MI AMOR DESPRECIADO CAPITULO 5

Esta historia es de Kassi en su blog "Luz de cristal"

Espero que os guste y dejéis vuestros comentarios.
He conseguido colgar este capi cinco minutos que me han dejado en clase libre, ya que sigo sin conexion en casa.

MI AMOR DESPRECIADO

SUMMARY: 17 años pasaron desde que se vieron por primera vez, y esa sintonía que había entre sus corazones no se había destruido por nada, cuando el amor llegue a sus almas adolescentes ¿hará que ese equilibrio entre sus almas desaparezca al igual que su amistad? ¿O el amor hará mas fuerte esa conexión?...Secuela de Odiando a mi amado

CAPITULO 5

POV Nessie

Hoy ya era el tercer día sin su amor, sus visitas se habían reducido a nada y en cada segundo lo echaba mas de menos, no hacía más que pensar en él y cada pequeña cosa me hacia recordar como lo amaba, no podía tenderme en la cama a deprimirme sin pensar cuantas veces habíamos estado juntos jugando allí, bajo las mantas.

Era totalmente cierto que no podía vivir sin él, era algo imprescindible y al salir tan radicalmente de mi vida, había dejado un gran vacío dentro de mí, como si me faltara algo; algo que nadie más que el pudiese volver a llenar.

Dolía pensar eso pero mas dolía saber que él no me aceptaba mi amor, él se pensaba que nuestro amor era imposible o eso era lo que me había dicho, pero había algo mas…no podía dejarme así como así y con esa tonta escusa, era algo que no encajaba en mi mente; si nunca le había importado la diferencia de bienes entre nosotros ¿Por qué ahora?

Debía de hacer otra chica, pero si era así no me importaba, lo quería conmigo; quería saber que podía contar con él para siempre, lo demás me era indiferente…podía restregarme a la otra chica en mi cara y hacer que mi corazón se partiera en mil pedazos pero este seguiría latiendo por él aún roto; lo necesitaba, eso era más que obvio.

Sabía que debía de aparentar tener 30 años por las ojeras y el aspecto que tenia, no me había peinado y mi pelo estaba encrespado, además seguía con la ropa de dormir y no quería bajar a comer; ¡qué bien que esta noche hay fiesta para la gran sociedad!, mis ironías y yo éramos tan encantadoras; me tire en la cama para coger la almohada y ahogar un gran grito sobre ella, descargando la sensación tan frustrante que tenia alojada en el estomago; esa misma que no me dejaba ni comer tranquila.

Era como un torbellino de sentimientos, esto sumado con el nudo que persistía en mi garganta en cada momento y que me empujaba a llorar hacia que no saliera de mi habitación. Lo único que necesitaba era estar sola durante el resto del año para así quizás poder salir a la calle sin temor a que se me saltansen las lágrimas.

Unos pequeños golpes en la puerta me hicieron volver a la realidad, me puse en pie y toque mis mejillas buscando lagrimas, no había ninguna por ahora así que me dispuse a abrir la puerta aunque fuera con la ropa de dormir.

Mi madre apareció ante mí con una bandeja de comida bien llena, ella si sabía lo que me pasaba estaba segura y por eso no me obligaba a bajar a la mesa.

-Hola, aquí te traigo la comida, no me gusto nada tu desayuno de hoy-dijo Bella pasando a mi habitación con soltura, dejo la bandeja sobre el escritorio y busco en mi tocador un cepillo.

Yo cerré la puerta y fui hasta la silla del tocador donde mi madre me miraba con esas miradas de madres que lo dice todo.

-Se que te pasa algo…-murmuro comenzando a desenliarme los cabellos, eran tirones suaves y decididos que me hacían un poco de daño pero era lo normal pues ayer tampoco me lo había peinado para nada.

-¿Por qué es todo tan difícil?-pregunte sin pensar.

-Cuando dices todo te refieres al amor… ¿verdad?, creo que es así solo porque las personas lo complicamos demasiado, todo se arregla tarde o temprano-dijo mi madre, esas palabras parecían vacías, era fácil decir eso pero ¿Cómo soportar lo que estaba ocurriéndome?, eso que parecía no tener remedio.

