Esta historia le pertenece a Kassi del blog "Amor lobuno"
Espero os guste y dejéis vuestros comentarios
ODIANDO A MI AMADO
CAPITULO 7
POV Bella
Me levante a las 9 de la mañana para desayunar y prepararme mentalmente antes de que Alice llegara para arreglarme, ya que la boda se celebraría a las 12 de la mañana, aun no sabía por qué tanta prisa pero cuando fueron las 10 y llego Alice supe el porqué, no llegaba sola, venia con Emily, traía el vestido y un montón de pequeños bolsitos.
Subimos a mi cuarto y dejaron todo sobre la cama incluido el vestido, fui hasta el con la intención de cogerlo y ponérmelo pero Alice no me dejo.
-El vestido es lo último que se pone, primero a por el maquillaje-dijo llevándome a la silla del tocador.
Abrió uno de los muchos bolsitos que había traído, estaba lleno de coloretes de todos los tonos de piel, pero tuvo que coger el más pálido.
Me puso un poco en cada moflete y luego cogió otro bolsito y lo abrió, traía sombra de ojos, cogió una blanca y me lo puso para darle un toque de brillo a mis ojos lo finalizo con un tono perla.
-Bien, ya solo queda los labios-murmuro cuando hice una mueca por todo el maquillaje.
Los labios solo me los pinto con un poco de tono rosa que a la vez resaltaba con brillito.
-Ya, estas hermosa, voy a por unos ganchillos-se giro y fue a otro de los bolsos allí había muchas cosas para el pelo, pero solo le deje que tocara mi pelo lo mínimo.
Con el peine, hizo una obra maestra, mis ondulaciones quedaron resaltadas voluminosamente y los ganchillos me los puso cogiendo algunos mechones para que quedara mi pelo como en capas.
-¿Acabaste?-le pregunte poniéndome en pie, me mire al espejo y me gusto lo que vi.
-¿Qué te parece?, quedaste fabulosa, como mi hermano no te aproveche en la noche de bodas, creo que le matare-entonces me gire abruptamente y la mire, cayendo en la cuenta de lo que suponía una noche de bodas, ¿en serio?, tenía que ser mentira, el tenia novia, y yo novio… ¿a quién le importaba eso?, iba a ser mi marido estaba en todo su derecho si quería de hacerme suya.
-No vamos a tener noche de bodas-negué rotundamente.
Alice me miro como si estuviera loca y río.
-Eres una de las pocas chicas que rechazan a mi hermano, eso me gusta relativamente, está muy creído desde que sale con Tanya-cogió el vestido que estaba sobre la cama y le quito el plástico protector.
-¿Sabes lo de…?-pregunte asustada.
-Os vais a casar y todavía no os he visto daros un beso, a demás mi hermano no es muy bueno actuando, si quieres que la mentira se la trague alguien deberías actuar más, después de la boda-finalizo.
El vestido que me puso delicadamente era de un color perla y palabra de honor, dejando que mis pechos resaltaran un poco, el corpiño era totalmente pegado a mi cuerpo y a la altura de mi cintura se abría un poco, dejando que la tela se alargara hasta el suelo suelta, formando una pequeña cola. En mi pelo puso una diadema y recolgada a ella una tela traslucida echada hacia atrás.
-Ya, lista-dijo Alice sonriente-espero que al final vuestro matrimonio sea de verdad-yo la fulmine con una mirada.
-Amo a otro hombre, y tu hermano a otra mujer…aquí no hay posibilidad de un matrimonio feliz-le conteste mirándome al espejo.
-Yo digo que si-y con esa sonrisita salió de mi habitación, yo mire la hora y eran las 11:30, ya debía de bajar y coger el coche para ir a la iglesia. Baje las escaleras lentamente sin ganas de nada y con una cara de fastidio.
Salí a la calle y mire el coche, estada decorado con muchas flores blancas en la parte trasera, y en las puertas enganchadas habían más, mi padre me esperaba sentado ya dentro y cuando me vio sonrió.
-Ven-dijo, yo me acerque a él y me senté a su lado, entonces tras de mí se subió Alice, ya vestida de rojo y cerró la puerta.
-¿Cómo te vestiste tan rápido?-le pregunte asombrada.
