas difícil ya que me quedaba durmiendo al instante, tomé la decisión de dejarlo de hacer, si regresaba la ventana estaría abierta para el pero ya no podía seguir así.

Ese dia me acosté super temprano, mañana tenia parcial de latín y aunque no se me daba mal estaba muy nerviosa, bese la pluma como todas las noches y me fui a dormir, no se cuanto tiempo paso hasta que sentí unas caricias en mis mejillas, me acurruque mas hacia el cuerpo que desprendía ese calor y sentí unas manos fuertes que me apretaban hacia su resguardo, suspire lentamente y seguí durmiendo. Escuche unas palabras que fueron susurradas en mi oído “Amor excitatur” parpadee lentamente y vi su rostro con su hermosa sonrisa en sus labios, pensé que era un sueño hasta que repitió las palabras. Abrí completamente los ojos y me levante de la cama asustada.

-Volviste-le dije en un susurro.

-Te prometí que regresaría.

-También debiste decir cuanto ibas a tardar-se me quedo mirando y se levanto de la cama.

-¿Estas enojada?

-¡Por supuesto! Regresas después de un mes y quieres que te reciba con los brazos abiertos.

-¿Un mes?

-Ha pasado un mes desde la última vez que viniste, bueno la primera vez que te me apareciste.

-No puede ser-me fui a sentar junto a la ventana y hasta ahora fue que pude darme cuenta que las lagrimas estaban corriendo por mis mejillas. Se arrodilló, sus labios quitaron cada rastro de lágrimas y me tomo de las manos. –Perdóname, jamás fue mi intención hacerte daño, ni desaparecer tanto tiempo pensé que donde yo vivo y aquí donde tú vives el tiempo transcurría igual.

-¿A que te refieres?-todavía no podía mirarlo, no podía creer lo fácil que había sido para mi derramar esas lagrimas.

-Allá donde vivo solo ha pasado un dia desde que me aleje de ti-con eso lo mire de golpe.

-¿Como puede ser eso posible?

-No lo se, pero te juro que si hubiera sabido esto me hubieras tenido aquí muchísimo antes, yo estaba contando las horas para regresar a ti.

-Yo ya estaba pensando que todo había sido un producto de mi imaginación aunque tenía la pluma conmigo.

-Todo esto es real amor y tendremos que idear otra forma porque me niego a hacerte pasar por lo mismo de nuevo-lo miré y deslice mis dedos por sus alas.

-Podemos hablar de esto mas tarde, quiero recuperar el tiempo perdido-sonrió, me tomo en brazos llevándome hacia la cama, me acurruque en sus alas y me pegue a su cuerpo.

-¿De que quieres que hablemos?-me pregunto suavemente mientras yo seguía acariciando sus alas.

-Quería saber sobre como sabias mi nombre y lo que me dijiste de eso.

-A cada ángel se le da un protegido, el cual velamos y cuidamos de el, conocemos todo de el, sus gustos, preferencias y demás pero nunca lo conocemos en persona… solo hay algunas excepciones.

-Como nosotros

-Exacto.

-Y que nos hace diferente de los demás.

-El destino…

-No entiendo…

-Como toda especie nosotros tratamos de emparejarnos pero muchas veces nuestra compañera no esta en nuestra misma especie si no que es diferente a nosotros y aquí es donde entra el destino, muchas veces nuestros protegidos son nuestras almas gemelas y por eso es que nos llegamos a conocer.

-Entonces es algo que no se puede evitar-se puso rígido de repente pero yo seguí acariciando sus alas.

-¿Quisieras evitarlo?

-Por supuesto que no pero me da curiosidad saber.

-No estoy seguro, muchos dicen que no y muchos que si pero al final si se separan los dos quedan muy mal.

-Creo que tengo una idea de lo que podría ser.

-Perdóname de nuevo.

-Tranquilo que no tuviste la culpa. Así que… nosotros dos…

-Somos almas gemelas.