Solo el tenia mi destino, toda mi vida en sus manos, sus decisiones era las que yo debía aceptar y por eso ahora estaba yo aquí, encerrada en casa y sufriendo hasta la saciedad.

-Vamos Nessie, debes comer, esta tarde ve a la fiesta de Claire y diviértete…-cierto que debía comer, y aun mas cierto que debía divertirme, no podía seguir aquí encerrada pensando en Rob mientras lloraba en silencio por él, sin comer, peinarme, levantarme de la cama o cerrar los ojos más de dos horas seguidas.

Pero inevitablemente lo amaba y me dolía su ida, ya no seguía a mi lado como siempre lo había hecho y siempre pensé que lo haría, era como derrochar lágrimas innecesarias a un alma perdida.

-Vamos hija, si tanto amas al chico, va a ser difícil olvidarlo así que come-era una frase de madre, por muy mal que estuviera mi corazón ella debía seguir alimentando mi cuerpo.

-Sí, yo como…-estaba molesta conmigo misma porque solo quería tirarme en la cama y tener un humor de perros aunque supiera que era mejor ir a la maldita fiesta esa, odiaba la hipocresía de esta sociedad y odiaba a mis “amigos” ricos y mimados-Odio el amor-murmure en voz alta, eso sí que lo odiaba más que nada, amaba a Robert pero odiaba el amo tal y como yo lo conocía.

Todo era tan fácil y tan difícil a la vez con el amor; era como querer odiar a alguien a quien amas con todo tu ser, como intentar olvidar a la fuerza a la persona que habita en tus pensamientos, esa que posee nombre y apellidos además de tu corazón.

-No digas esas cosas…no puedes odiar algo que acabas de conocer pequeña-contesto mi madre.

-¿Por qué no?, lo poco que conozco del amor es lo suficiente como para saber que no me gusta-dije mirando los ojos de mi madre.

-No debes, siempre habra mas chicos porque el amor es cíclico…solo debes buscar bien y encontraras el amor, o él te encontrara donde menos te lo esperes-su mano ahora tocaba la mía con una tierna caricia maternal, para ella era fácil decir eso porque no sufría por el amor.

-El amor es cíclico…-repetí la frase mirando fijamente nuestros dedos entrelazados.

-Claro; tengo que bajar así que come, confió en ti-dijo mi madre levantándose de la cama para darme un beso en la frente y salir de mi habitación silenciosamente.

Tome el tenedor y pinche un poco de verdura con él para llevármelo a la boca; si mi madre decía que el amor era cíclico yo se lo iba a demostrar, no podía seguir así, sin comer y muriendo lentamente, NO.

Iba a ir a la fiesta me iba a enamorar e iba a estar con otro chico…ya sé que era tonto de mi parte pensar que me enamoraría así como así de otra persona, tan fácilmente pero un clavo saca otro clavo, y este clavo llamado Rob iba a ser sacado a la fuerza por uno mucho mayor.

Comí apresuradamente intentando no ahogarme por el camino, para así poder buscar el vestido que me pondría en la fiesta de Claire, me levante de la cama al tiempo que mi madre entraba de nuevo a mi habitación para cerciorarse de que me había comido toda la comida, satisfecha me hecho una mirada y cogió la bandeja en silencio y tal y como había llegado se fue.

Fui a mi vestidor y busque la prenda más bonita que tuviera entre todas, y después de un rato buscando en vano, encontré el vestido perfecto escondida entre dos de mis mejores trajes, era de un color rojo sangre toda pegada a mi figura hasta la cintura en la que se abría un poco para dar paso a unos volantes de un color blancuzco, era un vestido divino y era el que pensaba ponerme esta noche. A juego llevaría unos zapatos de tacón bajo rojo y un pequeño bolso del mismo color, un collar que poseía un rubí en su centro y unos pendientes que iban con este.

Lo tome con cuidado y lo lleve a la cama para ponerlo extendido allí, después encargue un baño y tome mis cosas para ducharme, necesitaba una buena ducha antes de nada, eso me relajaría pero bien.