-Practica-contesto.
El coche se puso en marcha y yo suspire con resignación.
-Te ves hermosa-dijo mi padre inesperadamente.
-Gracias…-
-Creo que los últimos invitados asistirán-añadió Alice sin motivo, no entendí, por eso le pregunte a que se refería.
-Mi padre me mando a que le diera una invitación de boda a Tanya y el tuyo a un tal Jacob-mis ojos se abrieron como platos y mire a mi padre, el cual observaba la calle por la ventana.
No lo podía creer habían invitado a nuestros novios, ¿con que motivo, hacerlos sufrir?, pues lo conseguirían, Jake no lo aguantaría y si lo hacía después me lo echaría en cara…esperaba que no. Tanya era un asunto aparte, no la conocía así que simplemente me daba igual.
Minutos después llegamos a la iglesia Santo Cristo que ya bullía de gente por los cuatro costados, la mayoría estaban dentro sentados a la espera de mi llegada, pero otros, los menos importantes se amontonaban fuera en la puerta de madera.
Baje del coche, Alice me arreglo el vestido por la cola y se apresuro a entrar a la iglesia para dejarnos el camino libre a mí y a mi padre. Me agarre del brazo de este y me dispuse a entrar, obligando a mis nervios a disiparse.
Subí los primeros escalones de mármol, fijándome en cada detalle de los decorados para distraerme, los bancos de maderas tenían flores blancas a cada lado decorados con unos lazos rosas para sostenerlos. La pasarela alfombrada estaba llena igualmente de pétalos de rosas rojas y al final de ella un reluciente Edward Cullen ataviado con un traje negro me esperaba.
Su aspecto era impecable pero su rostro sonriente no tenía vida. Aún así puse mi mejor sonrisa y camine regularmente siguiendo la melodía nupcial. Cuando llegue mi padre no me soltó del brazo, pues se acerco ligeramente a mi y me susurro en el oído.
-Se buena, por tu bien-le observe con un mirada asesina mientras se ponía en su lugar, a mi izquierda y me olvide de todo lo demás.
El cura empezó con la charla interminable, que si nos íbamos a querer y tal. ¡Todo una farsa!...El padre de Edward no hacía más que vigilarlo y su madre casi parecía llorar, era evidente que ella si se había creído todo esto.
-Hijos mios, vuestros votos-el cura apremio a Edward y este saco de su chaqué una tarjeta escrita.
Este comenzó a leer.
-El día sin la noche no en nada, yo sin ti no soy nada. Sin las estrellas el cielo no brilla, yo sin tu mirada no brillo. El río sin lluvia no posee agua, yo sin tu alegría no poseo sentimientos. El bosque sin árboles no vive, yo sin ti no vivo…ya vez la naturaleza en sí es hermosa y tiene un equilibrio. Entre nosotros tú eres lo hermoso, tú eres mi equilibrio-finalmente dejo de leer y se guardo la tarjeta en el chaqué, eso había sido hermoso pero era solo una actuación.
-Muy Bonito, hijo mío. Ahora tu, hija-dijo el cura, mi padre me dio la tarjeta que yo misma había escrito y me dispuse a leerla.
-Porque cada noche sueño contigo, por ser el hombre al que amo y necesito, por tenerte cerca de mí, por saber que así me querrás hasta el fin, porque sin tus sonrisas no existe mi mundo, porque lloro si no te escucho, por amarte tanto sufro y por ti caería mi mundo…ahora sientes mi dolor, sientes mi amor, sientes todo lo que yo siento por ti y lo que significas para mi…Te amo-una lágrima cayó por mi mejilla dejando ver todo lo que sentía, estos votos no eran para Edward, eran para alguien más, alguien que no podía nombrar delante de toda esta gente pero sí que me observaba entre los invitados, todo esto era para Jake.
Esme lloró ante mis palabras y mi padre se ablando, el cura carraspeo
-Muy hermoso hija mía, se ve que lo amas-yo sonreí sin fuerzas y mire a Edward, quien me observaba con una expresión extraña. Entonces el padre prosiguió con la boda.