-Se oye hermoso.

-Es hermoso.

-En algún momento yo debo vivir contigo de donde tú eres o tú vives aquí conmigo.

-No es tan así-me separe un poco.

-¿Como es?

-No es necesario vivir juntos, podemos estar cada uno en su lugar.

-¿Eso de que serviría? ¿Para que somos almas gemelas?

-Para cuidarla siempre, ver que sea feliz, jamás abandonarla.

-En pocas palabras que sea feliz con alguien más-gruño.

-¡Por supuesto que no! ¡Eres solamente mía!

-Yo encantada pero así como lo planteas al parecer no es así.

-¿A que te refieres?

-Aquí cuando uno encuentra su alma gemela, se casa con ella, vive juntos, hacen varias cosas juntos, tienen hijos, los educan, comparten todo con ellos, hasta que ellos te dejan para hacer su vida pero al final nos tenemos el uno al otro.
-Jamás había escuchado algo así solo conocía la parte de tener hijos y estar pendiente de ella hasta que el hijo pueda valerse por si mismo y le puedan asignar a su protegido.

-Quieres decir que lo separarían de mí.

-Si.

-Pues aquí tenemos un problema, jamás permitiría que me quitaran a mi hijo.

-Sabes, me gusta su forma de ser, seria feliz teniendo algo así y más si te tengo a ti a mi lado para siempre.

-Deberíamos planteárnoslo.

-Puedo hablar con mis superiores para contarle de esto.

-Me gustaría acompañarte, si me lo permites.

-¿Que tal mañana?

-¿Mañana para mi o para ti?

-Ahora que me vaya hablare con ellos para pedir una cita y te vendré a buscar.

-Perfecto, entonces tengo que estar descansada para cuando vaya con ellos.

-Seria lo más adecuado.

-Me acompañas mientras me duermo.

-Por mi encantado, descansa que yo estaré a tu lado-me empezó a cantar suavemente en mis oídos, jamás había escuchado esa canción pero era hermosa, me llenaba de paz y amor poco a poco los ojos se me fueron cerrando pero lo abrace para sentirlo que me pertenecía y que estaría aquí junto a mí para siempre.

No paso mucho tiempo cuando sentí que dejaba mi cama para irse y otros pocos minutos cuando lo sentí deslizarse de nuevo entre mis brazos, me quede extrañada y abrí un poco los ojos.

-¿Te llegaste a ir?

-Sí, estuve unas horas fuera y veo que aquí no ha pasado mucho tiempo.
-Creo que solo unos minutos que sentí que te habías no había empezado a extrañar tu calor cuando lo sentí de nuevo-lo mire a los ojos y vi que algo andaba mal. -¿Te pasa algo?

-No, nada-lo seguí mirando.

-¿La reunión con tus superiores no salió bien?

-Creen que tus ideas están un poco fuera de época.

-¿En cuales ellos viven?

-No creo que se hayan juntado muchos ángeles con sus protegidos.

-En pocas palabras ¿se tiene que hacer como siempre se te enseño?-se quedo en silencio y la preocupación dentro de mi fue creciendo, algo iba muy mal aquí. -¿Qué no me estás diciendo?

-Han pedido… que fuera transferido a alguien más.

-Pero, ¿Cómo? ¿Pueden hacer eso?

-Al parecer.

-No podemos permitírselo.

-Esto es lo que ellos no quieren, tus ideas me confunden y voy buscando otras soluciones pasando por alto las leyes que siempre he seguido-me quede asombrada, él se iba a dar por vencido. Me aleje un poco quiso evitarlo pero no se lo permití.

-Entiendo, creo… que deberías irte-sus ojos se abrieron de golpe y vi que en el fondo le dolía pero que no iba hacer nada para cambiarlo.

