NUESTRO SECRETO

Esta historia es mia.
Contiene LEMON.
Espero que les guste y comente.

Carlisle y yo no íbamos unos días de vacaciones a nuestra isla, pero a los chicos les habíamos dichos que íbamos a un cursillo que iba a realizar Carlisle en Washington.

Sabíamos que o se lo creían ya que con Alice y con Edward era imposible tener un secreto, pero por ahora no habían dicho nada.

Con las maletas en el coche y todo listo para dirigirnos al aeropuerto nos despedimos de los muchachos.

-Por favor Rosalie y Emmett portaros bien, no os metáis en líos; Alice contrólate en las compras, Jasper no la pierdas de vista; Bella controla tus hormonas, Edward no alteres a Bella.- les dije una vez que los abrace y les di dos besos.

Carlisle también se despidió de ellos, me ayudo a montarme en el auto aunque no hacia falta y nos dirigimos al aeropuerto. Fuimos todo el camino en silencio, con nuestra canción puesta y nuestras manos cogidas.

Cuando llegamos al aeropuerto aparcamos el coche para nuestra vuelta a casa en uno días, sellamos nuestras maletas y nuestros billetes y esperamos a que nos llamaran para embarcar.

-¿Qué piensas cariño que estas tan callada?.- me pregunto Carlisle  mirándome cariñosamente.

-En los muchachos, en que no hagan locura, en que se comporten…..-le dije tomando su mano.

-Tranquila, son mayores y saben lo que tienen que hacer y como comportarse.- me dijo dándome un corto beso en los labios, ya que nos llamaron para embarcar.

Durante el viaje en avión fuimos recordando como me convirtió, como fue nuestra primera vez, como aprendí a controlar mi sed, nuestro primer te quiero, como fue creciendo la familia………y antes de darnos cuenta habíamos llegado al puerto y estábamos en nuestro barco en dirección a nuestra isla.

Cuando llegamos mí amado Carlisle me tomo en brazos y me llevo a nuestra habitación, me deposito sobre nuestra cama y comenzó a besarme. Yo respondí a su beso inmediatamente y este fue haciéndose cada vez mas apasionado a la vez que arrancábamos nuestras ropas sin miramiento alguno, una vez que estuvimos desnudos comenzamos a acariciar con mas ímpetu nuestros cuerpos, hasta que de una sola embestida Carlisle me penetro haciéndome gritar por el placer y comenzando con nuestros sincronizados  movimientos hasta alcanzar el clímax.

Las vacaciones no habían echo mas que comenzar, aunque antes de darnos cuenta los cuatro días que le dijimos a los muchachos que íbamos a estar fuera habían llegado a su fin y teníamos que volver.

A la vuelta a casa todos nos estaban esperando deseosos de saber como le habían ido las cosas a Carlisle y si yo me había aburrido mucho, por una vez Alice y Edward no dijeron nada y esos días quedarían en secreto mientras nosotros quisiéramos y eso seria por la eternidad.

Puesto que si decíamos la verdad estaríamos dándole la razón a los muchachos sobre todo a Emmett y Rosalie de que nuestras hormonas vampiricas eran imposibles de controlar incluso con los años.