Espero os guste y dejéis vuestros comentarios.
POR Y PARA SIEMPRE
CAPITULO 11
Que mas me podía pasar?
A Rosalie, le dio un ataque de celos, y Edward.. había echo todo lo posible para mantenerme distante con él, de comportarme de una manera fría cuando me lo cruzaba por el instituto, pero verlo esa noche, disfrazado de mi media naranja.. no sabía muy bien que pensar. Quería decir, que a juzgar por lo que había visto, prefería a la rubia, a Jessica, o a cualquiera antes que a mí.
Las encandilaba a todas, con su físico, su carisma, sus trucos de magia..
Hundí la nariz en el ramo que me había traído, una docena de tulipanes rojos. Y aunque suene raro, los tulipanes no son famosos por su aroma, pero esos tenia un perfume dulce y embriagador.
Los olí otra vez con fuerza, antes de admitir para mis adentros, que Edward me gusta. Me gustaba de verdad. No podía evitarlo, y aunque me esforcé para que no fuera así, no podía cambiar las cosas.
Me senté en una de las butacas de la piscina, y estaba tan sumergida en mis pensamientos, que no me di cuenta de la presencia de Edward
-Hola – me saludo con una sonrisa. Cuando lo hizo una oleada de calor, recorrió mi cuerpo – Esta genial la fiesta, me alegro por haberme colado – se sentó a mi lado, y clavo la vista en frente, sabia que estaba bromeando, pero estaba demasiado nerviosa como para contestarle – Te queda muy bien el disfraz de Maria- dijo mientras acariciaba mi peluca.
Me sentía nerviosa, y con ganas de salir corriendo, pero respire hondo, y me tranquilice. Tenia que empezar a vivir un poco.. aunque solo fuera una noche.
-Y a ti te queda muy bien el del conde Fersen
-Llámame Alex, por favor- dijo entre carcajadas
-Te cobraron por el agujero?- le pregunté mientras señalaba con el dedo una zona deshilachada.
Por no decir nada de su olor a ropa vieja.
-Esto.. es producto de un autentico fuego de artillería, de una bala.. que como se suele decir, falló por poco.
-Bueno si no recuerdo mal, en esa escena, intentabas perseguir a una chica de pelo oscuro – le dije mientras recordaba la época, en la que me resultaba fácil coquetear.
-Se ha producido un cambio de ultima hora en el argumento- dijo sonriendo- y en esta nueva versión, solo estamos nosotros. Y tú Maria, conservas tu cabeza.
Pasó su dedo por mi cuello, provocándome un agradable hormigueo, siguió el recorrido por el hombro, bajando por el brazo, hasta que llego a mi muñeca.
-Como te hiciste eso?- preguntó mientras acariciaba la cicatriz, que tanto me había torturado.
Estuve a punto de decírselo, pero no lo hice. Era la única noche del año, que podía ser otra persona, que podía olvidarme de que fui, la responsable del accidente. Esa noche solo pensaba en coquetear, jugar y tomar decisiones arriesgadas, de esas de las que te arrepientes el resto de tu vida. Porque esa noche no era Bella, era Maria. Y si Edward se hubiera parecido en algo al conde Fersen, se habría callado, y ya me habría besado.
-No quiero hablar de eso- respondí
Me quede con la mirada fija a los globos que habían en la piscina, que estaban adoptando la forma de un tulipán.
-De que quieres hablar?- susurro Edward mirándome con esos ojos, que hacían que se me olvidara respirar.
-No quiero hablar- murmure, y contuve el aliento cuando sus labios rozaron los míos.
·······················
Si pensaba que Edward tenía una voz maravillosa, que silenciaba todo lo que había a mi alrededor, si creía que su contacto era increíble, por la forma que hacia poner mi bello de punta.. podía asegurar que la forma de besar era de otro mundo, y aunque no era experta en besos, si que había estado besándome con otros chicos, pero tampoco para decir que era experta, estaba por poner la mano en el fuego, que ese beso tan completo y espectacular, es uno de esos que solo te pasa una vez en la vida.
Cuando se apartó de mi para mirarme a los ojos, yo lo agarre de la chaqueta y lo volví acercar a mi.
-Os he estado buscando.. me tendría que haber imaginado que estaríais por aquí escondidos..- dijo Rosalie
Me aparte de Edward, por haber sido atrapada con las manos en la masa, poco después de haber jurado que no me gustaba.
-Solo estábamos..
-Bella ahórrame los detalles, solo quería decirte que yo ya me voy. Mi amiga Tanya pasaba por aquí, y me invito a otra fiesta, podéis venir si queréis.. pero a lo mejor estáis muy ocupados- dijo escondiendo una sonrisa
-Tanya?- preguntó Edward, que se puso de pie tan rápido, que su cuerpo parecía un borrón.