-Yo sé que no entiendes…

-No digas mas nada, lo mejor será que dejemos las cosas así-se levanto lentamente de mi cama y camino hacia la ventana, hecho un último vistazo hacia mí, desplego sus alas y echo a volar, en cuanto lo hizo mi corazón se rompió en miles de pedazos y sabia que jamás se recuperaría de esto.

La conversación de mi familia fluía sobre mi ya había perdido la cuenta de cuantos días habían pasado, al principio me sentí muy mal hasta que no quería salir de mi habitación pero de repente pensé que eso no serviría de nada así que empecé a salir y volver a mi vida normal, mis padres y mis abuelos me preguntaban todo el tiempo que me había pasado pero no podía decírselos a ellos ni a nadie, era lo mejor para todos.
-Creo que está enamorada-con eso desperté y los mire, pude ver que todos ellos me estaban mirando fijamente.

-¿Qué pasa?

-¿Estas enamorada?-pregunto mi mamá cautelosamente.

-¿De quién podría estarlo?

-Eso es lo que queremos saber.

-Tonterías, solo no me he sentido bien en esta semana.

-¿Esta semana? Ya vamos para dos meses y sigues igual por lo menos ahora sales pero es como si no estuvieras aquí.

-Ideas tuyas.

-¡Ideas mías! ¿Ideas mías?

-Tranquila Jo, no logras nada poniéndote así-me levante de la mesa y me dirigí a la terraza, suspire… respirando el aire, era tan tranquilizador eso era justo lo que necesitaba.

-Niña, es impresionante lo rápido que lograste sacar a tu mamá de las casillas y diciendo casi nada.

-No era mi intención.

-Lo sé, le contaras a esta vieja ¿qué es lo que te pasa?

-El destino es lo que me pasa-sus ojos me miraron con sorpresa.

-No me esperaba una contestación como esta. ¿Qué paso con él?

-Eso de toda la vida es una mentira, solamente di ideas de lo que podía ser nuestras vidas, que hable con sus superiores y que te diga que no puede ir
contra sus leyes para que todo se venga abajo.

-Tus ideas son muy…

-Esta vez no lo eran, te lo aseguro. Era algo simplemente normal, vivir juntos, convivir, tener una familia, verlos crecer y pasar el resto de tu vida con él, que había en extravagantes y extrañas esas ideas.

-Puede que nada para alguien que se ha criado aquí pero hay que pensar que ideas tienen ellos sobre eso.

-Eso es lo mejor, venir de vez en cuando, engendrar hijos y después cuando ellos puedan ser independientes dejarlos que se encarguen de su protegido separándolo de la madre.

-Entiendo

-¿En serio? Podrías explicármelo para que yo lo entienda.

-Te sientes impotente pero dale tiempo, tal vez haya una manera.

-Si se rindió a la primera ¿cómo podría volver a confiar en él?

-Eso solo lo sabrá tu corazón, vamos adentro que no me gusta como se ve todo esto-mire alrededor y pude ver a qué se refería, una niebla cubría todo el bosque, sentía como si nos tuvieran vigilando pero eso era imposible. Volvimos a entrar y mi abuela fue enseguida a hablar con mis padres yo me quede cerca de la ventana inspeccionando el panorama cuando vi que algo se movía entre la niebla, unos ojos rojos me miraban y aguante la respiración, no podía estar pasando de nuevo, no aquí.

-Se acercan-grite. En pocos segundos estuvieron a mi lado y fue cuando vi que esos ojos estaban más cerca se acercaban a nosotros y no era uno solo habían un montón de ellos, tanto lobos como vampiros, estaba segura que eran más que la vez pasada.

-¡Aléjense de la ventana!-grito mi padre, me tomo de mi brazo y me hizo levantarme, llevándome hacia atrás. –No tenemos mucho tiempo, el campo de fuerza no durara mucho, son demasiados.

-Porque siguen regresando, ¿qué quieren?-ignoraron completamente mi pregunta

-Hay que llamarlos, no podremos con todos ellos.