-Tu Edward Cullen, ¿deseas tomar en santo matrimonio a Bella Swan para amarla y respetarla, en lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte os separe?-pregunto al fin el cura, con esa frase tan conocida, después de titubear un poco Edward contesto con el típico:
-SI, QUIERO-tras eso el cura se giro hacia mí.
-Tu Bella Swan, ¿deseas tomar en santo matrimonio a Edward Cullen para amarlo y respetarlo, en lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte os separe?-toco mi turno y como era de esperar conteste.
-Si-dije sin ganas-…quiero…-un sollozo se escucho desde el lateral, la madre de Edward se había echado a llorar.
-Ya sois marido y mujer-anuncio el cura-ya puedes besar a la novia-termino de decir.
Daba gracias a dios por que el cura no dijo la típica frase: si alguien se quiere oponer a este matrimonio que hable ahora o calle para siempre. Pero también maldecía por que ahora tocaba la parte del beso y esto no estaba ensayado.
Odiaba esto, tener que besarle y actuar como si lo amar cuando la verdad era que lo odiaba, lo odiaba por poder tenerme como esposa en lugar de Jake.
-Vamos-murmuro acercándose a mí.
Sus labios se acercaban lentamente, más y más hasta que al fin tocaron los míos, fue casi un roce, un leve movimiento de labios y después la separación de estos pero por ello toda la iglesia estallo en aplausos, como en un sueño…o más bien en esta situación como en una pesadilla.
Esto ya había pasado o más o menos, ahora venia ver la cara de un Jake destrozado y una Tanya furiosa además de una noche de bodas, ¿Qué haríamos, jugar a un juego de mesa?
Edward tomo mi mano y la puso sobre su brazo, mientras que yo desesperada buscaba la mirada de Jake entre la multitud. Finalmente lo encontré, su mirada dolorida me pedía cariño y amor de mi parte, pero ahora no podía estaba entre la espada y la pared, una lágrima cayó de nuevo por mi mejilla cuando el se dio la vuelta para irse.
-No llores Bella, que sentimental es-dijo Esme abrazándome, y en ese momento me sentí como una niña chica, necesitaba a mi madre para que me protegiera, necesitaba desahogarme.
-Lo siento Esme-me excuse separándome de ella, limpie mis lágrimas y me agarre del brazo de Edward.
-Ya podemos irnos al banquete-dijo Edward sombrío.
-¿Qué te ocurre?-le pregunte en apenas un murmullo, pues todo el mundo seguía a nuestro alrededor mirando a los recién casados.
-Tanya, eso me pasa-mire a su derecha y vi a una mujer rubia con la cara roja, casi parecía que iba a echar humo. Alice la miraba sonriente, como si disfrutara.
-Hey, no crean que vienen al convite, vosotros tenéis un coche esperándolos fuera, deben salir ahora si quieren llegar a tiempo a la casa de la playa-dijo mi padre riendo.
-¿Un convite sin novios?-grito Alice desde mis espaldas-¿Para eso trabaje tanto?, vamos Jasper que nos casamos ahora y amortiguamos el convite-dijo Alice riendo cogiendo a Jasper por el brazo.
-¿Sabes Alice? Cuando me imagine nuestra boda nunca pensé que te casarías sin un vestido blanco-contesto este sonriente.
-AH…-mientras Alice seguía riendo con Jasper, mi padre me empujo junto a Edward a salir entre toda la multitud y nos llevo a la puerta, donde nos esperaban muchas personas con pétalos de rosas y arroz entre las manos con la finalidad de tirárnoslo. Estos cayeron como una lluvia sobre nosotros dejándonos un rastro de estos desperdicios en la ropa, mi pelo parecía adornado con millones de pepitas blancas.
Nos metimos en el coche descapotable, para que se pusiera en marcha y así comenzó el recorrido hacia la casa de la playa. Tras de mi pude ver por un momento la cara de tristeza de Jake, hiriente como dagas en mi piel.
Me levante a las 9 de la mañana para desayunar y prepararme mentalmente antes de que Alice llegara para arreglarme, ya que la boda se celebraría a las 12 de la mañana, aun no sabía por qué tanta prisa pero cuando fueron las 10 y llego Alice supe el porqué, no llegaba sola, venia con Emily, traía el vestido y un montón de pequeños bolsitos.