- La conoces?- preguntó Rosalie
Pero Edward no contesto , sino todo lo contrario, salio tan deprisa, que casi no podíamos seguirlo.
Corrí detrás de Rosalie, quería explicarle lo que había sucedido, pero cuando la agarre por el hombro, ella se giro y me miró con una de esas miradas que congelan.
-Ya te dije que se te daba mal mentir- dijo con desprecio
Rosalie, se volvió a girar, para seguir a Edward, y yo la seguí a ella, tenia que aclara las cosas, pero cuando llegamos al vestíbulo, me encontré con Edward y Tanya juntos. Él vestido con el magnifico traje del siglo XVIII, y ella vestida de Maria Antonieta, tan guapa, esplendida, y exquisita, que me dejó a mi a la altura de la suela de los zapatos.
-Tú debes de ser..- dijo mientras clava en mis ojos sus ojos
-Bella- susurre mientras me fijaba en su perfecta peluca rubia platino, su inmaculada piel, y el montón de perlas que rodean su garganta. Sus labios rojos están entreabiertos, y dejan ver sus esplendidos dientes blancos, que no parecen reales.
Me gire hacia Edward, para que él me explicara, porque la rubia del restaurante, estaba en mi vestíbulo. Pero aun así, él no me dijo nada, estaba muy ocupado mirándola.
-Que estas haciendo aquí?- le pregunte en un susurro
-Rosalie me invito- respondió con una sonrisa
-De que os conocéis?- pregunte al ver que el comportamiento de Edward había cambiando, que ahora se comportaba de una forma fría y distante..
-Conocí a Rosalie en el Nocturno, y es allí donde vamos ahora, espero que no te moleste que te la robe- dijo con una sonrisa falsa
Estaba molesta, e intente pasar por alto el nudo que se me formo en el estomago, mientras intentaba entrar en la mente de esa tal.. Tanya. Pero no pude, su mente tenia algo.. algo que hacia que no pudiera ver.
-Ay que tonta! Tú te referías a Edward y a mi, verdad?- al ver que no respondía, siguió hablando- pues nos conocimos en Nuevo México.
Aunque en el mismo momento que Tanya dijo Nuevo México, Edward la corrigió, y dijo Nueva Orleans, lo que hizo que Tanya soltara una carcajada.
- Digamos que nos conocemos desde hace mucho tiempo- afirmó mientras, alargaba su mano hacia mi manga y tocaba mi vestido, apretando con su mano en mi muñeca- un vestido precioso, te lo has echo tú?
Libere mi brazo de un tirón, no porque se estuviera burlando de mi, que eso la verdad, eso me daba igual, sino porque sus manos estaban congeladas, y sus largas uñas, se me clavaban en la piel, provocando que la sangre de mis venas se congelara.
-No es genial?- dijo Rosalie, mientras mira con cierta admiración a Tanya- Tenemos que marcharnos ya si queremos llegar al Nocturno antes de medianoche, puedes venirte con nosotras si quieres..- añadió Rosalie, pero lo que en verdad pensaba, lo que de verdad quería es que dijera que no.
-El chofer nos espera- dijo Tanya mientras nos miraba a Edward y a mi.
-Ve tú si quieres, yo no puedo irme de mi propia fiesta..- le dije a Edward
En el rostro de tanya apareció el asombro cuando Edward negó con la cabeza y cogió mi mano
-Ha sido un enorme placer conocerte Bella, estoy segura de volver avernos- digo la rubia mientras subía a la limusina que las esperaba en la entrada de la casa.
Observe como se marchaban, y cuando las perdí de vista, me gire hacia Edward.
-Bueno.. a quien debo esperar ahora? A Jessica, a Lauren?
En el mismo momento en que las palabras salieron de mi boca me arrepentí de haberlas dicho, ya que el comentario pone de manifiesto que estaba celosa. Sabia muy bien como estaban las cosas, que a Edward le gustaba coquetear, no tendría que sorprenderme. Esa noche me había tocado a mi.
-Bella..- dijo mientras acariciaba mi mejilla con su pulgar, pero me separe, reacia a escuchar sus excusas- Debería marcharme..
-Vale, gracias por haber venido- le contesto secamente, mientras me separo mas de él.
Sin embargo él se acerca y me quita una pluma negra que había colocado en mi peluca de modo de adorno.
-Me la das como recuerdo?- pregunta mientras acaricia mi cuello con ella
Apenas me dio tiempo a responder, él entró en su coche, y desapreció. Me senté abatida en las escaleras de la entrada, apoyando la cabeza en mis manos, y desee retroceder en el tiempo, y comenzar de nuevo. Sabia que jamás debería haber permitido que me besara, que nunca le hubiera tenido que dejar entrar en mi casa.