-Anne, ¡búscalo!-empecé a correr hacia la escalera hacia mi habitación después de la última vez que nos atacaron, me dijeron que yo sería la encargada de guardarlo entre a mi habitación y busque el cofre lo saque rápidamente al momento que escuche como las ventanas se rompían, volví a leer la inscripción “Credit in Nobis” y sople fuerte, corrí de nuevo hacia donde estaban mis padres y pude ver cómo estaban luchando hasta que un vampiro se dio cuenta de mi presencia sonrió haciendo relucir sus colmillos.

-Ella es a quien buscamos, ¿cierto?-todos se detuvieron para mirarme y fue como si algo los atrajera hacia mí, dejaron de atacar a mi familia para abalanzarse sobre mi antes de que llegaran a donde estaba sentí unos brazos que me rodeaban, levantándome en vuelo, alce la mirada y pude ver de nuevo su cara, esta vez demostraba furia, ira, un odio incontrolable, esperaba que fuera contra los demonios y no contra mí, me llevo hasta mi habitación y me deposito suavemente.

-No salgas de aquí-dijo con una voz ruda se iba a dar la vuelta cuando lo detuve con una mano en su brazo.

-¿Estás bien?-le pregunte en un susurro, sus ojos parpadearon y en sus labios se formo una hermosa sonrisa.

-Lo estoy ahora, solo déjame ver que todo está bien y regresare contigo-salió por la puerta y aunque la curiosidad me mataba no me salí de ahí me dirigí hacia mi ventana y pude ver todos los ángeles que volaban alrededor de la casa hasta que uno se detuvo y fijo su mirada a mi ventana me eche para atrás cuando vi que descendía en mi balcón.

-Tenía muchas ganas de conocerte-su sonrisa era acogedora y familiar.

-¿Por qué?

-Quería conocer por la que mi hijo está luchando-eso me dejo en shock.

-Usted es… pensé que no convivían juntos.

-Bueno no somos una gran familia pero siempre me entero en lo que anda y me lleve una gran sorpresa al ver que estaba poniéndose en contra de todo lo que ha creído siempre.

-No quería…

-No te preocupes que quiero agradecértelo, mi hijo siempre ha seguido las reglas pero hay veces que valen la pena romperse o buscar otra solución y al parecer tú eres ese motivo-me le quede mirando.

-Pensé que se había rendido.

-Yo también lo pensé y estoy segura que todos lo pensaron por eso me sorprendió tanto cuando vi lo que estaba haciendo.

-Y… ¿Qué está haciendo?

-Encantada te lo diría pero creo que es su deber y estoy segura que está contando los minutos para decírtelo.

-¿Sabe porque los vampiros y los lobos me quieren?-creo que no espero que cambiara el tema ni que me fuera por esa rama.

-Así que te diste cuenta.

-Ellos lo dijeron.

-No estamos muy seguro el porqué, creemos que tiene que ver con el Destino y que te quieren para ellos.

-¿No hay una manera de detenerlos? Creo que no se rendirán hasta lograr su cometido y me preocupa que sea acuesta de la vida de mi familia.

-Siempre estarás en peligro si siguen viviendo aquí.

-Cuando dice aquí se refiere a esta ciudad, al país o al planeta-se rio con ganas.

-Eres perfecta para mi hijo, me refiero a esta dimensión tal vez el mejor lugar sea con nosotros.

-¿Y mi familia?

-Eso no lo puedo decidir yo tendrás que preguntar a los superiores.

-¿Hay alguna oportunidad que lo acepten?

-Por lo que he podido ver de ti estoy segura que lo conseguirás.

-Madre, ¿Qué haces aquí?-me gire para ver a Seth en la puerta de mi habitación mirando a su madre con desconfianza.

-Solo quería conocerla, me retiro… fue un placer Anne y no olvides lo que te dije-me dijo con un guiño, sonrió y salió por la ventana.

