Esta historia le pertenece a María del blog "Letras de hielo y fuego".
Espero os guste y dejéis vuestros comentarios.Aunque os aviso que es un capitulo triste
RECORDAR PARA OLVIDAR
SUMMARY: No siempre hay un final feliz
CAPITULO 7
A partir del quinto mes de embarazo, todo fue a mal..
Ella cada vez estaba más débil. Su cuerpo ya no tenía la vitalidad que lo caracterizaba, sus ojos estaban enmarcados por unas ojeras moradas por culpa de la falta de sueño, y hasta su pelo había perdido ese brillo tan misterioso..
Pero aún así, ella estaba feliz. A ella le daba igual que su cuerpo no fuera el que era; le daba igual que no pudiera salir de casa; le daba igual que no se pudiera levantar de la cama..
Ella era feliz..
Era feliz porque dentro suyo tenía una vida; porque dentro de sí, tenía el fruto de nuestro amor, y eso era lo único importante..
Pero yo lo hubiese dado todo porque no fuera tan importante..
No hacía falta que ningún médico o especialista me digiera que lo que estaba haciendo ella era una estupidez.
Lo que llevaba dentro la estaba matando poco a poco, le estaba robando la vida, y a ella no le importaba..
Solo habían dos soluciones..
La primera, es que le sacaran a la niña que llevaba dentro, así ella salvaría la vida, pero la niña no aguantaría..
Esa solución ella no la quería oír. Era demasiado importante nuestro bebé para perderlo..
“No me lo perdonaría nunca” me dijo con lágrimas en los ojos
Así que solo nos quedaba la segunda opción,la que yo no quería oír, la que no quería ni plantearme..
Llegar hasta el final del embarazo, la niña viviría, pero el amor de mi vida, no aguantaría..
¿Cual elegir?
¿Que hacer?
Aunque para mi la solución era fácil y egoísta a la vez, había alguien que no estaba de acuerdo conmigo, y yo no podía llevarle la contraria, aunque me arrepintiera el resto de mi patética vida..
Por desgracia, aunque rezara cada noche, aunque no quisiera, el tiempo pasaba..
Pasaba demasiado deprisa..
Ella cada vez estaba más débil. Su cuerpo ya no tenía la vitalidad que lo caracterizaba, sus ojos estaban enmarcados por unas ojeras moradas por culpa de la falta de sueño, y hasta su pelo había perdido ese brillo tan misterioso..
Pero aún así, ella estaba feliz. A ella le daba igual que su cuerpo no fuera el que era; le daba igual que no pudiera salir de casa; le daba igual que no se pudiera levantar de la cama..
Ella era feliz..
Era feliz porque dentro suyo tenía una vida; porque dentro de sí, tenía el fruto de nuestro amor, y eso era lo único importante..
Pero yo lo hubiese dado todo porque no fuera tan importante..
No hacía falta que ningún médico o especialista me digiera que lo que estaba haciendo ella era una estupidez.
Lo que llevaba dentro la estaba matando poco a poco, le estaba robando la vida, y a ella no le importaba..
Solo habían dos soluciones..
La primera, es que le sacaran a la niña que llevaba dentro, así ella salvaría la vida, pero la niña no aguantaría..
Esa solución ella no la quería oír. Era demasiado importante nuestro bebé para perderlo..
“No me lo perdonaría nunca” me dijo con lágrimas en los ojos
Así que solo nos quedaba la segunda opción,la que yo no quería oír, la que no quería ni plantearme..
Llegar hasta el final del embarazo, la niña viviría, pero el amor de mi vida, no aguantaría..
¿Cual elegir?
¿Que hacer?
Aunque para mi la solución era fácil y egoísta a la vez, había alguien que no estaba de acuerdo conmigo, y yo no podía llevarle la contraria, aunque me arrepintiera el resto de mi patética vida..
Por desgracia, aunque rezara cada noche, aunque no quisiera, el tiempo pasaba..
Pasaba demasiado deprisa..
Se me escapaban de los dedos, todos los momentos felices que había pasado a su lado, y lo que más me molestaba, es que ella se levantaba cada día con una sonrisa. Una sonrisa enorme.
Su vida se estaba evaporando, y no quería hacer nada para evitarlo..
Cuando el día llegó, mis ojos solo podía derramar lágrimas de tristeza, y los suyos, solo derramaban lágrimas de alegría..
“Por fin la conoceremos” me decía mientras la enfermera le pedía que empujara todo lo fuerte que pudiera.
Le agarré la mano, y le susurraba palabras de amor que ella me correspondía con apretones de mano cada vez más fuertes.
Cuando el llanto de la niña inundó la habitación, en un momento, comprendí porque ella había daba su vida por el bebé.
“Dejármela ver antes de irme, por favor” pidió entre gritos de dolor.
El doctor pedía algo para poder detener la hemorragia..
“Reneesme, eres hermosa.. Edward promete que la cuidarás.. prometemelo..” susurró mientras besaba la cabeza de nuestra hija.
“Te lo prometo” le dije mientras la observaba con un nudo en la garganta, y afrontando que ya no había vuelta atrás.
“Te amo Edward”
“Te amo Bella”
Y besé sus labios por última vez. Besé los labios que tantas veces había besado, que tantas veces habían sido los protagonistas de mis sueños..
Un pitido anunció que su corazón había dejado de latir, que ya no volvería a abrir los ojos, que ya nunca más volvería a escuchar su voz..
La dulce voz de mi Bella..
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me mataste,que tragico fues.me hiciste llorar
ResponderEliminarpero estubo estupendo
Mi parte favorita y la que me saco la lágrimita:
ResponderEliminar"Y besé sus labios por última vez. Besé los labios que tantas veces había besado, que tantas veces habían sido los protagonistas de mis sueños.."
Ele.
ohhhh casi lloro es un capi precioso ,me encanta
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