Subimos a mi cuarto y dejaron todo sobre la cama incluido el vestido, fui hasta el con la intención de cogerlo y ponérmelo pero Alice no me dejo.
-El vestido es lo último que se pone, primero a por el maquillaje-dijo llevándome a la silla del tocador.
Abrió uno de los muchos bolsitos que había traído, estaba lleno de coloretes de todos los tonos de piel, pero tuvo que coger el más pálido.
Me puso un poco en cada moflete y luego cogió otro bolsito y lo abrió, traía sombra de ojos, cogió una blanca y me lo puso para darle un toque de brillo a mis ojos lo finalizo con un tono perla.
-Bien, ya solo queda los labios-murmuro cuando hice una mueca por todo el maquillaje.
Los labios solo me los pinto con un poco de tono rosa que a la vez resaltaba con brillito.
-Ya, estas hermosa, voy a por unos ganchillos-se giro y fue a otro de los bolsos allí había muchas cosas para el pelo, pero solo le deje que tocara mi pelo lo mínimo.
Con el peine, hizo una obra maestra, mis ondulaciones quedaron resaltadas voluminosamente y los ganchillos me los puso cogiendo algunos mechones para que quedara mi pelo como en capas.
-¿Acabaste?-le pregunte poniéndome en pie, me mire al espejo y me gusto lo que vi.
-¿Qué te parece?, quedaste fabulosa, como mi hermano no te aproveche en la noche de bodas, creo que le matare-entonces me gire abruptamente y la mire, cayendo en la cuenta de lo que suponía una noche de bodas, ¿en serio?, tenía que ser mentira, el tenia novia, y yo novio… ¿a quién le importaba eso?, iba a ser mi marido estaba en todo su derecho si quería de hacerme suya.
-No vamos a tener noche de bodas-negué rotundamente.
Alice me miro como si estuviera loca y río.
-Eres una de las pocas chicas que rechazan a mi hermano, eso me gusta relativamente, está muy creído desde que sale con Tanya-cogió el vestido que estaba sobre la cama y le quito el plástico protector.
-¿Sabes lo de…?-pregunte asustada.
-Os vais a casar y todavía no os he visto daros un beso, a demás mi hermano no es muy bueno actuando, si quieres que la mentira se la trague alguien deberías actuar más, después de la boda-finalizo.
El vestido que me puso delicadamente era de un color perla y palabra de honor, dejando que mis pechos resaltaran un poco, el corpiño era totalmente pegado a mi cuerpo y a la altura de mi cintura se abría un poco, dejando que la tela se alargara hasta el suelo suelta, formando una pequeña cola. En mi pelo puso una diadema y recolgada a ella una tela traslucida echada hacia atrás.
-Ya, lista-dijo Alice sonriente-espero que al final vuestro matrimonio sea de verdad-yo la fulmine con una mirada.
-Amo a otro hombre, y tu hermano a otra mujer…aquí no hay posibilidad de un matrimonio feliz-le conteste mirándome al espejo.
-Yo digo que si-y con esa sonrisita salió de mi habitación, yo mire la hora y eran las 11:30, ya debía de bajar y coger el coche para ir a la iglesia. Baje las escaleras lentamente sin ganas de nada y con una cara de fastidio.
Salí a la calle y mire el coche, estada decorado con muchas flores blancas en la parte trasera, y en las puertas enganchadas habían más, mi padre me esperaba sentado ya dentro y cuando me vio sonrió.
-Ven-dijo, yo me acerque a él y me senté a su lado, entonces tras de mí se subió Alice, ya vestida de rojo y cerró la puerta.
-¿Cómo te vestiste tan rápido?-le pregunte asombrada.
-Practica-contesto.
El coche se puso en marcha y yo suspire con resignación.
-Te ves hermosa-dijo mi padre inesperadamente.
-Gracias…-
-Creo que los últimos invitados asistirán-añadió Alice sin motivo, no entendí, por eso le pregunte a que se refería.
-Mi padre me mando a que le diera una invitación de boda a Tanya y el tuyo a un tal Jacob-mis ojos se abrieron como platos y mire a mi padre, el cual observaba la calle por la ventana.