-¿Qué no tienes que olvidar?-lo mire y me encogí de hombros.

-¿Todo bien allá abajo?

-Sí, todo bien.

-Gracias por venir aunque no tenias porque-se acerco a donde yo estaba junto a la ventana y miro hacia el cielo suspirando.

-No sabes la angustia que pase todo el camino desde que escuchamos su llamado y todas las emociones que vinieron cuando vi que se estaban acercando a ti-lo mire viendo la angustia y el miedo que tenia reflejada en su hermosa cara le agarre las manos y le susurre.

-Estoy bien…-en un rápido movimiento se levanto y me apretó entre sus brazos, suspirando, respirando mi esencia, acariciándome dulcemente, no puede evitar deslizar mis dedos entre sus alas con eso todo mi cuerpo vibro y solo había un pensamiento en mi cabeza por fin en casa.
-Te extrañe tanto, te juro que no volveré a irme, que luchare por lo de nosotros hasta el final y cueste lo que cueste estaremos juntos para siempre-no pude evitar sonreír y recordar lo que me dijo mi abuela sobre la confianza.

-Sabes, tal vez deberías dejarme que yo hable personalmente con los Superiores estoy segura que podría hacerlos cambiar de opinión.

-Ni lo dudo-y así fue les plantee todos los por menores por lo que esto sería una magnífica idea, después de querer enredarme, virar mis palabras y engañarme decidí que mejor era mostrarle tal y como soy y que fuera lo que ellos quisieran, les leí todas sus reglas, normas y leyes y todas absolutamente todas tenían contradicciones, que por supuesto se las hice saber al final creo que estaban tan hartos de mi y de mis puntos de vista que nos dijeron que hiciéramos lo que nos hiciera feliz pero con la advertencia a Seth que las leyes no iban a cambiar así que me tendría que controlar para que dejara de estar dándoles ideas a los demás ángeles, asintió solemnemente y aunque trate de decir algo no me dejaron hablar. Seth salió con una sonrisa en la cara pero al verme se le borro inmediatamente. -¿Qué pasa?

-De verdad vas hacer lo que ellos dijeron de “controlarme”-se echó a reír.

-Ni lo intentaría, pero empecemos de poco a poco por ahora disfrutemos de esto que nos concedieron y traigamos a tu familia que se que deben estar preocupados por lo que ibas a decir y como lo tomarían los Superiores.

-Exageran.

-Por supuesto que no, al principio pensé que ibas a tomarlo todo calmadamente pero después de un tiempo vi como tu determinación iba creciendo hasta que supe que no te aguantarías mas y le dirías hasta que se iban a morir si no te detenía a tiempo.

-No se los dije.

-Porque te concedieron lo que querías por ahora ya veremos más adelante cuando quieras implementar o cambiar las reglas.

-Tú mismo te diste cuenta que eran obsoletas.

-Sí, amor por eso te voy a apoyar cuando quieras dar tu golpe de estado-no pude evitar reírme, me tomo entre sus brazos y me beso lentamente. –Quieres ir a la casa antes que venga tu familia para preparar todo.

-Claro vamos a preparar todo-con una sonrisa me volvió a besar y me llevo a su palacio, no sé cuánto tiempo estuvimos juntos hasta que en un susurro le hable en el oído.
-Ahora estoy segura que si estarán preocupado por mi bienestar.

-No podrías estar mejor.

-Eso es seguro-y volvimos a olvidarnos de todo.


3 comentarios:

  1. Otro fascinante relato, me ha gustado toda la explicación del protocolo entre protector y protegido, al final pudieron cambiarlo y estar juntos, que bien.

    Un saludo

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  2. Que lindo ser compañera de un ángel, me fascino tu relato, muy emotivo!
    ^_^

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  3. Guau, ojalá tener un ángel que te ame!! nnunca te haria nada malo :P
    muy tierno y lindo relato!:D

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