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A Rosalie, le dio un ataque de celos, y Edward.. había echo todo lo posible para mantenerme distante con él, de comportarme de una manera fría cuando me lo cruzaba por el instituto, pero verlo esa noche, disfrazado de mi media naranja.. no sabía muy bien que pensar. Quería decir, que a juzgar por lo que había visto, prefería a la rubia, a Jessica, o a cualquiera antes que a mí.
Las encandilaba a todas, con su físico, su carisma, sus trucos de magia..
Hundí la nariz en el ramo que me había traído, una docena de tulipanes rojos. Y aunque suene raro, los tulipanes no son famosos por su aroma, pero esos tenia un perfume dulce y embriagador.
Los olí otra vez con fuerza, antes de admitir para mis adentros, que Edward me gusta. Me gustaba de verdad. No podía evitarlo, y aunque me esforcé para que no fuera así, no podía cambiar las cosas.
Me senté en una de las butacas de la piscina, y estaba tan sumergida en mis pensamientos, que no me di cuenta de la presencia de Edward
-Hola – me saludo con una sonrisa. Cuando lo hizo una oleada de calor, recorrió mi cuerpo – Esta genial la fiesta, me alegro por haberme colado – se sentó a mi lado, y clavo la vista en frente, sabia que estaba bromeando, pero estaba demasiado nerviosa como para contestarle – Te queda muy bien el disfraz de Maria- dijo mientras acariciaba mi peluca.
Me sentía nerviosa, y con ganas de salir corriendo, pero respire hondo, y me tranquilice. Tenia que empezar a vivir un poco.. aunque solo fuera una noche.
-Y a ti te queda muy bien el del conde Fersen
-Llámame Alex, por favor- dijo entre carcajadas
-Te cobraron por el agujero?- le pregunté mientras señalaba con el dedo una zona deshilachada.
Por no decir nada de su olor a ropa vieja.
-Esto.. es producto de un autentico fuego de artillería, de una bala.. que como se suele decir, falló por poco.
-Bueno si no recuerdo mal, en esa escena, intentabas perseguir a una chica de pelo oscuro – le dije mientras recordaba la época, en la que me resultaba fácil coquetear.
-Se ha producido un cambio de ultima hora en el argumento- dijo sonriendo- y en esta nueva versión, solo estamos nosotros. Y tú Maria, conservas tu cabeza.
Pasó su dedo por mi cuello, provocándome un agradable hormigueo, siguió el recorrido por el hombro, bajando por el brazo, hasta que llego a mi muñeca.
-Como te hiciste eso?- preguntó mientras acariciaba la cicatriz, que tanto me había torturado.
Estuve a punto de decírselo, pero no lo hice. Era la única noche del año, que podía ser otra persona, que podía olvidarme de que fui, la responsable del accidente. Esa noche solo pensaba en coquetear, jugar y tomar decisiones arriesgadas, de esas de las que te arrepientes el resto de tu vida. Porque esa noche no era Bella, era Maria. Y si Edward se hubiera parecido en algo al conde Fersen, se habría callado, y ya me habría besado.
-No quiero hablar de eso- respondí
Me quede con la mirada fija a los globos que habían en la piscina, que estaban adoptando la forma de un tulipán.
-De que quieres hablar?- susurro Edward mirándome con esos ojos, que hacían que se me olvidara respirar.
-No quiero hablar- murmure, y contuve el aliento cuando sus labios rozaron los míos.
·······················
Si pensaba que Edward tenía una voz maravillosa, que silenciaba todo lo que había a mi alrededor, si creía que su contacto era increíble, por la forma que hacia poner mi bello de punta.. podía asegurar que la forma de besar era de otro mundo, y aunque no era experta en besos, si que había estado besándome con otros chicos, pero tampoco para decir que era experta, estaba por poner la mano en el fuego, que ese beso tan completo y espectacular, es uno de esos que solo te pasa una vez en la vida.
Cuando se apartó de mi para mirarme a los ojos, yo lo agarre de la chaqueta y lo volví acercar a mi.
-Os he estado buscando.. me tendría que haber imaginado que estaríais por aquí escondidos..- dijo Rosalie
Me aparte de Edward, por haber sido atrapada con las manos en la masa, poco después de haber jurado que no me gustaba.
-Solo estábamos..
-Bella ahórrame los detalles, solo quería decirte que yo ya me voy. Mi amiga Tanya pasaba por aquí, y me invito a otra fiesta, podéis venir si queréis.. pero a lo mejor estáis muy ocupados- dijo escondiendo una sonrisa
-Tanya?- preguntó Edward, que se puso de pie tan rápido, que su cuerpo parecía un borrón.
- La conoces?- preguntó Rosalie
Pero Edward no contesto , sino todo lo contrario, salio tan deprisa, que casi no podíamos seguirlo.