No lo podía creer habían invitado a nuestros novios, ¿con que motivo, hacerlos sufrir?, pues lo conseguirían, Jake no lo aguantaría y si lo hacía después me lo echaría en cara…esperaba que no. Tanya era un asunto aparte, no la conocía así que simplemente me daba igual.
Minutos después llegamos a la iglesia Santo Cristo que ya bullía de gente por los cuatro costados, la mayoría estaban dentro sentados a la espera de mi llegada, pero otros, los menos importantes se amontonaban fuera en la puerta de madera.
Baje del coche, Alice me arreglo el vestido por la cola y se apresuro a entrar a la iglesia para dejarnos el camino libre a mí y a mi padre. Me agarre del brazo de este y me dispuse a entrar, obligando a mis nervios a disiparse.
Subí los primeros escalones de mármol, fijándome en cada detalle de los decorados para distraerme, los bancos de maderas tenían flores blancas a cada lado decorados con unos lazos rosas para sostenerlos. La pasarela alfombrada estaba llena igualmente de pétalos de rosas rojas y al final de ella un reluciente Edward Cullen ataviado con un traje negro me esperaba.
Su aspecto era impecable pero su rostro sonriente no tenía vida. Aún así puse mi mejor sonrisa y camine regularmente siguiendo la melodía nupcial. Cuando llegue mi padre no me soltó del brazo, pues se acerco ligeramente a mi y me susurro en el oído.
-Se buena, por tu bien-le observe con un mirada asesina mientras se ponía en su lugar, a mi izquierda y me olvide de todo lo demás.
El cura empezó con la charla interminable, que si nos íbamos a querer y tal. ¡Todo una farsa!...El padre de Edward no hacía más que vigilarlo y su madre casi parecía llorar, era evidente que ella si se había creído todo esto.
-Hijos mios, vuestros votos-el cura apremio a Edward y este saco de su chaqué una tarjeta escrita.
Este comenzó a leer.
-El día sin la noche no en nada, yo sin ti no soy nada. Sin las estrellas el cielo no brilla, yo sin tu mirada no brillo. El río sin lluvia no posee agua, yo sin tu alegría no poseo sentimientos. El bosque sin árboles no vive, yo sin ti no vivo…ya vez la naturaleza en sí es hermosa y tiene un equilibrio. Entre nosotros tú eres lo hermoso, tú eres mi equilibrio-finalmente dejo de leer y se guardo la tarjeta en el chaqué, eso había sido hermoso pero era solo una actuación.
-Muy Bonito, hijo mío. Ahora tu, hija-dijo el cura, mi padre me dio la tarjeta que yo misma había escrito y me dispuse a leerla.
-Porque cada noche sueño contigo, por ser el hombre al que amo y necesito, por tenerte cerca de mí, por saber que así me querrás hasta el fin, porque sin tus sonrisas no existe mi mundo, porque lloro si no te escucho, por amarte tanto sufro y por ti caería mi mundo…ahora sientes mi dolor, sientes mi amor, sientes todo lo que yo siento por ti y lo que significas para mi…Te amo-una lágrima cayó por mi mejilla dejando ver todo lo que sentía, estos votos no eran para Edward, eran para alguien más, alguien que no podía nombrar delante de toda esta gente pero sí que me observaba entre los invitados, todo esto era para Jake.
Esme lloró ante mis palabras y mi padre se ablando, el cura carraspeo
-Muy hermoso hija mía, se ve que lo amas-yo sonreí sin fuerzas y mire a Edward, quien me observaba con una expresión extraña. Entonces el padre prosiguió con la boda.
-Tu Edward Cullen, ¿deseas tomar en santo matrimonio a Bella Swan para amarla y respetarla, en lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte os separe?-pregunto al fin el cura, con esa frase tan conocida, después de titubear un poco Edward contesto con el típico:
-SI, QUIERO-tras eso el cura se giro hacia mí.
-Tu Bella Swan, ¿deseas tomar en santo matrimonio a Edward Cullen para amarlo y respetarlo, en lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte os separe?-toco mi turno y como era de esperar conteste.
-Si-dije sin ganas-…quiero…-un sollozo se escucho desde el lateral, la madre de Edward se había echado a llorar.
-Ya sois marido y mujer-anuncio el cura-ya puedes besar a la novia-termino de decir.