Tras bañarme y cepillar mi pelo concienzudamente con Ángela ayudándome, termine relativamente rápido de arreglarme, me puse el vestido y los complementos rezando porque al mirarme al espejo me encontrara como una diosa recién bajada del paraíso; o por lo menos lo bastantemente bella.

Cruzando los dedos fui hasta el espejo de cuerpo entero de mi cuarto y me mire, examinando cada centímetro de mi cuerpo buscando el más mínimo fallo, me veía bella era cierto pero con aspecto de niña pequeña, no parecía una mujer aun con mis curvas.

Tome un pintalabios rojo que había sobre el tocador, ese que ni siquiera había tocado nunca porque me parecía muy de “mujer”, y con cuidado lo puse sobre mis labios, después de eso puse en mis mejillas unos polvos de un rojo más claro y me mire expectante; ahora si parecía algo así como una mujer o una mujercita según creía yo.

Ya estaba preparada para la fiesta, y justo a la hora de ir saliendo de casa para llegar a tiempo al comienzo de todo junto a Claire, ella era mi única amiga verdadera y quería estar con ella en todo momento; me eche un último vistazo al espejo antes de salir de mi cuarto y bajar a la primera planta, donde mi mama me esperaba junto a mi papa. 

-Toda una mujer…-murmuro mi madre-hija, quiero que sepas que nos alegramos porque decidiste salir de tu cuarto y seguir con tu vida-agregó.

-A medias-conteste intentando sonreír.

-Lo intentaste, el coche te espera en la puerta para ir a la fiesta-dijo mi padre haciendo espacio entre él y mama, para abrir la puerta a sus espaldas.

El coche que me esperaba era uno de los nuestros, negro y elegante, lo habían decorado especialmente para mí; era todo un detalle de parte de mis padres, pero salir de una carroza no me haría convertirme en una princesa si me sentía como una sirvienta, así que les sonreí y les di las gracias antes de montarme en el coche con una más de mis sonrisas falsas hasta cerrar la puerta de mi asiento.

El chofer puso rumbo a la casa de mi amiga mientras que yo observaba distraídamente las calles pasar ante mi vista, estaba comenzando a anochecer pues el sol se estaba poniendo tras las casas de la ciudad y yo un día mas me seguía preguntando porque tanto dolor tras un sentimiento que aparentaba ser tan hermoso.

La respuesta era sencilla, el amor te hacía sentir como si lo tuvieras todo, estas completa pero al segundo siguiente no te queda nada y de repente eres como un muñeco, una sombra de los que fuiste; no tienes en tu propio pecho sitio para tu corazón y ves como se desangra tu alma.

La sombra del hombre al que amabas te perseguía en cada momento y como un azote a tu cuerpo volvía a tu mente el presentimiento desgarrador que te decía la verdad de su amor.

El coche se paro con el chirrido del freno y la puerta de una casa quedo a mi vista, el chofer bajo y abrió mi puerta como era de esperar; suspirando resignada al papel que me tocaba y el cual debía tomar, baje del auto mirando a mi alrededor, me sentía un tanto confusa y oprimida por las miradas. Pero alce la barbilla y asentí al chofer dándole la señal para que se fuera, mientras puse mi mejor pose y como una estrella fui hacia el centro de la fiesta en particular.

Esta iba a ser una larga noche pero por lo menos esperaba encontrar el partidario perfecto como clavo que sustituyera a Rob por un tiempo, tampoco pedía para siempre.

Fui hasta las puertas abiertas de la casa y entre saludando a todos a mi alrededor, los caballeros me bajaban la cabeza en señal de saludo y las damas asentían sonrientes; apestoso saludo, lo sé.

Claire giro en su sitio esperando mi llegada y me abrazo efusivamente como ella sabia para consolarme, posiblemente no supiera nada de mi estado anímico por Robert pero su abrazo me consolaba igual.

-Bienvenida a mi fiesta, esto es como otro mundo; disfruta de él-dijo Claire dulcemente.