Corrí detrás de Rosalie, quería explicarle lo que había sucedido, pero cuando la agarre por el hombro, ella se giro y me miró con una de esas miradas que congelan.
-Ya te dije que se te daba mal mentir- dijo con desprecio
Rosalie, se volvió a girar, para seguir a Edward, y yo la seguí a ella, tenia que aclara las cosas, pero cuando llegamos al vestíbulo, me encontré con Edward y Tanya juntos. Él vestido con el magnifico traje del siglo XVIII, y ella vestida de Maria Antonieta, tan guapa, esplendida, y exquisita, que me dejó a mi a la altura de la suela de los zapatos.
-Tú debes de ser..- dijo mientras clava en mis ojos sus ojos
-Bella- susurre mientras me fijaba en su perfecta peluca rubia platino, su inmaculada piel, y el montón de perlas que rodean su garganta. Sus labios rojos están entreabiertos, y dejan ver sus esplendidos dientes blancos, que no parecen reales.
Me gire hacia Edward, para que él me explicara, porque la rubia del restaurante, estaba en mi vestíbulo. Pero aun así, él no me dijo nada, estaba muy ocupado mirándola.
-Que estas haciendo aquí?- le pregunte en un susurro
-Rosalie me invito- respondió con una sonrisa
-De que os conocéis?- pregunte al ver que el comportamiento de Edward había cambiando, que ahora se comportaba de una forma fría y distante..
-Conocí a Rosalie en el Nocturno, y es allí donde vamos ahora, espero que no te moleste que te la robe- dijo con una sonrisa falsa
Estaba molesta, e intente pasar por alto el nudo que se me formo en el estomago, mientras intentaba entrar en la mente de esa tal.. Tanya. Pero no pude, su mente tenia algo.. algo que hacia que no pudiera ver.
-Ay que tonta! Tú te referías a Edward y a mi, verdad?- al ver que no respondía, siguió hablando- pues nos conocimos en Nuevo México.
Aunque en el mismo momento que Tanya dijo Nuevo México, Edward la corrigió, y dijo Nueva Orleans, lo que hizo que Tanya soltara una carcajada.
- Digamos que nos conocemos desde hace mucho tiempo- afirmó mientras, alargaba su mano hacia mi manga y tocaba mi vestido, apretando con su mano en mi muñeca- un vestido precioso, te lo has echo tú?
Libere mi brazo de un tirón, no porque se estuviera burlando de mi, que eso la verdad, eso me daba igual, sino porque sus manos estaban congeladas, y sus largas uñas, se me clavaban en la piel, provocando que la sangre de mis venas se congelara.
-No es genial?- dijo Rosalie, mientras mira con cierta admiración a Tanya- Tenemos que marcharnos ya si queremos llegar al Nocturno antes de medianoche, puedes venirte con nosotras si quieres..- añadió Rosalie, pero lo que en verdad pensaba, lo que de verdad quería es que dijera que no.
-El chofer nos espera- dijo Tanya mientras nos miraba a Edward y a mi.
-Ve tú si quieres, yo no puedo irme de mi propia fiesta..- le dije a Edward
En el rostro de tanya apareció el asombro cuando Edward negó con la cabeza y cogió mi mano
-Ha sido un enorme placer conocerte Bella, estoy segura de volver avernos- digo la rubia mientras subía a la limusina que las esperaba en la entrada de la casa.
Observe como se marchaban, y cuando las perdí de vista, me gire hacia Edward.
-Bueno.. a quien debo esperar ahora? A Jessica, a Lauren?
En el mismo momento en que las palabras salieron de mi boca me arrepentí de haberlas dicho, ya que el comentario pone de manifiesto que estaba celosa. Sabia muy bien como estaban las cosas, que a Edward le gustaba coquetear, no tendría que sorprenderme. Esa noche me había tocado a mi.
-Bella..- dijo mientras acariciaba mi mejilla con su pulgar, pero me separe, reacia a escuchar sus excusas- Debería marcharme..
-Vale, gracias por haber venido- le contesto secamente, mientras me separo mas de él.
Sin embargo él se acerca y me quita una pluma negra que había colocado en mi peluca de modo de adorno.
-Me la das como recuerdo?- pregunta mientras acaricia mi cuello con ella
Apenas me dio tiempo a responder, él entró en su coche, y desapreció. Me senté abatida en las escaleras de la entrada, apoyando la cabeza en mis manos, y desee retroceder en el tiempo, y comenzar de nuevo. Sabia que jamás debería haber permitido que me besara, que nunca le hubiera tenido que dejar entrar en mi casa.
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me ha encantado de verdad y perdona si no siempre te dejo mensajes pero siempre te leo y gracias por avisarme siempre de que tienes cosas nuevas
ResponderEliminarfue genial ,me encanto ,sigue asi nena....Besos...
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