Daba gracias a dios por que el cura no dijo la típica frase: si alguien se quiere oponer a este matrimonio que hable ahora o calle para siempre. Pero también maldecía por que ahora tocaba la parte del beso y esto no estaba ensayado.
Odiaba esto, tener que besarle y actuar como si lo amar cuando la verdad era que lo odiaba, lo odiaba por poder tenerme como esposa en lugar de Jake.
-Vamos-murmuro acercándose a mí.
Sus labios se acercaban lentamente, más y más hasta que al fin tocaron los míos, fue casi un roce, un leve movimiento de labios y después la separación de estos pero por ello toda la iglesia estallo en aplausos, como en un sueño…o más bien en esta situación como en una pesadilla.
Esto ya había pasado o más o menos, ahora venia ver la cara de un Jake destrozado y una Tanya furiosa además de una noche de bodas, ¿Qué haríamos, jugar a un juego de mesa?
Edward tomo mi mano y la puso sobre su brazo, mientras que yo desesperada buscaba la mirada de Jake entre la multitud. Finalmente lo encontré, su mirada dolorida me pedía cariño y amor de mi parte, pero ahora no podía estaba entre la espada y la pared, una lágrima cayó de nuevo por mi mejilla cuando el se dio la vuelta para irse.
-No llores Bella, que sentimental es-dijo Esme abrazándome, y en ese momento me sentí como una niña chica, necesitaba a mi madre para que me protegiera, necesitaba desahogarme.
-Lo siento Esme-me excuse separándome de ella, limpie mis lágrimas y me agarre del brazo de Edward.
-Ya podemos irnos al banquete-dijo Edward sombrío.
-¿Qué te ocurre?-le pregunte en apenas un murmullo, pues todo el mundo seguía a nuestro alrededor mirando a los recién casados.
-Tanya, eso me pasa-mire a su derecha y vi a una mujer rubia con la cara roja, casi parecía que iba a echar humo. Alice la miraba sonriente, como si disfrutara.
-Hey, no crean que vienen al convite, vosotros tenéis un coche esperándolos fuera, deben salir ahora si quieren llegar a tiempo a la casa de la playa-dijo mi padre riendo.
-¿Un convite sin novios?-grito Alice desde mis espaldas-¿Para eso trabaje tanto?, vamos Jasper que nos casamos ahora y amortiguamos el convite-dijo Alice riendo cogiendo a Jasper por el brazo.
-¿Sabes Alice? Cuando me imagine nuestra boda nunca pensé que te casarías sin un vestido blanco-contesto este sonriente.
-AH…-mientras Alice seguía riendo con Jasper, mi padre me empujo junto a Edward a salir entre toda la multitud y nos llevo a la puerta, donde nos esperaban muchas personas con pétalos de rosas y arroz entre las manos con la finalidad de tirárnoslo. Estos cayeron como una lluvia sobre nosotros dejándonos un rastro de estos desperdicios en la ropa, mi pelo parecía adornado con millones de pepitas blancas.
Nos metimos en el coche descapotable, para que se pusiera en marcha y así comenzó el recorrido hacia la casa de la playa. Tras de mi pude ver por un momento la cara de tristeza de Jake, hiriente como dagas en mi piel.
Pobre Jacob¡
ResponderEliminarAunque no me cae muy bien¡
pero jajaja ya me imagine a Tanya con su
cara toda roja¡¡jajajaja¡¡
Muero por saber que pasa en la noche
de bodas¡¡uh uh uh¡¡¡
No tengo palabras... solo lagrimas
ResponderEliminarEle
Tengo que empezar a ponerme al dia con tus historias :) me empezare a buscar mas tiempo!
ResponderEliminarun capi precioso aunque pobrecito Jake y que divertido fue imaginarse la cara de Tanya jeje :D,estoy deseando saber que pasara en la noche de bodas,besitos
ResponderEliminardios m eencanta esta historia cada vez y muero de la intriga de saber que pasara en al noche de bodas....Besos..
ResponderEliminarAwwwww ya quiero leer el capi que sigue, que va a pasar en la noche de Boda? sera capaz Bella de permitir que su ahora esposo la toque?? hahahaha me muero por saber!!!
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